Capítulo 13: Último Día de Vacaciones

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 13: "Ultimo Día de Vacaciones"

Ahondó el beso ardiente y posesivo en su boca, provocando que la muchacha gimiera de puro placer. El rose de sus cuerpos desnudos dentro del agua termal, caliente, relajante, era un aliciente más para la incontrolable pasión de ambos.

Y es que era así, otra vez como si no se hubieran visto desde hacía años. Kagome se aferró a su cuello respondiendo de la misma forma descarada y desinhibida de Inuyasha. Y es que estaba tan feliz... tan, locamente enamorada.

- Porqué...- Murmuró Inuyasha de pronto, posando su frente sobre la suya. Ella, que estaba bajo su cuerpo, con sus piernas enredadas entre las suyas, se movió más recibiéndolo en su regazo-... Porqué... llorabas...

Bajó más el rostro y los labios del editor se quedaron posados en la frente de la chica, ella aflojó un poco el agarre en su cuello e Inuyasha frunció el ceño, preocupado. Las manos de él se posesionaron fuertemente en su cintura, Kagome alzó su mirada y lo enfrentó.

- Porqué... creí que no volverías...

Ella notó como el músculo de su mejilla se movió para tensarse, respiró rápidamente, lo miró a los ojos y luego bajó la mirada castaña a sus labios varoniles y entreabiertos. Tragó con fuerza, cómo ansiaba otro beso...

Inuyasha notó su deseo, sonrió de forma seductora acercando sus labios a ella.

- Sé que todos... desconfían de mi... no los culpo...- Murmuró.-... pero sólo ansiaba volver a tu lado... incluso cuando hablaba con la Sra. Kaede... sólo pensaba en ti...

Kagome pareció despertar de su estado de ensueño, alejó un poco el rostro y lo miró fijo, frunciendo levemente la frente.

- ¡Oh! ¡Cielos! ¡Cierto! ¿y qué es lo que quería?

Inuyasha notó como el latido del corazón de la joven se aceleró, lo sentía palpitar inquieto y asustado sobre su propio pecho. Sonrió levemente mirando sus labios con gotitas de agua.

- Ahh... sólo... – Meditó una fracción de segundos la situación. No podía decirle en realidad lo que había hablado con aquella mujer, no. Frunció el ceño con una sonrisa-... ella pensaba igual que yo... dice que tu novela será un éxito... que es magnífica.

- ¿Si?

El hombre le sonrió y la tomó de tal forma que su cuerpo se amoldó al suyo, Kagome jadeó antes el roce de su sexo, impaciente, posesivo. Quedó casi recostada en el agua, con la cabeza en la piedra y él que quitó el elástico de sus cabellos. Su boca varonil se apoderó del cuello expuesto y Kagome se aferró más a él, una de las manos que estaba enrollada en el cuello del hombre se deslizó suavemente por sobre su pecho, Inuyasha siguió el movimiento de aquella mano suave y pequeña de Kagome, con los labios entreabiertos, jadeando ante el placer de sentirse tocado tan lentamente de esa forma. Erótica Kagome... seguro que lo que estaba haciendo era sin pensar que lo estaba provocando. No pudo evitarlo, de su garganta salió un ronco suspiro y ella alzó sus ojos mirándolo atentamente. Pero reconoció aquel fuego lleno de deseo en sus ojos dorados, oscuros, con matices rojos y negros cerca de su iris. Sintió escalofríos a pesar de estar en agua caliente y ella también gimió. Inuyasha se acercó y la besó con fuerza e impetuosidad.

Ella sintió la mano de él tras su espalda, acercándola a su pecho, la otra mano siempre posesionada en su cintura, sus besos, caricias, enredó sus piernas en sus caderas permitiendo el enlace, Inuyasha la cubrió por completo, Kagome esquivó sus besos y se apoyó en el hombro de él, reteniendo el aliento. Cómo podía ser Inuyasha tan exquisitamente dulce y apasionado, cómo podía elevarla casi a las nubes y hacerla enloquecer de tanto placer.

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