Capítulo 2: Imperfecto

255 39 4
                                    

DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar.

Derechos Reservados.

Capítulo 2: "Imperfecto"

- Te apuesto lo que quieras que ella es una modelo...- Dijo de pronto Sango en un murmullo. En ese momento Kagome volteó el rostro y vio como su amiga sonreía ampliamente- ... no sé como alguien como él puede estar con personas... así...

- ¿Personas... así?- Repitió ella levantando levemente una ceja. Acercó la mano a su copa y se dio cuenta lo horriblemente nerviosa que estaba, se la llevó a los labios rápidamente y tragó con fuerza, sólo entonces se dio cuenta que se lo había bebido todo hacía un rato. Sus mejillas se colorearon más y dejó nuevamente la copa con disimulo en la mesa. Qué torpe era cuando estaba él cerca.

- Sin intelecto...- Murmuró Sango sonriendo y posando un dedo en la sien-... sin cerebro...

Kagome miró de reojo a la pareja. Aquella mujer que estaba a su lado era hermosa, muy hermosa. Era estilizada y su piel era blanca como la leche. Sus cabellos negros, suaves y largos caían muy lisos por su espalda. Llevaba un pequeño y elegante vestidito negro de diseñador, se le notaba, se cruzaba de piernas seductoramente una y otra vez y era obvio que Inuyasha estaba loco por ella. Cuando la mujer ladeó el rostro Kagome vio su perfil. Sí, en verdad era ella muy bella. Lógico, siempre era igual. Suspiró con derrota apoyando una mano en la mejilla en actitud que por segundos pareció melancólica.

- Tal vez... no se necesite intelecto para hacer lo que Inuyasha quiere...- Musitó luego, celosa. Aquellas palabras afloraron de su boca sin siquiera pensar y sólo cuando escuchó a Sango reír se dio cuenta del comentario. Ella nunca hacía comentarios de doble sentido. Jamás. Enrojeció aun más de lo que estaba y evitó mirar a Inuyasha y también a su "amiguita".

- Aun así... me cae bien ese tonto...

- ¿Ah si?- La miró con recelo.

La joven Jefa de Diseño se bebió lo que quedaba de su trago pero no apartó la mirada de ella.

- Ajá... y ¿sabes? Hay algo que me ronda en la cabeza hace mucho... mmm no quería comentártelo antes... pero ahora que veo y me doy cuenta que detestas a tu querido editor, te lo diré. Yo creía que estabas enamorada de él y que por eso el tipo de tus novelas era igualito a Inuyasha, en las dos primeras era algo sutil, pero en esta hasta lo físico es casi igual, aunque admito que el de la vida real es un asco ¿Qué dices?

Sentía el corazón latir aprisa, pero no estaba muy segura si era por Inuyasha que estaba tan cerca o por las palabras de Sango. Luego pareció meditar lo último. ¿Un asco?... nooo, pobrecito, no era para tanto, él no era un asco de persona... tenía sus defectos, es cierto pero... ¿un asco? Su amiga era muy dura con su pobre editor. Lo miró de reojo y frunció el ceño enojada al ver como éste se acercaba a la chica y le decía algo al oído. Maldito, grrr y ella defendiéndolo...

- ¡Ja! Te equivocas... ¿Cómo crees? ¿yo enamorada de un tipo como ese? ¿De un hombre tan banal que... que... que sólo se fija en la apariencia externa de una mujer? ¡Por favor!- Volvió a mirarlo y su ira se apaciguó cuando lo vio sonreír nuevamente.- En todo caso... no lo detesto tanto... en realidad... no lo detesto... bueno... a veces... es complicado decirlo... – Musitó, bloqueando por milésima vez un inquieto pensamiento.

- Sí, sí lo sé... y aunque... pensándolo bien Inuyasha no es una mala persona... me extrañaría mucho el que tú... sé que detestas a los hombres tan banales... bueno, tal vez sólo estaba imaginando... de todas formas el héroe de tus novelas es igualito a él... sobre todo el de ahora.

El Hombre PerfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora