Capítulo VIII

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PAREJA N° 6  ChenMin 

Cada prenda que se ponía le desagradaba ya que no le quedaba como su mente imaginaba, o su mente era demasiado generosa, ahora entendía cuando le decían "adorable", es que toda su ropa lo era, no podía encontrar  un conjunto que le quedase "sexy". Minseok comenzó a tirar toda la ropa que su placar disponía, pero no encontraba nada adecuado, y la ansiedad con sus nervios  no eran una gran combinación, quería impresionar  a todos con  su Look sensual, sacar a la "loba" de su interior, hace mucho que no salía de noche, mil veces prefería las salidas al shopping en la tarde. 

Un pequeño jadeo soltó sus pulmones, solo le quedaban 20 minutos antes de que Jongdae lo pasase a buscar, arrojo la camisa que tenia, y sin ninguna otra salido, corrió hacia la otra habitación, entró sin golpear, Luhan estaba recostado  en la cama, mirando al techo suaves suspiros, Minseok se abalanzo a su hermano. 

— Minnieeeeeeee pesas... — gruño casi sin respiración.

— ¡No soy tan pesado! — protesto, Minseok se incorporó de su hermano — Lu necesito que me ayudes — hizo un puchero, Luhan lo observó, su hermano sabía perfectamente cómo conseguir favores y esos eran sus Aegyo, Luhan sonrió derrotados por ellos. 

— Está bien, ahora dime que necesitas. —Minseok sonrió  triunfal y besó la mejilla de su hermano. 

— Pues verás... hoy tengo mi disque cita con Jongdae y no sé que ponerme... —respondió incorporándose de la cama, Minseok miró a su hermano con los hombros caídos. 

— ¿Pero no qué odiabas la apuesta? — bufó burlón. 

— Si tanto como tu... Lu no me has dicho que sucedió con Sehun en su cita —canturreó, Luhan sonrió con amargura. 

— Nada importante Minnie... — soltó con tristeza. — Dejemos de hablar y manos a la obra, te dejaré tan sexy que Jongdae no se resistirá a ti — chilló un poco más alegre, Minseok lo golpeo. — ¿Y eso por qué? — indagó ofendido. 

— Yo no quiero conquistar a Jongdae... nosotros somos amigos, solo quiero que me dejen de ver como una criaturita linda y que empiecen a ver como un hombre — alzó su mano al aire, Luhan carcajeo. 

— Creo q-que para eso deberías nacer otra vez —dijo entre risas. 

— ¡Ya! deja de burlarte, ayúdame... se me hará tarde — gritó sumamente irritado. 

Luhan no dijo nada, su risa contenida se le hacía imposible así que solo asintió. 

— ¡Listo! —exclamó orgulloso. 

Minseok se observaba en el espejo, sin duda su hermano era el mejor. — ¡Gracias Lu! —agradeció muy conforme a su pequeña transformación ¿Quién diría que unos Jeans ceñidos negros, una remera gris suelta y unas botas negras lo harían ver tan jodidamente sexy? Pues nadie, Minseok no podía creer lo que podía hacer Luhan en tan solo unos minutos, aunque le molestaba la remera, era un poco larga para él, eso dejaba intencionalmente descubierto su hombro y gran parte de sus clavículas, pero obviamente sin ser exagerado.  

En ese momento el timbre sonó, Minseok sonrió, ambos hermanos bajaron por las escaleras, abrieron la puerta. Jongdae parado con una gran sonrisa. 

— Vengo a buscar a Minseok —Luhan achicó los ojos. 

— Te lo prestaré por esta noche, pero debes regresarlo antes de las 00:00 o estarás muerto — espetó serio. 

— Claro que si, hada madrina, ahora vamos Minseokcienta —sin tardar sujetó el brazo de Minseok y lo sacó de la casa, Luhan se despedía como toda gran madre orgullosa de su capullo. 

Un contrato entre caballerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora