Capítulo XII

3.9K 448 17
                                    


POV AUTOR


PAREJA N°3 SuLay


 


 
Cada palabras que salía de sus labios era simplemente indignante, ya no podía soportar más aquella señora, ¿Cómo se atrevía a decir eso de Junmyeon? Pero Yixing sonreía conteniendo sus fuertes ganas de golpear a esa mujer.

— Yixing este pequeño trabajo es muy importante, solo debes hacer lo que yo te diga, tú padre estará muy orgulloso de ti, y por fin sacaremos a ese maldito becado, esto es culpa del gobierno y sus obras de caridad que cada vez tenemos a más muertos de hambre en nuestro instituto prestigioso. — murmuró la directora con irritación.

— Si trataré de ayudarla en lo que pueda. — contestó Xing con una sonrisa falsa.

— Me alegra escuchar eso... Ya puedes irte Zhang. — dijo calmada, Yixing asintió y se levantó de su lugar, salió de la oficina molesto, indignado por el acontecimiento recién vivido, siguió caminando por los pasillos, realmente aquella creía que él iba a delatar a Junmyeon, aun que a su vez estaba sorprendido sobre la noticia, tenía algunas sospechas pero no podía creer que Junmyeon hubiese caído tan bajo, tocado fondo de aquella manera por dinero, su mente se negaba a esas posibilidades, conocía su ambición, pero no creía que llegase hasta ese punto, Junmyeon no podía tocar fondo de aquella manera, no por dinero, Yixing soltó un bufido, se sentía tan mal por no poder hacer nada, quería ayudar a Junmyeon pero su familia estaría en contra, él poseía dinero, estatus, poder, y si quería podía ayudar a Junmyeon, pero sabía que si aquel se enterara se sentiría humillado y lo odiaría, y eso era algo que Yixing odiaría, Junmyeon era demasiado importante para él, aun que fuese un ambicioso, comprendía sobre su situación económica, la frustración de depender de otros, y de agachar la cabeza, Yixing experimentaba todo eso cuando estaba rodeado por su familia, no podía mostrarse tal como era, odiaba no ser aceptado tal como es, de cierta manera sentía celos de Junmyeon, aún su economía no era la mejor, Junmyeon era libre, podía hacer lo que quisiera, sin que nadie le dijese nada, en cambio él, tenía que cumplir con costumbres familiares, seguir las ordenes de sus padres, no poder disfrutar la vida, su adolescencia ¿De qué le servía ser millonario? Si lo único que quería es divertirse junto con sus amigos, pero a cambio de ello tenía que pasarse horas, aprendiendo y memorizando los nombres de sus futuros empleados, las estrategias de las acciones de su padre, conociendo a personas con poder, todo ello lo asqueaba, Yixing solo quería sentir la suave brisa del mar, de correr de luego haber hecho una travesura, poder salir a fiestas sin estar siendo vigilado, pero gracias a Junmyeon había podido experimentar nuevas sensaciones, no solo el amor, sino conocer a las personas de su clase, antes creí que mundo estaba rodeado de gente egoísta, sin corazón, que solo pensaba en dinero, que no tuviera sentimientos, Junmyeon le hizo abrir los ojos de aquel mundo tan materialista, su mundo se había cerrado a aquella posibilidades luego de un incidente, sus padres ni la empresa estaban dispuestos a perder al único heredero, lo cual cerraron la puerta al mundo real, llenando su mente de horribles palabras sobre la clase media, la pobre, que lo único que no debías ser era demostrar amabilidad, aun que Yixing supiese sobre ello, a él no le importaba, siempre trataría a las personas por igual, Junmyeon había sacado ese lado amable, que nunca creyó que existiera, si hace años atrás, antes de conocerlo, le hubiesen dicho ingenuo, Yixing se hubiese reído de aquella persona y la hubiese destrozado, obviamente nunca fue así con sus amigos, pero tampoco era amable, solo se mantenía en silencio, pero cuando Junmyeon comenzó a formar parte del grupo, su manera en relacionarse cambio, quería llamar su atención a cualquier modo, y había descubierto que Junmyeon odiaba a las personas débiles, y eso fue una oportunidad, no importaba si Junmyeon lo odiaba por algo tan pequeño, Yixing aprovecharía para así llamar su atención.

Un contrato entre caballerosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora