Capitulo 1. Miradas conectadas

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La música sonaba estridente, las luces neon eran el perfecto complemento para la musica de Avicii, en la pista los 4 amigos de toda la vida, mejores amigos, en los que la noche les cambió la vida, más de un corazón roto, más de una consecuencia.

No puedes planear nada en la vida, tampoco puedes dar todo por sentado, ni estar seguro que un cambio de planes no traiga un nuevo camino, eso mismo sucedió esa noche, una noche cualquiera para muchos, pero unica para otros, una noche de un 30 de abril.

Era la fiesta tan esperada de Phichit Chulanoit, por sus tan esperados 25's, habia aventado la casa por la ventana, bebidas embriagantes de todo tipo, exceso y diversión, se encontraban alli varias personalidades de la universidad, todos cursando su ultimo año.

Phichit era conocido por hacer las fiestas mas alocadas, por ser un alma libre que tenia las ideas mas acertadas para hacer una fiesta unica, donde siempre daba de que hablar durante meses, y esta no seria la excepción.

El primero en llegar fue Yuuri Katsuki un omega delgado, piel clara, con una curvilínea figura un azabache que venia de la mano de su novio beta en turno, Michele Crispino, un chico de piel apiñonada, ojos violetas, cabello castaño, muy conocido por ser algo apático con sus compañeros, pero al que el omega le habia dado el si, despues de tanta insistencia, el azabache odiaba a los alfas, a sus feromonas y todo aquello que lo relacionara a ellos, odiaba la idea de ser sometido por el instinto reproductor, odiaba ser controlado por uno de ese tipo, por ello sus novios siempre eran betas, una garantía de que podría salir huyendo sin ninguna atadura eterna de por medio.

Llegaban juntos, pero sin tomarse las manos, con una clara molestia, últimamente parecia que no compartían ideas, que no coincidían, no seria la primera vez que terminarían discutiendo.

A lo lejos la hermana beta de su pareja, novia de Otabek Altin, Sara Crispino, una chica que finjia demasiado ser una mujer dulce, de su mano, un alfa serio que venia a bordo de su nuevo auto, felices de la mano celebrando sus 5 años de noviazgo, que mejor idea que perderse en una fiesta juntos, la musica favorita de Sara sonaba, no tardó demasiado en tararear aquella canción, insistiendole a su novio, que la acompañara con la melodía.

Aquella chica movia su cadera coquetamente, dandole tiernos besos al alfa, sin soltarlo de su mano, se hacian camino entre los asistentes del lugar.

Minutos más tarde llego con una cara de pocos amigos el omega Yuri Plisetsky, seguido por su novio JJ, ambos con un ambiente tenso rodeandolos, otra pelea de nuevo, la número 4 de la semana, cada vez mas peleas, cada vez menos amor, pero a sus 6 años de noviazgo, la costumbre ya estaba hechando raices entre los dos, ambos se tomaron de la mano tratando de olvidar aquello, ojala pudieran hacerlo.

Un auto convertible rojo llegó al lugar, bajando la pareja más popular de la universidad Viktor Nikiforov aquel alfa platinado, tomado de la mano, de su ya flamante prometida Mila Babicheva, quien lucia un anillo en su dedo, lo presumía a todo lo que da, como ya le era costumbre, se habia sacado el premio mayor, ambos entraron partiendo plaza como siempre.

La noche apenas comenzaba, cuando cuatro personas cruzaron miradas, dejando de lado a sus parejas que iban de su mano, Otabek, Yuri, Viktor  y Yuuri, cuatro chicos que ahora se abrazaban en la pista, cuatro amigos de toda la vida, se conocían lo bastante bien, sabían sus miedos y sus secretos, sabian sus fortalezas y debilidades, pero para infortunio de más de uno, aquella noche todo cambiaría, para siempre.

Todo el mundo avanza, asi debe ser, seguir adelante, el mundo no se detiene, ellos pensaban que habian avanzado todos estos años, pero se equivocaban, aun no se habian movido, y esa noche, la tierra les daria una tremenda sacudida, fuerte y clara, estaban preparados para ello?, la respuesta es no, pero los grandes cambios requieren grandes pasos, el alcohol, los excesos los harían darlos.

Los 4 habian crecido juntos, se conocían desde el jardín de niños, incluso antes de que el examen de genero los diferenciara como alfa u omega, se saludaban, reían ante las ocurrencias del contrario, se habian visto crecer y conventirse en lo que eran, ahora celebraban el ultimo año de universidad, todos tomarían rumbos distintos.

La musica seguia estridente, Otabek el alfa castaño, y Viktor el platinado, habian decidido jugar billar, mientras la musica continuaba, en sus manos un par de cervezas, no tardaron demasiado en que sus amigos omegas se les unieran, celebrando como siempre los viejos tiempos, la pelirroja Mila los veia desde lejos, odiaba a los amigos de su prometido, se sentia desplazada siempre que ellos aparecían en la escena, mordia sus labios molesta, no le quedaba de otra mas que sonreir, el anillo en su mano, aquel compromiso, no era nada fácil de eliminar, sentia que habia ganado la batalla, sus amigas se acercaron entre ellas Sara Crispino, quien era supuestamente docil y amable, esa actitud le disgustaba a la de pelo rojo, pensaba las palabras necesarias para alejar a esos chicos de su novio, aquella beta era un boleto directo - No te molesta que Otabek se la pase con ellos y no contigo?.

- Aunque me moleste no puedo hacer nada, son amigos de toda la vida - bufo resignada.

- Lo entiendo, pero dos de ellos son omegas, tu eres beta, quiza no lo sepas pero, corre mas peligro con esos dos, sabes de lo que te hablo.

Aquella chica habia dado en un punto, Sara era beta, su novio alfa, una situación que la atormentaba, después de aquellas palabras tan filosas, se fue guardando silencio, dejando a una chica perdida en sus pensamientos.

No hay peor enemigo que tu mente, no hay peor enemigo que tu mismo, eso aquella beta lo sabía más que bien, miraba a Otabek, siendo amable con sus dos amigos omegas, pero sus ojos estaban puestos en aquel rubio ojos de jade, aquel chico que ahora lo abrazaba por el cuello haciendo que lo cargara, si a alguien veia como amenaza era a aquel omega Yuri Plisetsky.

Odiaba su cercania, no les quitaba la vista de encima, Mila se dio cuenta de ello, se sintió victoriosa, habia sembrado la duda, sonreia triunfante, aquellos dos jugaban, se hacian bromas sin darse cuenta que eran observados, si es verdad, eran amigos de toda la vida, pero  tenian una historia previa, que ambos se empeñaron en olvidar.

Tenian 16 años cuando los cambios hormonales y físicos los habian golpeado, habian crecido juntos en todo aspecto, su novio y aquel rubio, eran amigos entrañables como los otros dos, pero aquella amistad habia pasado a segundo termino, una tarde de abril, un dia lluvioso, aquel dia en el que su celo los golpeó, sin quererlo, el dia que iniciaron una serie de encuentros íntimos explorando el cuerpo del contrario, habian perdido la virginidad juntos, aquellos encuentros pararon cuando se dieron cuenta que la amistad debia ir primero, todo ello Sara lo sabia, pero de verdad todo habia sido olvidado?.

Ambos cruzaban miradas, las sostenian, una corriente electrica los recorria, siempre habia sido asi, algo mas alla de ellos mismos los hacia llamarse, algun dia por fin harían caso a su corazón?.

Tiempo fueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora