Capitulo 5. Celos

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Otra vez Otabek era rodeado por los brazos de su beta, esta bailaba agarrandolo fuertemente, pasando sus brazos en su cuello, marcando territorio como siempre, Sara Crispino su novia, desde hace bastante tiempo sus padres la querían, él era aceptado por la familia de ella, pero algo parecía no cuadrar, algo parecia faltarle en su vida, como para dar el siguiente paso, varias veces se había preguntado, qué era lo que pasaba?, no solamente aquella noche, sabía que algo le faltaba desde siempre, que había perdido el rumbo en algún momento de su vida, no se veia bien, había escuchado muchas historias de sus amigos cuando llegó la persona correcta a su vida, no es el tiempo es la persona, eso lo sabía después de tantos años tratándose de obligar a ver a Sara como la mujer de su vida, nada había surtido efecto ni los viajes juntos, ni los planes, ni los sueños, nada, nada era suficiente como para querer dar el siguiente paso con ella, existió una vez que sí quiso ir más allá de todo y lo recuerda bien un amor de verano, un amor que no terminó demasiado bien.

Una vez sintió aquella sensación de desenfreno y descontrol, una sola vez, sintió tocar el cielo con sus propios dedos, era muy joven es verdad, a sus 18 años aún le faltaba mucha vida por delante, pero aquella sensación de estar completo sólo al lado de aquella persona, eso le hacía darse cuenta que quizá había encontrado a la persona correcta, a su persona, después de que él celo de Yuri desencadenara el propio, ambos habían tenido una relación bastante casual, ayudándose en el celo del contrario, tratando de ser ayuda mutua, sin embargo, todo se fue al traste cuando él se dio cuenta que estaba enamorado, que aquella sensación en su estómago, aquella opresión en el pecho, que sentía solamente al verlo, significaba amor, nadie lo preparó para ello, nunca imaginó ni pensó que se terminaría enamorando de su mejor amigo, pero así es el destino y así es la vida, te hace amar a personas insospechadas, te hace tomar decisiones que te llevan a nuevos rumbos y aquella decisión de decirle que quería tener una relación más que casual, lo había llevado al destierro, pues aquel omega parecía haber huido de él, para meses más tarde, encontrarlo de la mano de su actual pareja JJ, aquel chico no lo merecía, eso estaba más que claro, muchas veces quiso advertirle que no era más que una persona convenenciera, ya que el noviazgo, era más que conveniente para la familia del alfa, pero no tenía ningún derecho a ello, porque después de todo, él si había logrado lo que el no, ir de la mano por la calle con aquel rubio y decirse su novio, el amor es es complicado, eso todos lo sabemos bien.

Lo entendió de la peor forma, seguía perdido en sus pensamientos mientras aquella beta seguía ferrada a su cuello, la miró a los ojos, trato de peinar su cabello castaño hacia atrás, tratando de verse genial, la quería es verdad, pero no la amaba, nunca podría amarla, cómo puedes amar a alguien qué te cela incluso cuando respiras?, si, con la gente parecía ser una niña linda, lo bastante tranquila y amorosa, pero muy pocos excepto el, conocían a Sara Crispino la mujer celosa.

La mujer que contaba los minutos y segundos que le tomaría para llegar con ella a casa, aquella chica, una celosa en potencia que tenía un extremo control de todo lo que su novio hacía, había soportado muchos años con semejante secreto, pues después de todo, no quería confesar que dejaba que cierta
persona fuera capaz de controlar tanto su vida, como para cercarlo de tal manera que no había ni un solo día que no quisiera huir de esa relación tormentosa, él también se preguntaba, qué hubiera pasado si?, qué hubiera sucedido si hubiera luchado un poco más por Yuri?, qué hubiera sucedido si no hubiera quitado el dedo del renglón?, las cosas estaban hechas y ahora estaba bailando en esa fiesta abrazado de la mujer tóxica y temperamental que podía hacer Sara Crispino, una mujer que claramente necesitaba ayuda psicológica, pero que sus padres se habían negado a dársela, teniendo miedo del que dirán, pero tenian que ser realistas el qué dirán ya no importaba, solamente el bienestar emocional de ella, pero como siempre prefirio hacer a un lado sus ideales, sus sueños con tal de no perjudicar a los demás, no había ni un solo momento en el que no se detuviera a pensar en estar al lado de ese omega, que no había podido olvidar y que llamaba amigo, ya que no le quedó de otra más que aceptar, aquella cruel verdad.

Bailaba sujeto de aquella mujer mientras a lo lejos JJ hacia lo mismo con aquel omega, Otabek y Yuri se dedicaban miradas, por la mente de ambos pasaba el mismo pensamiento, habian tomado la decisión correcta al no intentarlo?.

El castaño caminó agarrado de la beta, quien no parecia soltarlo, no tardo demasiado en que ella se diera cuenta de los disparates que estaba haciendo su mellizo, fue hacia el tratando de evitar algun accidente.

Momento que aquel chico aprovechó, a lo lejos aun bailando el omega, JJ paso un trago con algo mas, una bebida para lograr el cometido de la noche, marcar a Yuri, asegurar su fortuna, situacion que se vio interrumpida por Michele Crispino que había corrido al baño y sin querer le vómito encima, el alfa azabache bufaba molesto, sintiendo que el tambien sacaria su contenido alimenticio, Sara se ofrecio a ayudarlo llevandolo al baño, el rubio se reia de todo aquello, el vaso con la bebida estaba lleno, y se lo tomo sin medir consecuencias de ello.

Sonaba Mr. Saxobeat una de las canciones favoritas del rubio, estaba solo asi que aprovechó para bailar como si no hubiera mañana, la presencia de Otabek no paso por desapercibida - Baila conmigo - fue la invitación, la antesala para aquel terremoto.

Tiempo fueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora