Capitulo 3. Sorpresa

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Lo que sucedió después fue algo letal y peligroso entre los dos, un calor interno y avasallador inundaba al alfa, aquella sensación, aquella furia contenida, algo desde sus adentros que lo hacía ponerse más alerta y sobre todo que lo hacía sentir aún más deseoso de hacer un desastre con el, abre asustado los ojos cuando su mismo aroma estaba haciéndose más pesado, se levantó de la cama pero de nuevo Yuri no se lo permitió - basta ya!! creo que necesito ir a casa, tú y yo no podemos estar juntos.

- Quién dice que no podemos?, no me abandones.

- Acaso no sabes lo que un alfa le hace a un omega en celo?, no sabes lo difícil que es el celo de un alfa?.

- Lo sé muy bien, no soy un tonto.

- Entonces sí lo sabes déjame ir, antes de que pase una consecuencia.

- Consecuencia?, qué crees que pueda pasar entre nosotros?.

- Que te termine mordiendo y tomando, eso va a suceder así que déjame ir.

- Tengo un collar, un collar de protección, mis padres me lo compraron por si algún día lo necesitaba, por si tenía que salir de emergencia y mi celo empezaba a presentarse, nunca se sabe.

- Qué padres le compran un collar a su hijo?.

- Eso no importa, no estamos hablando de eso, lo que te estoy diciendo es que puedo ponerme el collar, puedes abrazarme, solo a ti te permitiría hacerlo, tu olor me tranquiliza, te necesito aquí, por favor no me hagas repetirlo.

- Vas arrepentirte de esto, puede que no sea capaz de detenerme.

- No te lo estoy pidiendo, has lo que quieras conmigo, de verdad has lo que quieras.

Aquella ocasión, aquel silencio, sus miradas se cruzaron no existió boleto de retorno, terminaron enredandose en aquella sensación desconocida, que solo el cuerpo del contrario podia darles, asi fueron varios meses, encuentros furtivos que terminaron en cuanto Otabek dijo las palabras magicas - Quieres salir conmigo? - el rubio quedo inmóvil, su razonamiento pudo mas que todo.

- No creo que sea buena idea Ota, no debemos confundirnos, creo que es mejor dejar esto aqui.

- Estas seguro de esto?.

- Lo estoy... - fue su respuesta, ahora años mas tarde veia a aquel castaño bailando con aquella beta, sujetando su cadera mientras se miraban en total complicidad, al extremo JJ, bebiendo a más no poder, si alguien le preguntara te arrepientes de ello?, la respuesta seria si, estaba malditamente arrepentido.

La veia sujetada de Otabek, este la abrazaba, se reian como un par de enamorados, ella le decia cosas al oido, su imaginación volaba, mordia sus labios tratando de calmarse, en un intento desesperado por tratar de calmar sus emociones, se sentía morir, esas caricias, esas miradas de amor, no eran suyas, el lo había decidió asi, y ahora se arrepentía terriblemente.

Viktor seguia jugando ahora solo con Yuuri Katsuki quien se movia con destreza, a lo lejos Michele Crispino jugando con varios chicos, quién podria tomar mas shots en menos tiempo?, el omega azabache bufaba, su novio era un infantil sin remedio, el platinado observaba - Es el novio más maduro que has tenido - le dijo con burla.

- No entiendo porque tengo tan mala suerte, parece que solo niños inmaduros se cruzan en mi camino.

- Creo que ninguno ha tenido suerte, Otabek con Sara, una chica insegura, celosa en potencia - tenian razon, eso era la beta, fingia no serlo, pero aquellas discusiones por trivialidades lo confirmaban - Yuri con el interesado de JJ, tu con ese idiota, pasivo del closet - odiaba admitirlo, pero su novio lo era, un chico que tendia a tener actitudes mas femeninas que cualquiera, no le extrañaria un dia encontrandolo en una situación indecorosa - y yo...

- Tu vas a casarte, eres el unico que le va bien - el alfa suspiro, sus ojos se posicionaron en su prometida, quien como siempre presumía aquel lujoso diamante, como siempre era el centro de atención.

- Mi prometida me ve como trofeo... no me ama realmente, crees que eso significa que me va bien?.

- Pero vas a casarte... pusiste un anillo en su mano.

- Mi padre me presionó para ello, quiere que me asiente antes de heredar la empresa, pero si te soy sincero, aun espero un milagro y que mágicamente aparezca la persona correcta.

- Viktor los milagros no existen - ambos sonreian con pena, las bebidas seguían llegando, aquel beta seguia jugando, estaba a la par de Emil Nekola, un alfa bastante conocido por su resistencia alcoholica y por ser un terror andante, asi era clasificado, era un terror para aquellos que tenian duda de su verdadera sexualidad, tenia un atractivo, que habia hecho a mas de uno salir del closet, ahora jugaba a beber desenfrenadamente con aquel beta, Yuuri veia aquello, paso a su lado un mesero, no dudo demasiado en tomar una copa de lo que fuera y beberla como agua.

- Porqué no intentas salir con un alfa? - dijo el platinado, el omega le dedico una mirada de fastidio - ya se... odias lo que hacen las feromonas a los omegas, odias el control, pero si odias eso quiere decir que ya lo experimentaste... - ambos se miraron, Viktor lo habia descubierto - quién fue el alfa que te descontroló? - silencio, silencio entre los dos, tomo otra copa aprovechando que aquel mesero seguia parado a su lado, aquel licor era mas fuerte que el anterior, quemaba su garganta, raspaba, pero era lo que necesitaba - no piensas decirlo?, no vas a contestarme?.

Los recuerdos venian a el, una fiesta similar a la que se encontraban, celebrando el cumpleaños de un compañero que no recordaba su nombre, tenian 18 años, su novio en turno estaba dormido en el piso despues de no aguantar el alcohol, eran cerca de las 2 am, y la fiesta apenas comenzaba.

El calor recorría su cuerpo, el vino y diversas bebidas lo habian llenado de calor, la musica subio de volumen, por suerte la musica que tanto le gustaba, addicted to you de Avicii , se habia unido al baile grupal, la pista estaba llena, movia su cadera, al ritmo de aquel sonido, se sentia aturdido por el alcohol en su sistema, pero se sentia sin ataduras de lo que era correcto o no, habia crecido en una familia conservadora, la libertad de estudiar lejos le habia dado libertades que estaba adorando, ahora bailaba desenfrenadamente su musica favorita, soltando sin querer su esencia, todo estaba bien, pero un aroma lo atrajo, un aroma lo hizo vibrar, y unas manos sosteniendo su cintura por detras, acariciaban su abdomen, no podia detenerse, se estaba dejando llevar por aquel aroma a chocolate, era un alfa, un alfa que descaradamente, lo estaba rociando con sus feromonas, un alfa que lo hacía lubricar.

Recordaba todo, mientras el platinado lo observaba atento, sonreia al verlo en apuros, su corazón latio con fuerza, esa era la manera en la que su cuerpo se comportaba por aquel omega, su pulso acelerado, las mariposas en el estómago desde que la adolescencia llegó a ellos, pero ahora años mas tarde, con un amor mas maduro, lo observaba como si tuviera frente a el, al ser mas valioso, sentimientos que ahora salían como caudal sin poder detenerlos.

Tiempo fueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora