Capitulo 4. Desenfreno

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Aquel dia, ese aroma era potente, fuerte y atrayente, sentia las manos del extraño sujetarlo de la cadera, las sujetó y las apretó contra las suyas, mientras seguia moviendo su retaguardia en aquel chico que lo volvía loco.

La musica seguia, caricias que hacían que su piel ardiera, algo que bajaba de sus adentros, la antesala del peligro, a lo lejos su novio se removia para acomodarse en el frio piso, mientras el bailaba descaradamente con aquel alfa, que ahora pasaba su nariz en su cuello, podia sentir su erección en sus glúteos, despues de varias canciones bailadas, trago ondo, quizo caminar y apartarse antes de que fuera tarde, dando pasos seguros entre la multitud, debia huir a un lugar seguro, fue en ese momento, cuando aquellos brazos fuertes lo levantaron, para llevarlo a una habitación.

El omega estaba perdido, estaba siendo recargado en la pared, mientras aquel alfa besaba su cuello, podia sentir aquella erección, y no tenía miedo de ello, sabía que era demasiado tarde, no dudo ni un segundo en restregar sus glúteos de nuevo, sentir aquel falo que estaba siendo una tortura.

Conocía esas manos que ahora lo acariciaban, faltaban unas semanas para su celo, pero la presencia de aquel alfa hacia estragos en el, escuchó el sonido del cinturon del contrario, sabia lo que eso significaba, e hizo lo mismo, bajo su pantalón para sentir unos dedos profanandolo, gemia gustoso, estaba terriblemente extasiado, si que lo estaba.

Sus amigos bailaban en la pista sin percatarse que el azabache estaba en algún lugar de aquella casa, siendo penetrado por un alfa, dejandose llevar por sus más bajos instintos, el y su acompañante gemian gustosos, se habian provocado tanto que habian despertado un deseo mas alla de la decencia y rectitud.

Se sostenia de la pared, mientras aquel hombre lo hacia un desastre, salio de el, se quejo molesto, volteo y lo beso, ya no habia tiempo para recriminaciones, ni para arrepentirse de lo ocurrido, entre besos quitaron lo que quedaba de ropa.

Para recostarse en aquella cama, el alfa se recostó para dejar que el omega hiciera el trabajo, lo sujetaba con fuerza haciendo el movimiento de su cadera mas profundo, arañaba la piel blanca de los gluteos del contrario mientras le gruñia.

La oscuridad de la habitación era poderosa, pero apenas la luna daba luz suficiente para ver sus rostros cuando el orgasmo los golpeo, Yuuri besaba a aquel chico, mientras este lo llenaba por completo, dejó caer su cuerpo en aquel torso tonificado, las respiraciones de ambos eran erraticas, el nudo se sentia demasiado bien en el omega, se sentía pleno - Estuvo genial cierto? - dijo aquel alfa.

- Si que fue genial.... Viktor... - El nudo habia pasado, se levantó a ponerse la ropa, al igual que su compañero, a la luz de la luna aquel cabello plateado se veia como hebras de plata, el silencio los inundo, aquellos ojos azules lo observaban ahora con amor, acaricio el rostro del contrario, se dieron otro beso, lo habian añorado demasiado, eran amigos desde niños, pero siempre existió algo que no dejaba de acercarlos.

Aquel omega rubio se habia dormido en un sillon, Otabek buscaba entre la multitud a sus amigos, no veia ni al azabache ni al alfa, su corazón se detuvo cuando los vio salir de una habitación, pensando mil y un cosas que fueron confirmadas en cuanto el olor a sexo lo inundo, un aroma mezclado con la esencia de ambos, se escondió para que no lo vieran - Pero que demonios??!! - dijo.

- Pasa algo?- una pelirroja parada frente a el, que tiempo mas tarde se convertiría en la novia de Viktor.

- Nada... - dijo serio, le decía cosas tontas esperando que aquellos dos se perdieran entre la multitud, grande fue su sorpresa al dia siguiente a ello, ambos decian no recordar nada de la fiesta, ambos alegaban estar lo suficientemente borrachos para ello, asi que decidió callar.

Los años pasaban y se convirtió en un secreto, Yuuri mintio, recordaba todo aquello, se sintio herido al no recibir ningún mensaje de aquel platinado un "no recuerdo nada" salio por orgullo, "yo tampoco", salio del contrario.

Tiempo despues Yuuri cambio de novio, esto lleno de aun mas dolor a Viktor, el también mintió, recordaba todo a la perfección, habia sido el mejor encuentro de su vida, y aquel azabache finjia demencia, cuando quizo hablar de ello, la nueva pareja fue anunciada, se habia ahogado varios dias en parrandas injustificadas, haciendo de su vida un desastre, aquel platinado tenia su corazon roto y Mila Babicheva apareció en el camino, el mejor remedio para el tipico "un clavo saca otro clavo".

Años mas tarde ambos en medio de la musica recordaban todo, Víktor también tomo lo primero que encontró, habia lanzado la pregunta, Yuuri sera capaz de recordar aquel encuentro?, por fin seria sincero?.

El azabache miraba a la nada - No necesitas saberlo - fue la contestación a la pregunta, el contrario bufo con desilusión, aquella pelirroja no tardó demasiado en rodear su cuello, el omega se sintió atacado por los ojos de aquella chica, suspiro resignado caminando hacia su novio, que seguia jugando a ser fuerte.

Se sentó al lado de aquellos chicos ruidosos, lo que sintió aquella noche, aquel desenfreno, aquella sensacion de fuego naciendo en sus adentros fue algo que jamas volvió a sentir, aquella sensación de ser olvidado tan fácilmente, aquella idea de no ser mas que un acompañante en una noche de desenfreno, lo hizo estar enojado con los alfas, acaso todos eran iguales?, acaso esa era la verdadera razon?.

Suspiro sintiendo el peso de sus palabras y las decisiones que tomó en aquellos años, aún seguía guardando dentro de sí una serie de recriminaciones hacia su amigo alfa, hacia Víktor que lo había olvidado de un momento a otro, ahora lo veía a punto de casarse con aquella pelirroja, habia mentido quiza debio ser sincero, pues desde que tenia uso de razon, habia estado enamorado de aquel chico cabello de luna, suspiraba triste, podía darse cuenta de la manera tan sutil en la que la pelirroja presumía aquel hermoso anillo, sin quererlo como acto reflejo levantó su mano para verla, la mano derecha no tenía ninguna prueba de nada, y quizo regresar el tiempo, hacer las cosas diferentes, quiza en este momento, el seria el que tuviera esa argolla en la mano, quiza el seria su prometido, pero ahora estaba en una relacion con un tipo inmaduro, su novio de apenas dos años, seguía bebiendo sin control, creyéndose ser un ser grande sólo por haber tomado varios shots de bebidas sin haber caído desmayado, no cabía duda que las aspiraciones a su novio perfecto habían bajado demasiado, volvía a preguntarse aquello, de verdad estaba enojado con Viktor?, por haberlo olvidado o era que secretamente aún sin admitirlo no quería tener a ningún otro alfa a su lado que no fuera aquel platinado?, no sabía que tenían en esas bebidas, pero sólo sabía algo, lo hacían sincerarse demasiado para su propio bien.

Tiempo fueraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora