*CAPÍTULO 3*

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—También suelten esas bolsas, ahora.

—¿Enserio? ¿Quieren jugar? Pues vamos a jugar —propuso una divertida Agus—.

Me agarra del brazo y salimos de la ventana lo más rápido con las bolsas mientras los otros idiotas nos perseguían.

Frenamos cuando un muro apareció en el camino que cubre alrededor del banco; entonces tomamos distintos rumbos. Agus por la derecha y yo por la izquierda igualmente se dividieron los policías, entonces corrí lo más que pude hasta que... ¡mierda!. Otro muro y esta vez ya finaliza el camino no, no, no mierda ¡y más mierda!.

Me desesperé y trepé al muro pero como era liso me deslice, no podía subir y ya era tarde, el policía se me estaba acercando sacando unos de sus bolsillos las esposas.

Yo giré mi cabeza y me encontré con su sexy cuerpo; sí que era atractivo: tiene una remera azul fuerte ajustado que remarcaba sus musculos enrollado con sus pantalones negros a juego con las zapatillas, al costado de la remera en su pecho tenía un pequeño dibujo de un escudo con varios retoques con el nombre de la comisaria y el otro costado del pecho tenía la etiqueta con el nombre del: oficial Ross Shor Lynch, así que... así se llama.

—Y ahora ¿Dónde te escaparas? —rió malicioso—.

No dije nada. Estaba perdida en sus ojos mieles; por Dios esos ojos que cualquiera se derretía y ese cabello...

Dejé mis pensamientos cuando él se iba acercándose lentamente, apuntando su arma en mi cara mientras daba pasos para atrás al mismo tiempo que él se iba a acercando hasta que me acorralo en el muro y bajo el arma; me quitó la bolsa bruscamente de mi mano y me agarró la cintura dándome vuelta apegándome al muro, lastimándome la cara y mis pechos; agarró mis brazos poniendo a mi cintura.

—Oye idiota ¡me lastimas! —me quejé—.

—¡Cállate!.

Permanecí callada hasta que sentí la esposas ajustando mis muñecas que hice una mueca de dolor.

Después Ross me empujó hasta donde estaba el otro policía que también tenía a Agus esposada y trate ver al otro rubio era más alto que Ross también tenía músculos, pero no tanto, usaba el mismo traje que el de Ross y tenía su flequillo que cubría parte del rostro con unos anteojos negros, trate de ver su etiqueta que tenía escrito: oficial Riker Anthony Lynch.

—¿Qué mierda hacemos _____? —me susurró—.

—Ya estamos jodidas, no tenemos nada más que hacer.

—Si hay una manera.

—¿Cuál?.

—Seducirlos, por ellos no quedamos en prisión por años.

—Me parecen atractivos.

—Tú seduces a Ross y yo al otro.

—Buena idea.

Queríamos seguir hablando pero los dos nos interrumpieron tirándonos al piso manteniendo las caras puesta para abajo, nuestros brazos esposados por la espalda, nuestras piernas juntas y derechas; quedamos extrañadas a esta acción hasta que oímos a mucha gente gritando, mierda lo que faltaba, traían cámaras y venían los periodistas. Dios llévame por favor.

Después de un largo tiempo...  ahí seguíamos Agus y yo acostadas en el cesped, ya no aguantaba esta tortura... había muchas cámaras dirigidas a nosotras que grababan y muchos flashes. Esto era el pésimo infierno.

Moví mi cabeza y me encontré con una periodista realizando una entrevista a los policías Lynch's,¡Hasta que hora quedaré acostada en este maldito césped de mierda!.

Después de otro largo tiempo solo quedaron poca personas y chismoseando odio ese tipo de gente, seguíamos acostadas en el molesto césped que me picaba todo el cuerpo hasta que escuche pasos acercarse y unas manos en la cintura nos levantaron.

—Bueno niñas vamos para el auto— Dijo Ross con su tono triunfante—.

Idiota.

Las dos no respondimos estábamos frutradas. Nos empujaron hasta el auto y nos hicieron inclinar hacia el capón a revisar que guardábamos, Riker con Agus y Ross conmigo.

—¿Preparada?—me volvió a susurrar—.

—Claro.

Ahora es el momento de nuestro segundo plan...

Seducir a al sexy policía Lynch.



ARRESTADA POR EL POLICÍA LYNCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora