*EPÍLOGO*

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Cuando estas encerrado, no sabes lo que hay en el exterior, no sabes lo que se siente la libertad asumiendo que tuviste la culpa de algún problema.

Pero nunca sabes con quien el destino te puede cruzar.

— ¿Usted es la señorita _____ Young? — pregunto un desconocido oficial.

— Sí, señor — le mire atenta.

— Acompáñeme, hoy se la libera— abrió la puerta.

Nunca sabes que hay después del dolor, ¿Alivio?, ¿o más sufrimiento?

— ¡_____! — Escuché el grito de mi mejor amiga, corrí a abrazarla con lágrimas en mis ojos.

¿Y por que el nunca lo pensaba frecuentemente? Porque el nunca, sería la próxima palabra.

Cuando sus ojos mieles cruzaron los míos.

— Señoritas, aquí es la oficina — hablo tranquilamente el rubio.

Es el nunca más cuando tenga la libertad.

— Agustina Gómez y _____ Young — hablo de nuevo el viejo idiota, con el cual nos informó que seríamos arrestadas por dos años, en el cual sería incompleto.

¿Por qué me caían lágrimas de dolor? ¿No de alegría? ¿Por qué sentía que una parte de mi corazón lo dejaría aquí?

— Los daños y perjuicios fueron pagados, por lo que hoy mismo son liberadas, espero que en sus prósperas vidas no vuelvan a cometer otro error que les perjudique más de lo que están, les deseo mucha suerte — nos sonrió.

Y forzadamente le sonreí, como también lo hacia Agus, él ni siquiera sabía como estábamos por dentro, nunca lo iba a saber.

— Muchas gracias señor — respondieron felices Grace y Thomas.

— Pueden retirarse, Ross y Riker los acompañarán — hablo alegremente.

Por favor no.

Fije en el escritorios la esposas e imaginé que ese material siempre se unían.

Es que sentía que su corazón y el mío eran como las muñequeras de las esposas, que soportaban la fuerza, que soportaban el dolor, la angustia de una persona que no quería estar allí, soportaba la oscuridad, ser jaladas, porque nunca se quieren partir, están hechas esas dos partes para estar juntas, y si se rompían, se volverían a unir, esos corazones volverían a estar juntos, cueste lo que cueste.

— Entren al coche, chicas — Habló Thomas.

Nos sentamos en los asientos traseros del coche y nos colocamos el cinturón.

—Ahora, hay que partir a una nueva vida — mascullo orgullosa Grace.

Fije mi mirada en el vidrio trasero del coche, y mi ojos irritados se mezclaron con los suyos, en una última despedida.

Si esos corazones estaban hechos el uno para el otro, ¿Será que en esa vida nueva lo pueda volver a ver?

Nunca sabes lo que te espera.

~Fin~

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[Segunda temporada: Disponible]

ARRESTADA POR EL POLICÍA LYNCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora