Lein
He conocido muchos hombres aterradores en mi vida, pero este señor hace que los párpados me tiemblen.
-Señor, ¿a qué debo el honor de su visita?-le pregunto mientras repara la habitación del hotel con sus ojos.
A ver, la mente se me cierra a la hora de pensar cómo es que este señor sabe dónde me estoy hospedando.
Marco es una réplica exacta de él. Cabello negro y unos marrones, pero a este Bellini se le ven cansados, mantengo la compostura a medida que se pasea a mi alrededor, no hay cosa que odie más que el silencio.
-Estoy consciente de que mi hijo te pretende -hace una pausa y en respuesta a mi silencio dice- Marco- alza las cejas.
-Si, bueno, hemos salido un par de veces, pero no creo que sea tan serio, es decir, dudo que Marco me pretenda como usted dice, señor.
-Querida, mi hijo puso los ojos en ti y eso no pasa muy a menudo- me lanza
-¿A qué se refiere con "puso los ojos en mí"?-Sin escuchar su respuesta inconscientemente empiezo a entender en lo que me he metido. -En respuesta a mi pregunta se ríe, su voz áspera me traspasa los tímpanos y de repente quiero desaparecer.
-Mi estadía en Italia, lamentablemente llega a su fin la próxima semana- digo lamentablemente para no ofender, ya que tengo los pelos de punta
Ignora mi comentario y sigue paseándose por los espacios reducidos de mi habitación de hotel, había sentido la habitación grande hasta que este hombre de 1,90 y compostura de un gorila irrumpió en ella.
-No creo que tengas viaje de regreso- me dice tranquilo y un escalofrío me recorre las piernas
Me quedo quieta, en otras ocasiones hubiera contraatacado, pero soy una mujer inteligente y no tengo ningún conocimiento de este tipo o el resto de su familia, hablar sería literalmente conducirme a mi propia muerte quizás así que permanezco callada pero sin bajar la mirada, se manejar perfectamente este tipo de situaciones, estoy completamente entrenada emocionalmente para que el miedo no me paralice, estoy muerta de miedo por dentro pero ni por un segundo se lo demostraré.
-De mis tres hijos, Marco es el más blando y lamentablemente no es algo que vaya en nuestra sangre, la rudeza es la que nos caracteriza-toma aire y continúa-no nacimos para perder, sólo vengo a evitar que hagas algo que luego vayas a lamentar.
Actuar bajo presión me caracteriza, soy buena pensando con cabeza fría. "No nacimos para perder", yo tampoco. No sé exactamente a quién me enfrentó y cómo puedo salir bien librada de esto, así que no gasto mi energía en pensamientos negativos.
-Mi querida Lein- me toma las manos- eres una mujer preciosa, mi hijo tiene buen gusto, sin duda, pero recuerda esto: tu belleza puede ser la perdición de cualquier hombre o la tuya, debiste quedarte en Los Ángeles, porque aquí, las mujeres bellas como tú nacieron para servir a hombres poderosos como yo.
Sus últimas palabras retumban en mi cabeza, cualquier posibilidad de salir bien librada se esfuma un poco, pero no de salir, no deje de pensar ni un instante en que saldré de esta, aunque no sea de la mejor manera. No espera una respuesta, me sonríe y se marcha. Actúo con cautela, debo estar vigilada.
Pienso en Thomas, es mi salvación. Espero que Mare llegue a la habitación y le cuento.
-¿Bromeas?- me mira Mare con los ojos muy abiertos
-No.
-Espera, salir con Marco más de tres veces, bastó para que tu vida esté en juego, ¿es así?
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¡CORRE!
General FictionLa belleza la llevará por un camino del que no podrá salir y la única solución será arrasar con todo lo que se le atraviese, aunque eso signifique acabar con ella misma. Este libro fue creado por mi. No acepto copias ni adaptaciones, los personajes...