Capítulo 20

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Al llegar a la alcantarilla, se percataron que su sensei estaba al otro lado de la sala, esperando su llegada. La luz del laboratorio de Donnie seguía alumbrando.
-Al fin llegaron, hijos míos-. Saludó Splinter.
-No tuvimos éxito, sensei-. Leonardo contestó con un tono seco.
-Mañana podrán continuar
-¡No podemos, sensei, esto es alarmante!-. Exclamó Rafael.
-Paciencia, lo encontrarán mañana, tendrán más tiempo y tendrán la ayuda de Abril-. Rafael suspiró.
-Cierto... ¿a dónde se fue Abril?
-No lo sé...-. Contestó confundido el de azul.
-Donatello recibió un mensaje de ella-. Intervino Hamato Yoshi.- Casey sufrió mucho daño así que Abril lo llevó a su casa para atenderlo rápidamente
-Oh, y Donnie ¿por qué no se ha dormido?... Ya es tarde-. Cuestionó el de azul.
-Él ha estado así por unas semanas... Es posible que esté coqueteando con un microscopio-. Dijo burlonamente Rafael.
Ignorando el comentario de su hijo, el sensei respondió tranquilamente:
-Por semanas traté de hacerlo entender pero siempre me respondió lo mismo, que estaba trabajando en un importante proyecto. Ahora, se centró en revisar a la chica.
Al par de hermanos se les ocurrió hacer una visita al laboratorio de Donnie para informarse más, sin embargo su padre los detuvo convenciéndolos de que Donatello podía manejar la situación y ellos tenían que descansar. Ambos dudaron. Leonardo fu el primero en aceptar, se despidió y se fue a su habitación a diferencia de Rafael quien se quedó un momento.

-Con todo respeto, sensei, se llevaron a su hijo, quién sabe que le estarán haciendo ahora y tenemos a una kunoichi del Clan del pie en nuestro hogar ¡ayudándola!... ¿Es correcto lo que estamos haciendo?-. Preguntó preocupado Rafael.
-Hijo mío, Leonardo tomó con sabiduría esta decisión; si hacemos el bien, la suerte y la victoria estará de nuestro lado, recuerda siempre tener esperanza sin importar las circunstancias-. Colocó la mano en el hombro de su hijo y sin decir más se llevó sus manos atrás y siguió su camino al dojo. El chico temperamental, con pesadez caminó hacia su recámara, se recostó en su cama y, con dificultad, logró conciliar el sueño, al igual que Leo y su padre.

Todos se encontraban dormidos, a excepción de Donatello que aún yacía en su laboratorio examinando cuidadosamente el estado de la kunoichi. Revisaba los resultados de rayos X algo borrosos pero se apreciaba bien algunas partes, su ritmo cardiaco era bajo, no latía con la fuerza adecuada y era lento. El cansancio iba desgastando lentamente a Donnie, sin embargo no se rendía, necesitaba una respuesta o solución a su problema, tan sólo quería tener una pequeña señal de qué era lo que estaba pasando. Después de un tiempo sin tener novedades, decidió pedirle ayuda a la única persona capaz de ayudarle en una situación como esa. Marcó su número.

-¿Hola?-. Preguntaron del otro lado de la línea, una voz femenina y adormilada respondió.
-Hola, Elsa-. Saludó alegremente Donnie, sinceramente no creía que iba a tener respuesta pero debía intentar.
Elsa se enderezó quedando sentada en la cama, acarició su alborotado cabello, frotó sus ojos y limpió un delgado hilito de baba que caía de sus labios.
-¿Donnie?... ¿pero qué?...son las...-. Se escuchó un bostezo por el celular.- ¡4:12!... ¿Qué pasa?
-Lo siento, Elsa, verás... ¿recuerdas la historia que platicamos sobre las kunoichis?-. Cuestionó Donnie avergonzado pero no obtuvo respuesta de su amiga.-¿Elsa? ¿Te enojaste?-. Replicaba.- Aguarda... ¡Elsa!-. Exclamó el mutante por el celular.
-¿¡Que, Cómo!? ... ¡Yo no hice nada, él fue quien tiró la sopa!
-¿Sopa?
-Ah sí, perdón Leo...
-Donnie...-.Aclaró el mutante.
-Perdón... Donatello... sí... sí...-. Bostezó de nuevo.
-Creo que es mala idea hablar a estas horas...
-¿Tú crees...?-. Respondió Elsa con los ojos cerrados acostándose en su cama con el celular en el oído, Donnie rio ante el comentario.
-Entiendo... sólo... ¿podrías traer una de esas computadoras de alta definición profesionales de tu papá? Las que me contaste la vez pasada y otros aparatos como esos, los que tú quieras, necesito eso urgentemente, ¿podrías traerlos mañana, por favor? Si no es mucha molestia...
-Claro, Donnie
-Muchas gracias, Elsa... descansa-. Se despidió con algo de vergüenza en la última palabra.
-Por supuesto, Donnie, nos vemos mañana-. Respondió Elsa y colgó hundiéndose instantáneamente en un profundo sueño.

Ya no quedaba más que hacer, mañana continuaría con su investigación después de que Elsa traiga los materiales correctos, fue por eso que arregló todo para irse a dormir, le quitó todos los cables a Claire, la cargó y la llevó a su habitación donde la recostó lentamente en su cama, la acomodó y dejó descansar cubriéndola con una suave manta color vino. El mutante apagó la luz se colocó en el marco de la puerta para dar una última mirada a la chica que se veía sumamente tierna durmiendo, le dedicó una hermosa sonrisa y cerró la puerta. Apagó todas las luces, se acostó en el sofá de la sala y se dedicó a pensar en su hermano. Mikey desapareció, ya no estaba junto a su familia, ni siquiera se encontraba cerca, a cambio recibieron a una kunoichi en su hogar. Un extraño Intercambio.

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