Capítulo 2

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3 años han pasado desde que ___ regreso de Narnia, y debe reconocer que extraña estar allá, pero extrañaba más al profesor Kirke y aunque le cueste admitirlo también extrañó a la Sra. Macready.

Cuando regreso se la paso a lado de su abuelo y eso les ayudo al profesor en su salud. ___ le contaba con alegría todas sus hazañas, la primera vez que llegó a Narnia, cuando conoció a los castores, cuando conoció a su padre, cuando peleo con la bruja blanca, cuando la coronaron, incluso lo que había pasado cuando cayó en el profundo sueño, cuando despertó y todos lo que había pasado con el príncipe, ahora rey Caspian.

Su abuelo la escuchaba atento y maravillado por todo lo que había pasado y disfruto la compañía de su querida nieta, aunque no fuera biológica, esa joven había alegrado sus días.

La felicidad no duro tanto como lo hubiera deseado, tristemente el profesor Kirke murió un año después mientras dormía. Sin duda fueron días tristes para ___, pero estaba feliz de que pudo ver a su abuelo una vez más.

—¿Segura que estarás bien tu sola, querida? —. Preguntó la Sra. Macready ya con sus maletas en mano.

—Claro que sí, no puedo atarla aquí.

—Es para mí un honor servirte, querida.

—Y lo agradezco mucho, ha cuidado de mi toda mi vida, creo que es tiempo que viva la suya.— Dijo ___ con una sonrisa sincera.

—Sabes dónde encontrarme.— Dijo Macready y le dio un abrazo a la chica.

Desde ese momento ___ se quedó sola en esa enorme casa, la Sra Macready siempre estaba al pendiente de ella y eso lo agradecía pero no quitaba el hecho de que ya no tenía a su familia a su lado.

___ se la pasaba encerrada en la biblioteca de la mansión; le gustaba leer libros de fantasía, le hacía recordar que estaba en Narnia y le hacía creer que podría regresar, su abuelo también lo creía, después de tanto insistir le tuvo que decir la verdad al profesor del porque había regresado, el sintió que era por su culpa que ___ no pudo ser feliz pero aun así el nunca perdió la esperanza de que ella regresaría a su verdadero hogar.

Los dos años siguientes se habían vuelto una rutina, despertaba, desayunada, iba a la biblioteca y se la pasaba ahí el resto de la tarde.

Lo único que le alegraba en tiempos difíciles eran las cartas que enviaba y recibía a sus amigos los Pevenise, por medio de ellas se había enterado que Peter y Susan se habían ido a los Estados Unidos, mientras que Edmund y Lucy se irían a Cambrige con unos familiares, en ese momento se le ocurrió la idea de invitarlos a quedarse con ella, pero ellos tuvieron que declinar la oferta.

A veces la tristeza la invadía, la hacía dudar ¿Y si mejor se hubiera quedado en Narnia? ¿Y si hubiera escogido a Caspian?, pero ella en seguida alejaba esos pensamientos, era fuerte no dejaría que la tristeza y negatividad la invadieran, ella había tomado una decisión y tenía que hacerse responsable de sus actos.

Ese día había despertado de buenas, quería salir al aire libre, explorar. No muy lejos de la mansión descubrió que había un pequeño río, así que decidió ir para pasar un rato. Al llegar al lugar sintió como la felicidad y la libertad la invadían; quería sentir la naturaleza, decidió quitarse los zapatos y comenzó a caminar a la orilla del largo, mientras disfrutaba de la naturaleza que la rodeaba pero en ese momento ella tropezó, provocando que cayera al agua.

La corriente del río la empezó a llevar evitando que lograra salir, después de varios intentos lo logró, había logrado salir a la superficie y tomar una gran bocanada de aire.

Comenzó a nadar para llegar a la orilla, pero nadaba y nadaba y no tocaba tierra y fue cuando se dio cuenta que estaba en el mar; los árboles, el bosque, todo había desaparecido.

Giro y se dio cuenta que un gran barco se dirigía hacia ella y vio que una persona, un hombre saltó del barco y nadaba hacia ella. Los nervios la empezaron a invadir y comenzó a nadar lo más rápido que podía.

Sintió que el hombre llegó hasta ella, como pudo comenzó a golpearlo para defenderse y poder escapar, aunque era algo inútil porque solo había mar.

—Oye, oye—. Dijo el joven que trataba de esquivar los golpes. —Estoy tratando de ayudar.

—¿No me mataras?

—¡Claro que no! ¿Por quién me tomas?

Después de un rato ___ logro identificar esa voz.

—¿Edmund?

—¿___?

—¿Dónde estamos?

—¡En Narnia!

—¿Pero cómo?—. Preguntó confundida.

—Creo que mejor vamos al barco y continuamos nuestra conversación ¿no?

—Sí, tienes razón.

Ambas nadaron hacia el barco y el resto de los tripulantes los ayudaron a subir. Una vez a bordo le dieron toallas para que se secaran. Y finalmente Edmund pudo abrazar a su amiga.

—Me alegra mucho verte.

—Igual, los extrañe mucho.

—¡___!

La chica giro encontrándose con su gran amiga.

—¡Lucy!—. Gritó mientras corría hacia ella y abrazarla.

—¿En serio eres tú?—. Preguntó Lucy mientras se separaba de su amiga

—¡Si!

—¿Pero cómo?

—No tengo idea, pero estoy feliz de estar aquí. ¿Ustedes cuando llegaron?

—Nosotros también acabamos de llegar.

Su conversación se vio interrumpida por el grito de un niño

—¡Quítenmelo! ¡Esa cosa me quiere comer!—. Gritó al mismo tiempo que se alejaba al ratón de el

___ bajó la mirada y si sonrisa se agrando.

—¡Reepechip!

—Que dicha de tenerla aquí nuevamente, majestad.

—Igualmente amigo, me alegra mucho volver a verte.

—Majestades—. Dijo el ratón mientras hacia una reverencia a Lucy y Edmund. —¿Me permite arrojar a este muchacho de nuevo al agua?

—¡Esa rata trató de comerme!—. Gritó Eustace.

—Solo trate de sacar el agua de sus pulmones.

—Vieron eso, esa rata acaba de hablar. —Dijo en shock. — Necesito salir de aqui ¡Les obligo a que me digan en donde estamos!

— En el viajero del alba, el mejor navío de la flota Narniana.

Eustace al ver que un minotauro hablo el chico solo cayo desmayado, escena que le divirtió a ___.

—¿___?

La chica se helo al escuchar esa voz varonil, no tenía que adivinar, sabía perfectamente de quien era. La chica se giro lentamente y se encontró con aquel joven que tanto invadía su mente, Caspian.

Se veía tan diferente, más guapo de lo que recordaba, sus facciones habian cambiado y ahora tenia barba.

—¿Caspian?

El rey se aproximó a ella y le dio un gran abrazo.

—De verdad estás aquí—. Le dijo con una gran sonrisa. —Vengan.

Caspian tomó la mano de ___, y le indicó a Edmund y Lucy que lo siguieran. Los cuatros subieron unos escalones y se dirigió a los tripulantes

—¡Atención tripulantes! Les presento a nuestros náufragos. Edmund el justo, Lucy la valiente y ___ la audaz. Rey y reinas de Narnia.

Toda la tripulación se arrodilló ante sus reyes.

Las crónicas de Narnia y la travesía del viajero del alba ( Caspian y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora