Nada fuera de lo normal, misma academia, mismas personas. La última clase termino y podríamos regresar a casa.
Estaba lloviendo más de lo habitual; mi madre tuvo razón en que debía llevarme una sombrilla. No tengo amigos, y no me interesa la compañía. Los otros dicen que soy rara, que a mi edad debería ser extrovertida y curiosa.
Pero soy todo lo contrario, insegura de mi misma y con poca confianza, incluyendo a los demás.
—Maldición!. -estaba por abrir la sombrilla al estar casi en la salida de la academia; un niño, con el pelo como carbón maldijo logrando que arqueara una ceja. ¿Es esto a lo que llaman curiosidad?.
No lo conozco, pero siento inquietud de saber que le ocurre.
—Disculpa. -volteó su cabeza mirándome, fue como si algo en mi cambiará, un nudo en mi garganta me impidió casi hablar.
—H-Hola, ¿se te ofrece algo?. - negué.
—La lluvia está fuerte, parece que no tienes paraguas. -su mirada cambió a una obvia, rasco su nuca y negó.
—No, la verdad no, la casa de mi abuela no está tan lejos pero.. - ladee mi cabeza a un lado, suspiré.
—Toma. -extendí mi Sombrilla hasta él; empezó a tartamudear en forma de negación. Por última vez lo mire mal tomando su mano y colocando el metal de la sombrilla en esta.
Se sorprendió mirando como daba unos pasos hasta salir por la puerta de la academia y bajar los escalones, lo mire por unos segundos divisando que se quedó mirándome fijamente.
La sombrilla se cerró en un abrir y cerrar de ojos cubriendo al chico delante mío, sin razón solté una pequeña risa, él levantó la sombrilla mirándome y soltando igual una risa.
—Nos vemos...
—Obito, Obito Uchiha. -dio su mirada al piso.
—________ Sato. -me marché caminando sin importarme el hecho de que la lluvia cayera.
¿Es esto a lo que llaman Felicidad?.
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