Estoy cansada de que me digan, "Mantén la Cabeza en alto".
Déjenme dejar de tratar de pelear, no tienen idea de cómo se siente estar en esta situación, dejen que me vaya con mi madre y poder descansar sin que nadie me siga exigiendo.
¿Por qué fuiste?.
— _______, los ninjas de konoha se están acercando, ¿Ya tienes listo todo?.
Deje de abrazar la almohada y abrí mis ojos escuchando a guruguru, volví a cerrar mis ojos ignorándolo.
— ________, tu estado deprimente no te ayudará a conseguir lo que quieres.
Fruncí el ceño y tire la almohada haciendo que se estrellara con la pared.
— ¿QUIERES POR FAVOR DEJARME EN MI MISERIA POR LO MENOS 5 MINUTOS?.
Mire el frasco con el ser blanco en este, se fue disolviendo hasta volver a su estado líquido; suspiré. Ahora no podría volver a retomar la tranquilidad de antes, todo porque decidí salvarlo de ser disuelto después de mi arrebato de ira esa vez.
Salí del cuarto tomando mi capa, me coloqué los guantes mientras caminaba hasta llegar a la salida; respire hondo mirando al suelo, coloqué mi mano en mi boca haciendo el sonido de un silbido.
Koi llegó aleteando hasta colocarse en mi brazo, era mi única compañía cuando viajaba a otras naciones; por dios, estoy tan sola. Tomé la carta que estaba entre su pata y la abrí, él traía los reportes de Pain cuando él no estaba en la nación.
Acaricié su cabeza con mi dedo, como respuesta la ladeo para sentir más mi roce.
Él reporte era algo que no esperaba en absoluto.
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—Y bueno, ¿Esto no era lo que esperabas que sucediera _______?.
Él solo servía para irritarme, obviamente no esperaba que atacaran tan pronto, me tranquilicé inhalando y exhalando, no podía mandar a mis demás subordinados ya que estaban en una misión, cada uno con su compañero.
El único que quedaba era ese niñato que había entrado hace unos pocos meses, siempre intentaba estar cerca de mí y entre otras cosas trataba de sacarme platica; lo ignoraba la mayoría de veces ya que me gustaba el silencio más que nada, y su voz infantil me pareció muy irritante.
No tenía opción, las demás misiones las había realizado con exactitud, incluso cuando perdimos a sasori y a Deidara.
Todo se estaba yendo a la ruina poco a poco, desde que él entró, tenía que pensar que no todo estaba perdido, aunque no tuviera subordinados sabía que yo sola podría completar lo que Madara me encargo; ahora mismo no lo defraudare.
—Cállate.
Salí de la habitación en busca de aquél chico el cual se encontraba afuera, mayormente se la pasaba sentado en un árbol cuando podía, me roba hasta los pasatiempos.
