La joven no reaccionó a la presentación ya que, su miedo era más intenso en aquellos momentos.
—¿Q-Quien.. Donde.. Estoy?.
El anciano la miraba fijamente mientras el ser deformado no hablaba.
—Te encontré en uno de los pasajes de esta Cueva, aquí es donde vivo, te rescate antes de que te desangraras por la caída.
La joven, más confundida quería llorar, pero sabía que si lo hacía su condición empeoraria, pero, había algo extraño, normalmente se sentía débil e impotente, pero ahora sentía como descargas atravesaban su cuerpo como choques eléctricos.
—¿¡Que le Hiciste a Obito!?. —miró el cuerpo inconsciente de su compañero, se condujo hacia este con algunas dificultades.
—Tenía la mitad de su cuerpo destrozado..—dijo firme —. Tuve que Implantarle células de Hashirama para que no perdiera la completa movilidad.
Un escalofrío dio en el cuerpo de la joven cuando mencionó al tal Hashirama, dejó de lado su vista de él cuerpo de Obito para ahora dirigirla hacia Madara.
—Tenías una Enfermedad, pero gracias a las Células es que pude quitartela, además del tumor que estaba formándose en tu abdomen, había visto ya distintas enfermedades, pero nunca una como esta, Asma y Un...
Un golpe agrandado resonó como eco en la Cueva, seguido de gritos de reclamos de la joven.
—¡No me Interesa lo que le Pase a mi Cuerpo!, ¡Respondeme!. ¿¡Obito Va a Vivir?!.
Lo confrontó de frente acercándose unos pasos, pero no los suficientes como para alejarse del cuerpo del Uchiha. Madara por dentro sonrió pensando y analizando a la joven que exhalaba vapor de su boca.
—Si.. Pero para Asegurarnos Tienes que Ayudarme, después de todo, También te Salvé la Vida.
Sato se calmó poco mirando neutralmente al contrario Mientras respiraba agitada por la nariz, miró al cuerpo de obito para después mirar al anciano.
—Si se trata de Salvarlo... ¿Cómo puedo Ayudarte?.
Madara sonrió ampliamente mirando a la joven.
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«Zetsu Será tu Maestro, las células de Hashirama debieron de actuar negativa o positivamente, puedes averiguarlo, si hay resultados buenos, podrás irte y proteger a tu "Amigo"».
—Esto es Increíble.. —dijo abrazando sus piernas y mirando al suelo.
—Pudo Haber sido Peor. —mencionó despreocupado el ende mirando a la joven mientras jugaba con sus cabellos.
La joven, molesta, apartó de un manotazo a Zetsu el cual dejó caer una gota de sudor por su cien.
—Oye Yo solo trato de ayudar, ya llevas aquí 4 días entrenando sin parar. Además que.. ¡OYE!.
Ella se levantó tapando sus oídos para dar un paseo o quizás correr por la Cueva en compañía del ende aunque no le gustase.
—No me Repitas Indirectamente que le Debo a Madara Sama, eso ya lo sé.
En el recorrido ambos se mantuvieron callados, pero después Zetsu rompió el silencio comenzando con sus típicas pláticas y preguntas que le hacía a _______, ya que siempre preguntaba sobre el cuerpo humano y que aquellos seres vivos eran extraños.
—Aún no entiendo porque ya no me dejan ver a Obito, se que ya despertó pues e oído voces últimamente, pero cuando toco el tema lo evades.
El silencio incómodo reinó en el pasillo, y ambos detuvieron sus pasos, mientras Zetsu pensaba en que decir, sato regresaba a la pieza cerrada y sin luz a la que llamaba habitación.
—Cuando completes tu entrenamiento podrás verlo, no querrás decepcionarlo.
Y ahí estaban los sermones que la chica tanto odiaba al igual de odiar a las personas que comparan a otras.
Las semanas pasaron mientras que la joven odiaba cada hora en aquel lugar, un día se le hacía una eternidad, aunque Zetsu le hiciera compañía, no se sentía en casa.
—Y bien, No piensas verlo?.
Sato tenía una cara de asco y a la vez de remordimiento. Su entrenamiento no había dado frutos, sólo mejoró en condición física a pesar de comer poco, pero no tenía avances, se sentía Inútil.
Suspiro volviendo a abrazar sus piernas aceptando su soledad mientras Zetsu pensaba que la joven era un caso perdido.
—Tengo que ver que pasa afuera, sigue pensando.
Cuando el ende se fue, sacó un par de hojas en donde escribía cuando se sentía vacía, lo interpretaba con poemas y rimas, nunca le había gustado escribir, pero no tenía nada más que hacer que conformarse con aquello, pues no podía salir de la Cueva.
Miró el dibujo que hizo recientemente, en aquel se podía ver a Obito con una sonrisa que la tranquilizaba, recordó el momento en el que se conocieron, desde ese preciso momento,ese maldito momento. Ya no se sentía sola.
En otra hoja estaba una mujer bella, Zetsu preguntaba quien era aquella mujer hermosa que plasmó en papel.
—Mamá...
Tomó la hoja y la abrazo, las lágrimas comenzaban a salir mientras los recuerdos de su infancia volvían, cuando todo estaba bien, cuando ambos de sus padres la querían.
El ambiente que tanto añoraba se había ido aquel día en el que Ella falleció.
Estaba por quedarse dormida abrazando ambos trozos de papel, cuando sus ojos se empezaban a cerrar y el sueño estaba presente. El retumbar de la Cueva la hizo despertar de nuevo.
Miró a todos lados buscando una respuesta, se levantó para correr pues sus recuerdos se habían distorsiónado mostrando un panorama no agradable para ella.
—¡________!
Antes de salir de las 4 paredes, la voz que tanto conocía se hizo presente, volteó mirando a Zetsu agitada.
—¿¡Que sucedió?!. —preguntó.
—Tu compañero.. Te Abandono por los Otros..
La joven palidecio al escucharlo, ¿La había abandonado aún sabiendo que ella estaba aquí?.
—Eso.. No es posible, tu me dijiste que Obito rompería la Roca para sacarnos de aquí, Juntos...
El pecho comenzó a dolerle, lo presiono contra su ropa, el ambiente se tornaba cada vez más frío.
—Compruébalo Tu misma.
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