‹Siervo›

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Me tomo demasiado tiempo para encontrar la organización, pero lo hice, con suerte por mi habilidad distinguida logré entrar.

Como odiaba aquella actitud de un niño, más está máscara naranja que me irrita en la cara.

—Así que, Tobi, eh?.

Mi cuerpo se congeló en un instante, tanto metafóricamente como literalmente, el ambiente ahora era frío, o lo estaba imaginando ya que su voz era la misma aunque fuese más gruesa.

—¡HAI SEMPAI!, ¡Tobi reportán..!.

Cuando vi de nuevo tu rostro, todos mis ánimos se fueron. Sentí una enorme carga al ver tus ojos demacrados, mientras que tu cabello estaba ahora corto hasta los hombros, ya no terminaba con puntas rizadas ahora solo estaba lizo.

Tu vestimenta tampoco era la misma, ahora tenías una capa distinta a las nuestras, tus brazos no se notaban por estar dentro de la capa totalmente negra y con una capucha detrás.

—No grites, me irrita el sonido. Esta es tu misión, no la arruines, ahora eres parte de Akatsuki, y esto no es un juego de Niños.

Cuando hablabas salía de tu boca un vapor constante como si la temperatura estuviera baja, pero no era así ya que estábamos en plena primavera.

Al entregarme el pergamino pude notar que tus manos estaban acabadas y con marcas múltiples.

—Pain te explicará el Resto.

Estabas dispuesta a irte, me pellizque para salir del trance y hablarte una vez más.

—Etto.. Tobi quiere pasar un rato mas con sempai y conocerlo más.

Te detuviste en seco, por poco te llamo como si fueras una mujer, me extrañaba que aparentaras ser un hombre para todo el que te cruzabas.

—No me interesa perder el tiempo con uno de mis subordinados. Has tu misión o te sacaré de la organización.

No dije nada más por el tono de voz que usaste, cuando no te pude ver más sentí múltiples punzadas en el pecho mientras me costaba respirar.

 Poco a poco el frío fue desapareciendo de mi cuerpo. Pero ahora dolía, dolía demasiado.

Él hecho de que ya no fueras la misma que conocí antes, dolía, y me heria como pequeños fragmentos de cristal en todos mis órganos.


Narra; ________. 

Todo lo que había echo para llegar hasta aquí era inconmensurable, no me importaban mis subordinados, mucho menos otras Personas. 

—Por favor, tenga pieda.. Ah..

El tiempo que me había quedado preocupada por mis dichosos compañeros me había arruinado, pensaba que ellos algún día me lo agradecerían.

Él único que me tranquilizaba era Guruguru, sabía exactamente lo inestable que era, lo delicado que era mi corazón de oro; ahora solo miraba mis manos frías por mi constante situación.

Madara antes de morir hizo que sacará el poder que me otorgó con las células de hashirama.

 —«Flora Gélida», es tanto hermoso como mortal. Seguirás mis pasos y te vengaras de esos traidores mi niña. 

Los ataques de a lo que Zetsu llamó ansiedad eran constantes, si tocaba algo de flora, toda se congelaba, hubo un tiempo en el que el ataque se prolongó demasiado por el estrés en mi cuerpo, a lo que me di cuenta de que era inestable.

Era un pequeño siervo entre leones, esperando a que alguien lo salvará de su propio suicidio por no haber sido más rápido que esas bestias.

Ahora cada día que pasa espero mi muerte; pero se que hasta que ellos no tengan su merecido no voy a poder descansar.

Obito, Kakashi, Suna, Hiro.

Voy a hacer que se retuersan en sus lápidas mientras bailo sobre ellas.

Voy a hacer que se retuersan en sus lápidas mientras bailo sobre ellas

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Umbrella.   »Obito Uchiha y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora