ᗩᔕIᔕTEᑎTE.

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Ninguno de sus compañeros ha llegado

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Ninguno de sus compañeros ha llegado. Se propone adelantar algunas tareas, comenzando por el reordenamiento de una de las estanterías.
Escasa de conocimientos en bibliotecología divide los libros dependiendo del grosor o cantidad de páginas que tengan.

-Tú estarás en adolescentes. -Separa el ejemplar de los demás-. Pequeñín, te toca con los niños. Mastodonte, mínimo tendrás que estar en la sección de tatarabuelos. -narra en voz baja toda mínima acción que hace.

De vuelta a su sitio, observa a su compañero de escritorio.
Minuciosa en sus movimientos, detiene la marcha cuando se encuentra tras él. Intenta averiguar en el lapso, qué observa el chico en su computadora.
Por el reflejo de la pantalla, él nota su presencia. Gira hacia ella y ladea la cabeza en forma de saludo.

Con torpeza corresponde intentando parecer calmada. La invasión a su privacidad no parece incomodarle, pues le brinda uno de sus auriculares.

-No es necesario. -Niega con sus manos-. No llegué a ver esos videos de música electrónica... -Muerde su lengua tras la confesión-. Perdón. No era mi intención andar de metiche.

En respuesta el muchacho hace con sus dedos el símbolo de Ok

Un grupo de estudiantes se encuentra haciendo un recorrido por la biblioteca. Algunos de ellos dedican tiempo a observar el lugar. Otros ojean libros o simplemente conversan entre sí.

-¿Qué libro me recomendaría, señor. -pregunta con voz dulce una adolescente del grupo. Al compás, juguetea con un mechón de su cabello.
-¿Pudiera darte alguna sugerencia? -July hace entrada en la conversación.
-Le pregunto a él. -insiste la menor.
-No podrá responderte porque no entiende nuestro idioma. -explica July haciendo uso de su escasa paciencia.
-Ah, lo siento. -responde apenada.
-Te recomiendo leer: Adolescentes hormonales y sus desafíos. Puedes encontrarlo en aquella estantería.
-No me interesa la lectura. Pero lo tendré en cuenta. -Se aleja un tanto apenada.

Una voz robótica comienza ha parlotear. El sonido proviene del ordenador de Lachlan. Un asistente de voz reproduce las palabras escritas por él.

-¿En verdad existe ese libro?
-Me lo inventé en el momento. -contesta la chica.
-¡Vaya ocurrencia! ¿Y... qué idioma diferente al tuyo hablo? -El rostro del joven proyecta diversión.
-No debí haberme entrometido en ese asunto. -expone arrepentida.
-Te lo agradezco un montón. Me da pereza explicar lo mismo.
-Al menos hubieses configurado una voz masculina. -La chica señala el móvil mientras suelta una carcajada tras oír la voz artificial.
-Lo tendré en cuenta para la próxima.
-¿Por qué no puedes hablar? -La propia July se sorprende tras la magistral metida de pata que acaba de hacer.

Al parecer tacto y prudencia no forman parte de ella.

-Hace un tiempo comencé a quedarme sin habla por períodos. Pensé que era algo simple, de una forma u otra todos nos hemos quedado disfónicos en algún momento. Comencé a preocuparme cuando pasaron casi tres semanas y me era imposible articular palabra alguna.
-¿Entonces qué sucedió después?
-Por descuidado, será improbable que recupere la voz en su totalidad. El equipo médico fue claro al prohibirme hablar si deseo tener una esperanza de recuperación futura. -La voz deja de emitir sonido. July adentrada en sus pensamientos olvida el diálogo ya entablado-. ¿Estás ahí?
-Sí. Solo me distraje por un segundo ¿Qué decías? Mejor dicho, ¿Qué escribías?
-Respondí tu pregunta. ¿Tienes otra?
-Oye, perdón por la indiscreción de antes. Seguro debes pensar que soy una chismosa.
-La verdad, un poco.

Las mejillas de la chica se tornan rojas tras la inesperada afirmación del asistente de voz.

-Estaba bromeando. Ya te acostumbrarás a mis chistes.
-Ah. Ya veo... -dice removiendose en su asiento-. Después de lo de ayer me quedó esa duda y quería saber.
-Fue tan gracioso ver tu cara. -Imita el rostro de espanto de la chica.
-Para mi no fue muy divertido que digamos.
-No te preocupes. Son cosas que pasan. -Resta importancia haciendo un gesto con sus manos-. Este es mi número. Al menos por estas vías podemos seguir hablando.
-Me parece bien. -La fémina recibe la nota y escribe otra con su número.

Sin mucho tema que compartir, ambos pasan el día concentrados en sus respectivas labores. Las horas parecen no tener fin en el apacible sitio que no conjuga con la inquieta personalidad de ambos.

Cruces y ceros siempre es una buena opción para matar el tiempo. El chico improvisa un tablero en una hoja de papel. En la casilla superior izquierda dibuja un cero, luego coloca el papel sobre la mesa de su vecina invitándole a una partida.

Desconociendo por completo las reglas del juego, imita al chico ubicando otro cero en la casilla del medio.

-¡Sí! ¡Gané! -exclama, tras colocar el último cero. Lachlan opta por no destruir su minuto de felicidad; con un gesto de derrota aplaude a la ganadora.

Finalizan. Ella encantada con su nueva habilidad, él evitando no reír, y la hoja colmada en ceros.

En el trayecto hacia su departamento se detiene frente a una guardería infantil. Los pequeños saltan hasta los brazos de sus padres como si llevasen años sin verlos. Reconociendo que nunca podrá convertirse en ese tipo de padre, sigue su camino sin evitar sentirse menos. A pesar de ello espanta sus ideas pesimistas. Después de muchos intentos fallidos pudo finalmente encontrar un trabajo agradable. Guarda la esperanza de que este nuevo cambio pueda representar una mejoría para sí mismo.

♡♡♡♡♡♡♡

Holaaa.
¿Qué les ha parecido el capi?
Si les agradó, no olviden votar y comentar.

°En las intervenciones de Lachlan utilizaré esta fuente.
Así será más fácil definir cuando escribe o utiliza el asistente de voz.

Un abrazo
Lydia❤

ᔕOᗷᖇᗩᑎ ᑭᗩᒪᗩᗷᖇᗩᔕ [ᖴIᑎᗩᒪIᘔᗩᗪᗩ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora