ᔕOᗷᖇᗩᑎ ᑭᗩᒪᗩᗷᖇᗩᔕ [ᖴIᑎᗩᒪIᘔᗩᗪᗩ]

¡ᖇᑌᒪOᔕ ᗩ ᒪᗩ ᐯIᔕTᗩ!

Han pasado cerca de seis meses desde que Lachlan fue a Australia.

July, debe reconocer que a veces el extrovertido carácter del chico -que tanto le hacía reír y sufrir al mismo tiempo- en ocasiones alegraban sus días.

En todo ese tiempo lejos la comunicación entre ellos no ha cesado. Por boca del muchacho, supo que antes era profesor de idiomas. Después del incidente con su voz, decidió tomarse un descanso. Utilizó parte de sus ahorros para viajar. Se enamoró de la gélida Canadá y prefirió quedarse en ella.

Pasó un tiempo dando tumbos de un trabajo a otro. Tuvo la dicha de conocer al encargado de la biblioteca que estuvo dispuesto a contratarlo. Finalmente, pudo alcanzar una esperada estabilidad laboral en la biblioteca.

El chico siempre mantuvo un aura confianzuda y amigable en las conversaciones que tenían. Excepto cuando se hablaba de relaciones amorosas del pasado. Siempre fue muy hermético con respecto a ello. Captando esa señal, July nunca se atrevió a insistir.

Para ella fue todo un dilema el poder educar a Jeremy. De a poco, fueron adaptándose el uno al otro.

Tal como profetizó el australiano... July continúa trabajando en el mismo paraje. Lo que ahora con un poco más de carga laboral. Decidió hacerse responsable de la actividad que le corresponde a Lachlan.
Cómo es uno de los pocos amigos que tiene, no desea que cuando regrese tenga que buscar algo más por negarse a cubrirlo.

(...)

Ha pasado tiempo desde el último encuentro entre July y su amiga Sandra. Ahora, en trabajos diferentes, es un poco más complicado sacar tiempo para una salida entre excompañeras.
Deciden encontrarse en el parque de siempre. Cómo Jeremy se adaptó a pasear con correa, July puede llevarlo a donde sea, que se comporta excelente. Sandra se ríe a carcajadas cuando ve llegar al par.

-¿Qué es tan gracioso? -pregunta July, con fingida altanería.
-No sabía que aprendió a andar con correa. -Sandra se agacha para acariciar al casi canino-. ¡Qué estilo se carga!
-Sí. Es un cerdo único. ¡Verás la dueña que tiene! -comenta tirando su pelo hacia atrás.
-Dueña temporal. -rectifica la pelirroja-. ¿Has pensado qué harás cuando te lo quite?
-Parece que nos referimos a la custodia de un niño y no a la de un cerdo -dice July con diversión en su rostro-. No te preocupes. Tengo todo controlado.
-Desde ahora prepárate para el vacío existencial que sentirás cuando se lo lleve. -recuerda Sandra.
-¿Cómo están por la empresa? -Cambia de tema, mamá porcina.
-Paul, aún sigue en búsqueda del delincuente. Corriste con suerte. De haberte pillado, te demandaría al instante.
-¡Se lo merecía! -Finalizan la cuestión entre risas.

Pasan un buen rato hablando, riendo y bromeando sobre amores pasados. Estos últimos, siempre salen a relucir en conversaciones de buenas amigas.

(...)
Cuando July regresa a su departamento, se alarma al observar un bulto humano tirado a la larga enfrente de su puerta.