Siempre Me Sentí Menos.

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Toda la mañana me la pase hablándole de este chico, me escucho y me aconsejo que no deje a Germán controlar mi vida de esa manera. Quedamos de vernos después de la escuela en un café de la avenida principal.

—Ahí estas ¿Por qué me evitas desde esta mañana? Pareciera que dije algo malo.

—No eres tú.

—Soy yo, Sofía ¿Qué te sucede?

—He quedado con mi mejor amiga a tomar un café ¿vienes?

—Claro, me encantará ir. —Tomó mi mano y llevó hasta su auto para abrirme la puerta y subir.

Yo sé que se preguntaran por mi actitud, pero que esperaban cuando tienen a una amiga némesis que ella no lo ve así. Solo tú y tus estúpidas inseguridades.
Ella es hermosa, inteligente, divertida y siempre les agrada a los chicos. No saben las veces que me gustaba un chico y ese chico se interesaba en ella. Obviamente ella no supo de muchos.
Y sé que es justo lo que va a pasar ahora, Travis la va a conocer y quedará fascinado con ella. Así como lo hizo Trent, mi ex. Quien me confesó que estaba loco por ella y que yo jamás seré nada comparada a ella. Por eso me aleje, la aparte de mi vida y no saben la falta que me hace.

Al llegar al café ya está ahí, es una rubia de 1:65 ojos verdes y cuerpo perfecto. Tiene un aspecto de ángel. Es preciosa.

—Hola Sofía. —La salude seca con un beso en la mejilla.

—Hola Jaime, él es Travis, Travis Jaime.

—Es un gusto Travis.

—Igual Jaime.

—Yo debo ir al tocador, si me disculpan. —No puedo, se exactamente lo que pasara y no me agrada esto. Ni siquiera se porque acepte verla.

Ruby.

Me desaparecí de la oficina toda la mañana con el pretexto de que necesitaba un respiro de ese proyecto en California que me está estresando bastante.

Decidí ir a un café que nos encanta a Sofía y a mí.

—¡Señora Robledo! —Me gire al grito y es Jaime, la MA de Sofía.

—Jaime que gusto verte. —Ay no. —Travis. —¿Dónde está mi hija? Esto no me agrada.

—Señora Cooper ¿Le pasa algo a Sofía? Anda muy extraña desde...

—¿Esta mañana? —Le sorprendió mi compañero. —Si, no dejaban dormir con sus risas desde el patio. —Y eso más bien debería preguntártelo a ti.
¿Dónde está?

—Fue al tocador.

—Ya vuelvo. —Al entrar la encontré en el suelo abrazada de sus piernas. —En verdad que te gusta sufrir.

—Llévame a casa.

—No, vas a salir ahí y vas a demostrar que ese es tu hombre.

—¿Ya están coqueteando?

—No, por eso te lo digo. Esta Travis ahí afuera preguntando por ti. —Levantó su cara y ha estado llorando a Mares, este chico se le metió hasta el alma. —Solo Aléjate de ella.

—No me ha hecho nada, fue Trent quien la buscaba, quien le decía que la amaba más que a mí. Ella jamás le dio entrada.

—Pero te hace mal a ti cariño, tú no eres así. Cuando estás lejos de ella eres la gran Sofía, la misma que reta a los chicos y no se deja de nadie. Junto a ella siempre te haces menos, te haces nada cariño y eso debe parar.

—Soy nada al lado de ella mamá.

—Claro que no, eres enorme hija. Eres una chica fuerte, inteligente, hermosa que puede lograr lo que sea.

—¿Porque jamás me habías dicho como te sentías Sofía? —Es ella.

—Porque es patético.

—Claro que no es patético. —Se sentó a un lado de mi para abrazarme. —Para mí tu eres la ruda, la que nada puede herirla, en cambio yo. Soy muy chillona, todo me lastima y siento la presión constante de que debo ser la mejor por parte de mis padres. Tu amistad la estimo demasiado porque me apoyas sea cual sea el resultado, siempre estabas ahí para mí. ¿Porque te haces menos hermosa?

—Jaime ni siquiera el hombre que quiso que viniera al mundo me quiso, como creen que me siento con respecto a los demás.

—Ese hombre se puede ir directo a la mierda, siempre y cuando te enfoques en lo que en verdad importa hija. —Ya es hora. —El problema que traíamos ayer es que me llamaron de la clínica de Maternidad. Tanto Tomás y su esposa como Carlos y yo estábamos el mismo día en la clínica para hacernos ese procedimiento que llevó a la concepción de Ken y tuyo amor.
Una enfermera cambió las muestras.

—¿Entonces Thomas es mi padre? —Negué.

—Hay una fuerte posibilidad de que tu seas hija de Graham ya que él fue el donador para Thomas y doña perfecta.

—Tenemos que averiguarlo. —Saque de mi bolsa los estudios. —Tome los cepillos de dientes de ambos y los mande a analizar. Aquí está el resultado. —Jaime fue quien tomó el sobre y lo abrió. Una sonrisa enorme me confirmó que es correcto.

—Nahomy Sofía Cooper Robledo. No suena mal. —No saben cómo me tranquiliza eso.

—¿Él lo sabe?

—No, quería estar segura primero.

—¿Se lo puedo decir yo?

—Se lo diremos juntas, vámonos.

—Pero primero sal y discúlpate con ese pobre chico que estuvo a punto de entrar antes que yo porque piensa que algo grave te pasa. —Jaime la ayudo a levantarse y limpio su rostro. —Te quiere demasiado así que no dejes que Germán lo aleje o me va a escuchar tu hermanito.

—¿Cuándo le dirás que estás flipada por él?

—Cuando acepte que no soy una modelo hueca sin sentimientos como siempre me llama.

—Pues al parecer así le gustan, tiene una novia idéntica a lo que acabas de describir.

—¿Debo ir a marcar mi territorio?

—Me temo que sí.

—Niñas a casa ahora. —Al salir esta Travis peleándose con una mesera puesto que quiera entrar al baño de damas y no lo dejaban.

—¿Ya me vas a decir que te pasa? No me gusta cuando me ocultan cosas, me da ansiedad.

—Todo está bien. —Lo bese. —Demasiado bien si tú estás conmigo.

—Así me querías lejos, no lograrás alejarme.

—Jamás lo pediré, ahora vamos a casa que tengo que presentarte a mi padre.

—¿Iremos con Carlos?

—No, con mi padre biológico.

—Entonces en total ¿de cuantos suegros estamos hablando?

-Uno y es el único que importa.

Subí a su auto y lo hice pasar por una tienda de ropa, tengo una idea para hacerle saber que es mi padre bilógico y sé que le encantará.

Mi desastre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora