¡Anotación!

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Graham mensajeo a mamá de que nos viéramos en el campo, ni idea del que se traigan esos dos.

—Quiero nachos.

—¿Extrañas mucho México verdad?

—Cómo no tienes una idea. —Aquí la comida no sabe tanto como en México, los taquitos y salsas. Son para morirse. —¿Ya me puedes decir que fue eso?

—¿Te desagrada mucho la idea? —Nos miramos fijamente. Mi madre es hermosa, tiene buen cuerpo y Graham sería un idiota si no se fijará en ella. —Hija.

—De hecho, no. —Se quedó callada. —Aunque ¿Qué pasa si papá nos busca?

—Firmó la renuncia de tu tutela. —Golpe muy bajo.

—¿Y el divorcio? —Negó. —¿Aun lo amas? —Claro, me desvía la mirada. —Entonces no aceptes a Graham en tu vida. Tranquila que yo tampoco lo haré.

—Sofía él te quiere.

—Pero tú a él no. —Estoy harta de este tema. —Faltan dos años para que yo cumpla los 18 y vaya a la universidad. Podrás volver con él.

—No voy a volver con él, Graham me está haciendo dudar de lo que siento por tu padre.

—Solo no lo lastimes. —Deje la fila para los nachos para ir al servicio, no quiero que mamá me vea llorar.

—¡Sofía! —La mire. —Las llaves. —El saque de mi bolsillo para dárselas. Ambas nos conocemos y tenemos el mismo orgullo y tendemos a explotar muy fuerte. Siempre que hablamos de esto y terminamos así es mejor alejarnos una de la otra.

—¡Cooper! —Me gire al grito y es Travis. —¿Estas bien? —Limpie de inmediato la lagrima que se me escapó.

—Si, días difíciles. —Entendió. —¿Porque no estas con el equipo?

—Voy en camino, se me hizo tarde al pasar por América. —Ash.

—Me imagino que vienes a ver a Germán ¿No?

—Si, si me disculpas debo ir a un lugar lejos de aquí. —Me aleje un poco, pero me gire de nuevo a su grito. Me lanzó las llaves de su auto.

—Sin un rasguño Cooper.

—No prometo nada. —Regrese mi andar al estacionamiento, lleve ese hermoso auto a dar una vuelta a toda velocidad.

Ruby.

—¿Dónde está Sofía? —Llegó Graham.

—Fue a comprar comida. —No me creyó.

—Volvieron a pelear. —No respondí. —¿Por lo del abogado?

—No, es otra cosa.

—¿Lo nuestro?

—No, es sobre su padre. —De todo lo que tengo en esta empresa jamás había mencionado al padre de Sofía. Para ellos murió cuando ella era pequeña. —Sigue sin saber quién es y eso le molesta.

—No entiendo. ¿Porque ocultarle quien es si murió? — Me quedé callada. —A menos que no esté muerto. —Si, esa misma cara es la que trataba de evitar.

—Iré a buscarla. —El partido está por iniciar y él se va. Quiere ser un padre para Sofía y no lo es para Germán.

La ceremonia inició y todos están emocionado, gritan como locos.

—¿No ha vuelto? —Regreso sin Sofía. Negué. —No está en los puestos ni en el servicio. Su auto estas aquí.

—Si lo sé, yo tengo las llaves. —Esa niña es toda yo. Baje de las gradas en su busca, pero no aparece y el celular bien gracias.

—¿Que le dijiste Ruby?

—Nada malo, nada para que haga esto.

—¡Sofia! —Gire a mis espaldas y está ella como si nada. Le encanta hacerme subir la sangre a la cabeza. Graham salió disparado a abrazarla. —¿Estas bien?

—Si, solo fue a dar una vuelta. —Graham abrazo a Sofía y se la llevó de nuevo a las gradas, jamás me perdonará esto.

El partido está muy reñido, ambos equipos no logran nada.

—¿Quién es Travis, Sofía?

—El QB. —Pff, como dan ganas de volver a preparatoria.

—Germán va a jugar. —El entrenador pidió tiempo fuera para hacer un cambio. Reunió a todo el equipo y va a meter a Germán. —¿Que fue esa sonrisa? —El bombón chocolate miró y sonrió a Sofía como si la conociera de toda la vida.

—Apostamos a qué si metía a Germán ganaban.

—Aja ¿Y que apostaron? —Graham de celoso es tierno.

—Si ganan mete a Germán en toda la temporada si no, entraré a la escuadra de mata neuronas. —¡Me odiarte por esto!

—¡Vamos Texas! —Grité con toda lo que pude.

No sé de dónde salió tan matrera, yo a su edad era coqueta, social y muy fiestera. Ella es todo lo contrario, prefiera los libros a los chicos, la librería antes del centro comercial y estar sola antes de tener amigas. Si sigue así tendrá una vida muy sola.

—¡Pon tu flaco trasero en la banca madre! —Entendió mi punto.

—No sé en qué te molesta el ser parte de la escuadra, es divertido y ayuda mucho a entrar a buenas universidades.

—Entrare a Stanford por curar el cáncer, no por mover mejor el trasero. —Si, está molesta.

—¿Stanford? —Obvio, la mejor escuela. —Yo tenía planes para Cambridge o Yale.

—No mandaras a mi hija al otro lado del mundo Graham.

—Yale es la universidad más prestigiosa en ciencias y bioquímica. —Dios, ya le dio cuerda a esta niña. Se propuso entrar a Kennedy y lo logró, ahora Yale está en su cabeza. Gracias Graham. —¿Puedes hacer que entre a Yale?

—¿Con quién crees que está hablando señorita? —Claro, esto lo pagarás caro Graham, muy caro.

Regrese mi atención al partido y nada interesante ha pasado, creo que si se irán en blanco.

Sofia

En más de una ocasión he notado a Travis mirando a América, se nota a kilómetros que en verdad la quiere.

—¡Corre! ¡COOPER CORRE! —Travis lanzó tremendo pase y aun fue más increíble la atrapada de Germán. —¡Anotación para Kennedy! —En algo tengo que reconocerle a Travis, tenía razón cuando dijo que Germán tenía talento. Travis dará la patada y claro que lo logró.

—Ese es mi muchacho. —Mama lo miró feliz, tenía tanto que lo decía algo así.

El último cuarto es aún más cardíaco que todos, Texas han estado a centímetros de la anotación, pero un error grave fue esa intersección que hizo Germán. Logró llegar a la yarda 10.

Quedan 10 segundos en el reloj y Germán está en el área de Anotación, solo un pase perfecto logrará esa anotación, pero también tiene la oportunidad de correr y ser el héroe de esta historia. Lanzó.

—¡Lo logró! ¡Lo logró! —Toda la grada se volvió loca, Graham beso a mi madre con tanta emoción que me da rabia. Esperen, algo anda mal aquí.

Mire a Travis fijamente y está observando una escena que a nadie le gustaría. América abrazada de Germán. Por mucho que quiera a Germán él no fue el mejor del juego, fue Travis. Ambas anotaciones pudo hacerlas el, pero prefirió hacer el pase.

Me gire a Graham el cual está muy eufórico, baja las escaleras con rapidez para poder correr al campo con su hijo.

—¿Ya me puedes entregar mis llaves? —De mala gana me las dio.

Mi desastre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora