Me Equivoque.

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Tienen a German en una ovación impresionante, Graham festeja con el entrenador y mira con orgullo a German.

—¿Iras a casa o a celebrar con ellos?

—A casa, tengo tarea.

—Muy bien, de aquí Graham y yo iremos al aeropuerto, volvemos en 2 días.

—Buen viaje. —Mamá bajo para felicitar a German el cual va muy de cariñoso con América. Subió a las gradas hasta mí.

—Hermanita. —Me levante para abrazarlo y el solo me levanto.

—Buen juego grandote. —Conozco esa cara, me va a pedir algo.

—Necesito un favor.

—Ya me las olía, ¿que necesitas?

—Tu auto, invite a salir a América y me dijo que sí. Después iremos a la fiesta en casa de Micky. —Trae la sonrisa más enorme del mundo, sus ojos brillan tan solo de saber que tendrá una cita con ella. Le di las llaves. —Puedo llevarte a casa antes, aun debo ir a bañarme y...

—Me lleva un amigo. —Mire el campo y aun esta Travis. —Tu diviértete grandote, te lo mereces. —Dejo un eufórico beso en mi mejilla y bajo, América lo espera.

Camine hasta el estacionamiento y aun traigo las llaves de Travis así que me tocara esperarlo.

—¿Siempre eres el último en irte? —El estacionamiento está vacío, literal. —Digo para saber que esperar de ti.

—No, casi siempre voy junto con el equipo, pero hoy...—Se quedo unos segundos callados. —No fui la estrella del equipo.

—Pudiste correr en ambas anotaciones y llevarte el crédito. Pero preferiste pasar el balón. —Le entregue sus llaves. —Ahora te creo que en el campo eres uno y en la escuela otro. Felicidades por el triunfo.

—Gracias ¿Eso cambia tu idea de mí?

—No, sigo pensando que eres un egocéntrico, nasciste, bipolar parasito.

—Oye pues muchas gracias. ¿Quieres que este egocéntrico te lleve a casa?

—Tomaré un taxi.

—¿Podemos ir a comer algo? —Comencé a caminar hacia atrás. —¿O ir a ver una peli?

—Tú tienes una fiesta a la que debes ir, y yo a un musical llamado perfumes así que nos vemos el lunes en la escuela. —Me gire para seguir mi camino.

—¿Fila?

—32C.—Seguí mi camino, subí al primer taxi que encontré en dirección al teatro.

...

Ruby.

El avión privado de Graham acaba de despegar al igual que mi paciencia con este cliente.

—Señor Cortez los planos usted los aprobó, se compró el material para tal construcción y con el presupuesto establecido. Se firmo un contrato.

—Con todo respeto señora Robledo no me interesa eso, me interesa que usted no está capacitada para este trabajo.

—Perdón que lo interrumpa señor Cortez, pero esta charla aquí acaba, si quiere reclamar algo que sea en el departiendo de quejas y sugerencias.
Tiene un contrato que debe cumplir o nos vamos por lo legal, Usted decida. —Cerré la computadora frustrada, Graham me tendió una copa con vino.

—Debiste dejarme arreglar esto.

—Te conozco, solo hubieras empeorado las cosas. —Ese accidente en México fue terrible, de alguna manera el tercer piso del centro comercial se vino abajo dejando atrapados a trabajadoras y arquitectos. —Solo déjame resolver a mí esto ¿Sí? Tu solo.

—Cierro la boca, entiendo.

—Tenemos que averiguar que salió mal, los cálculos estaban bien, el material es bueno. No entiendo.

—Duerme un rato, descansar te hará pensar mejor.

Sofia.

Amo el teatro, el drama, la pasión que esto lleva en sí. Mama dice que sería una excelente actriz, soy muy dramática.

—Hola de nuevo. —No pude evitar reír, si vino. —¿Que le encuentras de emocionante a esto?

—Calla y pon atención. —Entendió perfectamente.

Esta trama es sobre una mujer de la vida galante con una hija enferma, ningún empleo le da la libertad de andar con su hija en hospitales, terapias y consultas. Además del suficiente dinero como para pagar todo eso. Una noche conoce a un bombero en una despedida de solteros para la que es contratada, se enamoran, pasan los días y una noche la llamada de su vecina le dice que su edificio está en llamas con su hija adentro, el bombero la salva y tras ver que perdieron todo ella entra en una crisis y cae inconsciente. Ella termina en el hospital y el cada día iba a verla, convivía con su pequeña y poco a poco supo que era la enfermedad de Lyme. La pesadilla que no le deseas ni a tu peor enemigo.
Ella muere de un infarto en el hospital y el decide adoptar a la niña.

Mire a Travis el cual ha derramado lagrimas desde que llego, no aparta mirada del escenario y deja de temblar, sé que no es frio, ese ese maldito sentimiento de impotencia, de desesperación por no poder hacer nada. Me paso la primera vez que la vi con mi madre. Ahí entendí que ella seria capas de todo con tal de que no me falte nada. Dejo al hombre que amaba por no quererme, dejo su vida de lujos por vivir al día. Le debo todo.

—¿Estas bien? —Negó.

—Necesito aire. —Logramos salir solo para cruzar la calle y así poder estirarse. —Wow, has de pensar que soy patético. —Limpio sus lágrimas.

—¿Porque pensaría eso? —Ni siquiera puede hablar.

—No está basada en una historia real ¿Verdad? —Me quedé en silencio y solo sonreí.

—Eva Brown era su nombre real, puedes buscar su historia completa en Internet. —Y volvieron a salir las lágrimas. —¿Quieres un poco de agua? —Asintió. —De un local de comida compre el agua, el aún está sentado en una jardinera intentando superar lo que acaba de ver. —¿Mejor?

—Si, ahora que ya estoy más tranquilo me doy cuenta de algo. —Se levanto para ponerse frente a mí.

—¿Que no eres tan rudo como pensabas?

—Que nadie me ha visto llorar y que no puedo dejar testigos lindura.

—Vuélveme a llamar lindura y pierdes las pelotas y lo siento, será mi chantaje favorito. —Comencé a caminar rumbo a central park, me alcanzo solo para tomar mi mano.

—Mi auto esta al otro lado.

—Deja de ser un flojo y camina más.

—¿Vamos por sushi?

—Odio el sushi.

—Si esto no va a funcionar.

Mi desastre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora