Mi desastre.

Problemas.

Sofia.

Al llegar a casa una unidad de policía se está retirando, Morgan pago el taxi.

—¿Me dejaste botado por un niño? —Mamá tiene problemas.

—Supo quién era mejor Cooper. —En verdad que Morgan tiene pantalones.

—Ja, muy chistosito niño. —Beso a mamá. —¿Porque saliste así?

—Tenemos que hablar ahora.

—Si, también debemos hablar. Cuando te fuiste Thomas residió una llamada de la clínica de fertilidad, al parecer Ken no es hijo mío.

—Lo sé, también me llamaron. Morgan lleva a Sofía adentro.

—Claro. —Se fueron.

—¿Crees que? No eso sería imposible.

—Graham.

—¡Graham! —Llego su hermano. —De nuevo la clínica, hablaron con la mujer que recibió el esperma y se niega a hablar.

—Pues la obligarnos hermano, tiene a mi hijo y no pienso quedarme sin hacer nada. —Está siendo un completo idiota.

—¡Graham no! Espera.

—Ruby tengo otro hijo o hija perdido, no sé si está bien o si le falta algo. Debo encontrarlo.

—A mi igual me dieron un esperma que no era el elegido. ¿Qué pasa si el decide aparecer y pelear la custodia de Sofia? —Sus ojos se llenaron de terror. —¿Que harás Graham cuando nos quiten a Sofia?

—Primero me matan antes de que eso pase.

—Piensa con la cabeza fría ¿Y tú? —Me dirigí a Thomas. —¿Ken ya no es tu hijo solo por saber que no lleva tu sangre? ¿Qué pasa si el padre decide pelear por él?

—El siempre será mi hijo así no lleve mi sangre y eso jamás se lo permitiré.

—Lo mejor es dejar las cosas así, están en su derecho de demandar a la clínica. Por mi parte me retiro, no quiero saber nada de ese lugar. —Mire a Graham. —¡Sofia es nuestra hija y quien diga lo contrario lo mato yo misma! Y con respecto a ese hijo lo mejor será que la clínica le haga saber a la mujer que no piensan quitárselo. —Mire a ambos. —Solo que quieren saber si él o ella está bien, si le falta algo.
Que simplemente quieren conocerlo.

—Ella tiene razón, lo peor que pueden hacer es generar pánico. —Me gire a la voz y ¡diablos!

—¿Quién eres tú?

—Disculpen, no me he presento. —Mario Rincón. —Mario Rincón, debía ser el donador de una mujer llamada. —Miro el papel. —Ruby Robledo. —Graham me miro. —Pero en su lugar.

—Eres el padre biológico de mi hijo. —Comento Thomas. —¿Qué quieres aquí? —Esta furioso. —No tienes nada que hacer aquí.

—Solo quiero conocerlo. Saber si está bien o si le falta algo.

—Estudia en la mejor escuela de los Ángeles, es capitán del equipo de baloncesto y tiene novia. Créeme está muy bien. —Thomas está siendo muy grosero, entiendo su miedo, pero él no tiene la culpa de esto.

—Eso me alegra mucho, mira no tenemos que decirle quien soy. Solo déjame conocerlo. Preséntenme como un amigo, como un vecino o un reclutador universitario.

—Olvídalo.

—¿Porque están afuera? Sofia y German de nuevo tienen una batalla campal en la sala. —Diablos, el parecido es impresionante. —¿Esta todo bien?

—Si campeón, entra a la casa vamos enseguida.

—Ok. —Ken se fue.

—Ya lo viste, ya te puedes ir.

—Es curioso, porque se supone que yo no debía saber quién tendría mi esperma, así jamás lo conocería, pero ya lo conocí y.

—Eres un idiota si crees que te dejare acercarte a el de nuevo.

—Ya lo veremos. —Subió a un auto muy lujoso, Thomas intento seguirlo para golpearlo, pero este fue detenido por Graham.

—Así no se arreglan las cosas, el firmo un acuerdo donde decía que renunciaba a sus derechos al ser donante ¿Lo olvidas?

—Acuerdo que tu no firmaste, lo recuerdo de maravilla. Puedes exigir legalmente el nombre de esa mujer. —Ay no.

—No, hare lo que Ruby aconsejo, hablar con ella tranquilamente.

—Lo mismo pensaba ese idiota y ve.