Capítulo 10

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Capítulo 10

Se encontraron en un restaurante conocido, lo último que Esteban quería era una escena de sus tías, de Alba en especial.

"Es muy poco tiempo, mijo." - Dijo Carmela. - "Mínimo se necesitan 6 meses para organizar una boda como se debe."

"Con dinero se consigue todo lo que deseas Carmela." - Lanzando una indirecta que María ni reparó.

"No queremos esperar tías..." - Sobre la mesa, Esteban no soltaba la mano de su prometida.

"¿Ya pensaste qué diseñador quieres te confeccione el vestido? Fabiola eligió un italiano, podríamos preguntarle a ella..." - La malicia de Alba se le salía por los poros.

"Tía, por favor."

"María es una mujer inteligente y dudo que le afecte oír mencionar a tu ex prometida..."

"Tu tía tienes razón..." - Mirando a Esteban. - "Pero en cuanto al vestido, no lo he pensado todavía..."

"Recuerda que no puede ser blanco si ya ustedes..." - Soltó Carmela con picardía. - "Lo digo por lo que le pasó a Arturo..."

"El vestido será blanco." - Muy serio con sus tías. - "Del diseñador y modelo que María desee." - Sentenció antes de otra impertinencia.

"Nosotras podemos ayudarte, Mari..."

"Por supuesto." - Confirmó Alba. - "Hay tantos detalles en una boda, que si la comida, las bebidas, los invitados, en fin... Me pareció haber oído que no tienes familia..."

"No, mis padres murieron y fui su única hija..."

"Pero ya formaremos nuestra propia familia, mi amor..." - Esteban siempre tan cariñoso con ella, le besó una mano.

"Lo primero será entonces la fiesta para anunciarles el compromiso a todas nuestras amistades..." - Sonrió Alba creyendo que Esteban se avergonzaría ya que su novia no era de clase alta.

"Este mismo viernes, ¿qué tal??" - Dijo él tomando por sorpresa a todas.

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En el coche de Esteban...

"Perdona las impertinencias de mis tías..." - Con gesto de sentirse avergonzado.

"Creo que no me aceptan del todo..." - Jugó María con los dedos de él.

"Eso cambiará, fue muy bonito gesto ofrecerse a ayudarnos con la boda, ¿no crees...?"

"Pues.. Sí..." - Notando entusiasmo en la voz de Esteban, evitó decirle que prefería hacerlo ella sola.

"Esto servirá para que se conozcan y hasta lleguen a ser amigas... Nada me gustaría más que eso..."

Esteban se estiró y aprovechó la luz roja del semáforo para besar a su futura esposa.

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El martes por la noche, Esteban y María salieron a cenar con Arturo y Patricia. Para festejar los compromisos se dijeron.

Lo primero en lo que Patricia se fijó fue en el anillo de María.

"El mío parece de juguete al lado del tuyo... Qué diamante más precioso..." - Mirándolo de cerca.

"El tuyo también está hermoso..." - Aunque era más pequeño a decir verdad. - "Y lo importante es el amor con el que Arturo te lo dio... Igual que el que Esteban me dio..."

Un Amor para la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora