Capítulo 11

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Capítulo 11

El rostro de María había palidecido... Por la escena que tenía por delante...

"Cállate y vete de mi casa, Fabiola." - La voz de Esteban representaba todo su enfado.

"¿Quieres que arme un escándalo en frente de todas nuestras amistades...?"

"Sal de aquí." - Agarrándola del brazo, la sacó del despacho.

A María se le escaparon unas lágrimas, se sentía muy mal, engañada por el hombre que juraba amarla.

"Mi amor..." - Se acercó él a abrazarla.

"Suéltame Esteban." - Se alejó María.

"¿Qué estás pensando?? Me encontré aquí a Fabiola y empezó con sus reclamos."

"¡Se besaron!! Límpiate al menos."

"No. Ella quiso besarme, yo no la besé mi vida..." - Sacando el pañuelo del bolsillo para pasárselo por la boca. - "Tienes que creerme María."

"Esteban... Piensa bien si quieres casarte conmigo."

"Claro que quiero, mi amor... Eres la mujer que amo... No existe ninguna otra mujer con la que quiera compartir mi vida."

Él secó con sus dedos las lágrimas de ella. Y la besó en la boca, aunque María no le correspondió esta vez.

>> La fiesta de compromiso no había acabado como ellos esperaban.

El semblante de la novia, alicaída ahora, no pasó desapercibido por muchos.

Esteban obligó a Bruno a irse con su mujer y a que le advirtiera que no volviera a repetir lo que hizo aquella noche.

Patricia y Arturo hablaban con María, él en particular defendiendo a su amigo. Precisamente fueron ellos los últimos invitados en irse.

Esteban tomó una mano de María, anunciándole que se iban también.

"¿Por qué no dejas que la lleve el chofer, Esteban? Es muy tarde ya..." - Sugirió la malvada Alba.

"Tu tía tiene razón..." - Respondió una triste María.

"No." - Sentenció el hombre de la casa. - "Te llevo yo. Vamos."

Las tías los vieron salir, era obvio que estaban peleados.

"¿Qué pasa, Albita...?" - Ante el pellizco de su hermana.

"¿Por qué no me ayudaste a convencer a Esteban que se quedara??"

"La Mari estaba bien triste... ¿No te diste cuenta...?"

"¡Qué estúpida eres, Carmela!" - Gritó la mayor de las hermanas.

>>>>

Finalmente en el coche, Esteban empezó su defensa. Antes de arrancar.

"María, no puedes creer lo que dijo Fabiola..." - Suplicó él.

El auto era el mismo deportivo y compacto que parecía acercarlos a propósito.

"Por favor, Esteban... ¿No es cierto que eras un mujeriego?? Tu fama se escuchaba hasta en la oficina..."

"Cambié, mi amor..." - Le tomó una mano a su prometida y se la besó. - "Por ti... Porque me enamoré de ti..."

"¿Y el beso con tu ex prometida...?"

"Fabiola sigue obsesionada conmigo y no va a descansar hasta separarnos..."

"Por favor, vámonos... Quiero descansar... Ha sido un día..." - Sin saber cómo describirlo, volteó la mirada hacia su ventana.

Un Amor para la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora