Capítulo 29

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Capítulo 29

Pasos en la escalera y para fortuna, se trataba de una de las sirvientas que no hizo preguntas de ningún tipo cuando se encontró a su patrona forcejeando con uno de los invitados.

"Señora María, Don Esteban me envió por usted..."

"Vamos..." — Bajando con la muchacha. — "Por favor quédate al pendiente de mi hijo."

"Claro que sí..."

María se apresuró a salir, por lo que Servando no tuvo oportunidad de volver a acosarla.

"Mi amor..." — Le dijo Esteban cuando sintió las manos de su esposa en sus hombros. — "Vamos a jugar en parejas..." — Le besó una mano y la notó fría.

"Prefiero no jugar, simplemente seré espectadora..."

"¿Estás bien?"

"Sí, solo tengo un poco de frío..."

"Vamos a ganarles a todos, mi vida..."

María le sonrió y se sentó a su lado mientras Servando aparecía.

"Buenas noches a todos, me retiro..." — Anunció Maldonado.

"Quédate un poco más..." — Le pidió Esteban.

Y los otros también intentaron que se quedara, por cortesía, no porque la compañía de ese tipo fuera agradable ni nada parecido. En realidad, todos esperaban que compartiera su herencia con alguno de ellos.

-Habitación Principal-

María se acostó antes que Esteban, porque él se quedó conversando con unos amigos de la universidad.

Cuando subió, se inclinó a besarle un hombro.

"Pensé que te habías dormido..." — Le dijo.

"No... Todavía no tengo sueño... Pero no quise quedarme abajo para que platicaras a gusto con tus amigos..."

"Estoy a gusto siempre que estás a mi lado..." — La besó en los labios. — "Pasé viendo a Héctor, duerme a pierna suelta... Pronto va a necesitar una cama..."

"Está mucho más alto..." — Le sonrió ella.

"Ya tiene un año... No te duermas, voy a bañarme y vuelvo." — Le pidió antes de irse al baño.

A pesar de que lo intentó, María no podía dejar de pensar en el acoso de Servando, tanto que como estaba de espaldas al baño, se sobre exaltó cuando él la abrazó por detrás.

"¿Qué pasa, mmm...?" — Susurró él.

"Me estaba quedando dormida..."

"Perdón mi amor... No fue mi intención..." — Acariciándole el brazo y besándole el cuello.

"Te quiero Esteban..." — Aferrándose a su antebrazo.

"Yo también mi vida..." — Estrechándola contra su cuerpo. — "¿Estás muy cansada...?" — Susurró él a su oído.

Unas veces se lo preguntaba porque le importaba, pero otras con una segunda intención... Deseaba tener la calidez de su cuerpo...


^^ Al día siguiente llevaron a Héctor a la feria.

Invitaron a Los Ibáñez, pero a Patricia no le agradó ir a caminar en el polvo.

Los San Román en cambio se divirtieron de principio a fin, el niño disfrutó muchísimo de montarse en los carritos, en los caballitos, en todos los carruseles con sus papás.

Un Amor para la HistoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora