Senderos de amor [Abeshiya]

Capítulo 9

[Haruitsuki Abeno]

No podía creer lo que estaba ocurriendo, a pesar de tenerlo frente a mí aún parecía que estaba soñando.

— Espero que todos hagan sentir al Doctor Ashiya como en casa, especialmente usted señorita Ayumi, necesito que su personal lo apoye para que se familiarice rápidamente con los pacientes del doctor Sato.

— Cuente con ello señor.

— Bueno, por el momento es todo.

Aunque esperaba hablar con él, sabía que este no era el momento; ambos teníamos trabajo que cumplir. Después de mis rondas, un par de consultas y una cirugía; era momento de ir almorzar, fue entonces que lo vi.

— Así que la vez que te encontré fuera del hospital, no fue una simple coincidencia.

— No, estaba saliendo de la entrevista con el director Yokozawa.

— No mencionaste nada el viernes pasado.

— No hubo la oportunidad de mencionarlo, solo tuve tiempo de decírselo a mi padre y a Kya.

Aunque parece lógico que ella lo supiera antes que yo, me molesta. Recordé que ahora no tenía pretexto para ir a su casa y hablar con él, debía aprovechar esta oportunidad.

— Te debo una disculpa, por mi comportamiento del viernes fue muy descortés de mi parte.

— No te preocupes, supongo que a pesar de todo la amas.

— ¿Qué?

— Te molestaste, por como hice sentir a Zenko ¿no? Apuesto a que jamás imaginaste que yo sería la persona que más la hiciera llorar.

— Es cierto, ni en sueños creí que harías algo para hacerla llorar. Pero no es ella la razón por la que estoy molesto.

— ¿A no, entonces?

— Es por ti.

— ¿Yo?

— Si. ¿Cómo crees que me sentí al saber que estás casado, cuando horas atrás habías dicho que te enamoraste de mí? — no respondió, bajó su rostro, pero pude notar como estaba sonrojado. Extrañamente eso me hizo feliz, podía seguir contemplando, pero necesitaba respuestas — Hanae, necesitamos hablar.

— En realidad no...

— Por favor.

— Está bien, supongo que después del turno. Ahora tengo que ir y ver otros pacientes.

— Ok, te veré más tarde.

El día era ajetreado, igual que todos los días; pero hoy sentía que el trabajo era excesivo, que estaba siendo más largo de lo usual. Contaba las horas para terminar el turno y salir de ahí rápidamente, estaba demasiado ansioso, pero con un enorme anhelo.