S [situaciones nuevas]

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Dedicado a mi dulce Sweet_Ghostie

Corría apresurada y casi sin aliento, me había dormido tarde tras una larga noche llena de recuerdos

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Corría apresurada y casi sin aliento, me había dormido tarde tras una larga noche llena de recuerdos. Así que el resto de mi intinerario se vio afectado, y no sabía si te alcanzaría en la entrada de su escuela.

El sonido de la campana de entrada me hizo acelerar mis pasos y por fin llegar sin aliento. Agitada, pare frente a la puerta pero no lo vi fuera, así que me acerque y vi como entrabas a paso lento entre los apurados estudiantes que ya de por sí llegaban tarde.

—¡Senpai!— grite e intenté entrar, pero un extraño muro azul transparente me impidió la entrada

Solo los estudiantes podían pasar, y yo aún no lo era.

—¡Bakugō-Senpai!— grite y está vez con tu nombre, entonces vi como te detuviste, te giraste lento y me localizaste con una ceja alzada, ¿estabas molesto o sorprendido? —¡Tu almuerzo!

Vi cómo chasqueaste la lengua algo avergonzado e irritado al captar algunas miradas. Y después de gritarles un fuerte y feroz: "¡¿Que me ven extras?!" Te acercaste casi de mala gana a mí.

Al pasar, el muro desapareció y yo retrocedí unos pasos.

—¡Perdóname! Se me hizo tarde— me incline haciendo una reverencia media

—Tch, ya me di cuenta, creí dejarte claro que no aceptaría nada tarde.— te cruzaste de brazos viéndome con el mentón alzado

—Oh... ¿Entonces no lo aceptaras?— pregunté apretando con mis dedos la servilleta que envolvía el traste —Te digo para que no lo tires cuando te lo entregue.— murmuré lo último con cierto tono de reproche por la última vez

—¡Ya estoy aquí! ¡Ahora cállate y dámelo!— gritaste y me arrebataste el objeto de mis manos

—Me alegra. — confesé con una leve sonrisa que quedó fuera de su vista por tener mi rostro bajo

Con las prisas ni siquiera había alcanzado a ponerme una nueva crema humectante que había comprado recientemente, por lo que mi rostro estaba terriblemente reseco y ciertas áreas se descamaban.

—¡Si vas a decir algo ve me a los ojos!— gritaste fastidiado tomando de nuevo mis casquetes con una sola mano y obligándome a verte

»¿por que me dificultas las cosas, rubio?«

—¡Pero no aprietes!— me queje

—¡Entonces no bajes la vista!— cerré mis ojos ante la potencia de tu voz

Un silencio inundó el aire, pero no me soltaste, y eso me gustó aunque estaba apenada porque vieras mi feo rostro tan de cerca. Tu mano era cálida y casi abarcaba todo el contorno de mi cara sin mucho esfuerzo. Nadie había tomado mi rostro aparte del hermano mayor hasta ese momento. Por eso, me sorprendió cuando sentí como tus dedos se acercaron a mi ojo y retiraron algo, eso me hizo abrirlos y toparme con los tuyos, rubíes, hermosos, brillantes y feroces tan de cerca.

Porque soy tu fan. [Bakugō Katsuki × Oc]  LIBRO 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora