O [oportunidades]

426 71 92
                                    

Jadeaba con dificultad, intentando recuperar el aire, pero sentía como si mi garganta se pegará a falta de agua en ella. Me dolían mis costados y el corazón parecía no querer bajar su ritmo.

—Por-porfavor... Solo un des-descanso...— casi suplique dejándome caer de rodillas, mi ritmo cardíaco no era para nada estable

—No-o~— canturreo la rubia ceniza mientras movía su dedo en forma de negación —Me ordenaron no parar hasta que evitarás que te saque un bote de sangre, ¿y que crees?— pregunto emocionada —¡Ya llevo casi medio bote! ¡Tendré tu forma para rato!— gritó excitada y se lanzó a mi con jeringa en mano

—¡Toga-chan piedad!— grite esquivandola y lanzando otra bomba de humo que arranque de mi cinturón

—¡No tendrás las bombas para siempre mi linda ratita!— escuché su voz detrás de mi, luego a un lado y por un momento me pareció oírla en el techo —¡Siempre te encontraré!— finalizó su espeluznante frase que me dio escalofríos con una risa sádica que solo alteró mis nervios

Sentía que no podía continuar, el estrés y la ansiedad me estaba ahogando, el dolor de todo mi cuerpo por el entrenamiento de hoy, sumado con el de los dos días anteriores solo me dificultaba las cosas. Era apenas mi tercer entrenamiento oficial y me parecía que Toga tenía más ganas de matarme que Twice, quién parecía que solo jugaba conmigo.

«Si me rindo, no creo que sea capaz de matarme ¿verdad? No me absorberá hasta dejarme sin una gota de sangre ¿Verdad?» Con esa idea en mente, simplemente me deje caer, había perdido sangre, mis brazos, mi estómago, mi espalda y mis piernas estaban perforadas y picadas de tantas veces que la rubia me había pinchado.

Ya no quería más este entrenamiento, no le veía sentido, ¿no se supone que debería escalar poco a poco y no lanzarme de una vez al acantilado?

La vi acercarse entre mi pobre niebla ya debido a lo débil que estaba y a la excases de líquido que sufría, y aunque aún hubiera calor en el suelo ya no tenía las fuerzas para evaporarlo, solo pude verla tomar impulso y apuntarme la jeringa a mi cuello, lo único que pude pensar en ese momento era que allí quedaría muerta.

—Alto.— una voz que conocía muy bien freno a Toga de golpe, haciéndole formar un puchero lamentándose de no poder continuar drenando mi sangre

Entre la poca niebla que había logrado producir pude visualizar a Shigaraki acercarse a mí, con su rostro que mostraba claro disgusto.

—Des-descanso... Solo diez minutos ¿si? Porfavor.— le rogué mientras trataba de retener el aire en mis pulmones y levantarme

—Por hoy es todo. Vete.— ordenó y me levanto de un tirón tomándome del brazo, haciéndome tropezar y chocar con su pecho, sentí sus manos en mis brazos sin empujarme como creí que lo haría al estar baja la mirada de la rubia

—Gracias.— me separé veloz empujandole e hice una corta reverencia, y aunque mis piernas y mi débil cuerpo ya no tuvieran energías ni fuerzas, sabía que debía salir de ahí lo más pronto posible antes de que cambiará de opinión, así que eso hice.

No me importó que estuviera toda sudada, que ni siquiera tuviera tiempo de tomar agua, que muy probablemente me desmayaria a medio camino por la falta de sangre si no comía nada, no, solo quería salir corriendo de ahí.

—¡Oye!— me gritó Shigaraki cuando terminaba de bajar las escaleras, pero hice como que no le oí, temía que me dijera que regresara mejor

Corrí por las calles hasta llegar a mi zona, tranquila, hasta cierto grado acogedora, llena de niños jugando en el parque, una que otra pareja de mayores andando tomados de la mano, padres de familia regresando a sus hogares tras una larga jornada, pero aliviados de que pronto verían a su familia, un ambiente relajante a diferencia de dónde yo provenía.

Porque soy tu fan. [Bakugō Katsuki × Oc]  LIBRO 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora