❝ Sana es una feliz mujer, está casada con su linda Dahyunie, no habría cosa que no hiciera por ella. Sana deseo tener una familia con Dahyun pero está se había enamorado perdidamente de una mujer que no era Sana.
Mientras era engañada la japonesa...
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Sana perseguía a su esposa por el apartamento que compartían, ella llevaba tanto tiempo imaginando su vida a lado de la mujer a la que amaba, ¿por qué no dar un paso más?
— Dahyunieeee — llamó la castaña.
La más baja se detuvo en su lugar y bufó desesperada, su esposa no la había dejado en paz en ningún momento del día.
— ¿Qué ocurre? Sólo dilo — gruñó la menor.
— Mmh, quiero un bebé — mascullo Sana, estaba atenta a la posible reacción de su esposa pero la blanquecina simplemente soltó una risita.
— Deja las bromas Sana — pidió.
Los ojos de Sana se llenaron de lágrimas ante la reacción, no era lo que esperaba, realmente Sana no podría jamás bromear en querer tener un bebé.
— ¿Hablas en serio? — cuestionó la coreana al notar a su esposa al borde de lágrimas.
— Lo hago, estamos por cumplir dos años de matrimonio, ¡quiero un bebé! — lloriqueo la castaña.
— Se necesita mucho papeleo para eso, ni siquiera tenemos espacio para un bebé en este lugar, ¿realmente lo quieres? — inquirió la pálida.
Dahyun se sentía atrapada, odiaba ver a su esposa llorando, no soportaba verla triste, pero ella no podía hacer nada al respecto, bien, Dahyun quería hijos, claro que sí pero no se veía teniéndolos junto a Sana, ella quería todo eso con su amante, amaba a Momo tanto, no podía hacerle daño a ninguna de sus mujeres.
Dahyun abrazo por los hombros a su esposa, acaricio las mejillas de la japonesa dándole pequeños mimos.
— Un bebé es lo único que quiero — murmuró Sana.
— Quizás, podríamos, no lo sé — habló confundida Dahyun, no tenía ni idea de lo que podría decir.
— ¿Crees que podríamos ir a una cita? Chaeyoung me recomendó con una buena ginecóloga, es la misma que se encargó de sus embarazos, también lo hizo con Nayeon, ¿podríamos intentarlo? — pidió Sana.
Dahyun se sentía acorralada, los ojos de su esposa rogaban silenciosamente que aceptara ir a aquella cita pero imaginarse a Momo llorando al enterarse dolía tanto. ¿Qué hacer?
— Y-yo necesito pensarlo — habló dudosa.
Sana asintió apartándose de su esposa, se sentía dolida, se preguntaba si realmente Dahyun la amaba, y es que si fuera así la pálida hubiese aceptado encantada, ¿a quién no le gustaría formar una familia con la persona que ama?
— Sana, perdón, debo pensarlo antes de aceptar, ¿y si no soy buena madre? — siguió Dahyun.
— Yo solamente quería que aceptarás, ¿o es que no quieres tener hijos conmigo? — susurró dolida Sana.
Dahyun persiguió a su esposa esta vez, la acorraló literalmente contra la pared y negó con su rostro ardiendo.
— Es lo que más deseo, adoraría formar una familia a tú lado, Kim Sana — mintió descaradamente.
El rostro de la japonesa volvió a brillar, sonrió feliz, se abrazo al cuello de su esposa y repartió besos en su rostro.
— ¡Perfecto! Mañana mismo nos encontramos con la ginecóloga — chilló Sana — Nos vemos más tarde, iré a festejar con Chaeyoung.
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...
Dahyun estaba vistiéndose en el borde del colchón, se encontraba en la casa que compartía con su amante, la peli negra detrás de ella se encontraba confundida.
— Es la primera vez que esto ocurre, ¿hice algo mal?, ¿no te gustó como lo hice? — preguntó al borde de lágrimas Momo.
Acababan de terminar de hacer el amor y siempre se abrazaban, se llenaban de mimos, nada cómo este final, Dahyun apenas terminó comenzó a vestirse alejada de Momo.
— Ocurrió algo, debemos hablar — comentó Dahyun.
Momo sintió miedo al escucharla, se levantó enrollada en las sábanas y encaró a Dahyun.
— ¿Me vas a dejar? ¿Es eso? — interrogó la mayor.
La coreana abrió grande los ojos, negó repetidas veces.
— ¿Qué? Eso jamás, lo qué pasa es que algo ocurrió con Sana, ella... verás, iremos mañana con un especialista para intentar tener un hijo — confesó la coreana.
Momo creyó que quizás el que Dahyun la dejara en ese momento hubiese dolido un poco menos. Momo amaba con todo su corazón a la coreana, la quería tanto que aceptaba que siguiera con Sana, la amaba demasiado y saber que ella crearía una familia con alguien más la lastimaba profundamente, pero, ¿qué podía hacer?, no era lo suficientemente valiente cómo para dejarla.
— Está bien, ¿eso significa qué? — cuestionó la mayor sin saber que esperaba Dahyun que hiciera con dicha información.
— Yo no quiero, pero ella está muy ilusionada con ello, no sé qué hacer — murmuro la pálida.
— Esté es el momento en que te divorcias, seamos felices ahora nosotras — habló Momo.
Dahyun negó lentamente, ella era incapaz de dañar el corazón de Sana con algo así. Ella simplemente no podía lastimar a ninguna de las dos.
— Entonces yo sobro en eso — murmuro Momo alejándose de la coreana.
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