Capitulo 12: Malos por naturaleza

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Nozomi se sentó fingiendo escuchar atentamente a la anciana frente a ella—...cuando salí de mi trabajo vi como mi auto era robado—la anciana fingió llorar atrayendo la simpatía de los demás oficiales que se encontraban en ese momento en la jefatura—...a pesar del miedo que tuve pude forzarme a ver los rasgos del ladrón—desde aquel día hace 5 años ella era capaz de identificar cuando alguien le mentía—sus rasgos eran piel de color melocotón, cabello castaño y ojos verdes iba puesto una camiseta que llevaba impresa el dibujo del Cristo redentor—mentiras y más mentiras, el auto no había sido robado lo más seguro era que la anciana lo haya vendido a una deshuesadora y ahora mentía sobre el robo intentando cobrar el seguro—por las características ¿asumo que era un extranjero? —la anciana asintió, inculpar a un extranjero era simple ya que normalmente los residentes de dicho país tenían cierto recelo hacia ellos...ese tipo de mentiras lo único que hacía era incrementar la xenofobia

—ya veo si encontramos algo se lo hare saber—dijo Nozomi fingiendo interés—si en el transcurso de un mes su vehículo no es encontrado se dará aviso a la aseguradora—la anciana sonrió un poco antes de volver a poner su expresión afligida, la anciana se levantó dio una reverencia y se retiró.

—Si sabes que está mintiendo—dijo una mujer morena de cabello largo trenzado vestida con una chamarra negra y unos vaqueros azules sentándose en la silla frente a ella

Nozomi la miro con sorpresa—lo se...sé que miente—un largo bostezo escapo de sus labios—pero tú que haces aquí creí que aquella reunión sería la única antes de que todo esto empiece—pregunto una vez que la reconoció como una de las personas que estuvo presente en la reunión que había mantenido hace algunos días

—así que me reconociste—dijo con una sonrisa—respondiendo a tu pregunta ambas somos las únicas mujeres del grupo por lo que creí que lo apropiado seria conocernos un poco—con una sonrisa brillante extendió su mano hacia Nozomi— mi nombres es Lewa un placer conocerte—

—Mientes—dijo en un gruñido Nozomi—cuál es la verdadera razón por la cual estas aquí— Lewa retrajo su mano mientras que la sonrisa que mantenía desaparecía para ser cambiada por una expresión neutra

—en eso tienes razón, no he venido en búsqueda de amistad...eso déjaselo alas colegialas—la expresión de Lewa cambio a una extremadamente seria—quería conocerte para saber qué es lo que te motiva...realmente no quiero que te arrepientas cuando el momento llegue, después de todo he esperado por mi venganza más de lo que te puedes imaginar

Siglo XVI

El sonido de ladridos seguidos de gritos de dolor la estaba ensordeciendo, con algo de fuerza fue jalada hacia atrás de un hombre muy alto de tez morena y cabello corto—mantente detrás de mí...—susurro mientras con un palo algo largo intentaba alejar a los perros que intentaban atacarlos, su madre con muchas heridas llego a ella se arrodillo y la abrazo.

todo estará bien...tu padre y yo no dejaremos que nada malo te pase—susurro intentando tranquilizarla, la niña asintió creyendo en las palabras de su madre...sin embargo dicha promesa no duro mucho dos estruendos silenciaron a los perros, su madre levanto la vista justo a tiempo para ver como su pareja caí al suelo—escúchame murmuro atrayendo la atención de su asustada hija—cuando te de la señal corres con todas tus fuerzas hacia el refugio en el sur—la niña negó rápidamente haciendo que su madre la soltase—no te preocupes yo te hare algo de tiempo, pero también huiré al refugio...te veré allí —mentía y se sentía mal al hacerlo pero era necesario, ella sabía que era imposible que las dos consiguiesen escapar y que era seguro que moriría pero al menos no sería en vano si permitía que su hija escapase de ese destino tan atroz—es al sur no te desvíes—murmuro mientras se levantaba y tomaba el palo de las manos de su pareja, el sonido de fuertes galopeos atrajo su atención cuando se giró vio a por lo menos 5 hombres acercándose al sitio montados en lo que parecían ser cebras—¡ahora, Lewa corre! —la niña se dio la vuelta y corrió con todas sus fuerzas, mientras que su madre cargo contras los perros impidiendo que la sigan

Nueva existenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora