Flügel

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Se me ocurre un nuevo fic...que dicen jeje ;)

Lamento cualquier falta de ortografía que lleguen a encontrar :3

-Flügel-

Los recordaba claramente.

Volando en lo alto de los cielos, sobre las copas de los árboles y entre las nubes como algodón.

Era un panorama único, nunca el mismo y nunca los mismos.

El viento traía consigo los tintineos de sus risas, y el sol iluminaba aquellas alas cristalinas que resplandecían como diamantes.

Los niños se reunían en los parques, podían pasar horas y horas viendo a los cielos, a veces, si había suerte uno que otro llegaba y jugaba con ellos, otras ocasiones simplemente pasaban saludando. No importaba la época del año, Steve jamás se cansaría de ir y observar a esos pequeños seres tan fantásticos y mágicos.

Él recordaba la primera vez que ese pequeño ser de ojos berilio dorado se acercó, después de haber recibido una paliza y el niño James Buchanan le rescató. Sus ojos le miraron con curiosidad y preocupación, sobrevolando sus cabezas y haciendo esos extraños y chillones ruidos hasta que, en algún momento decidió acercarse y revoloteó a su al rededor. Recordaba su toque, tan suave y delicado, como temiendo herirlo más de lo que ya estaba. Recordaba la exclamación de sorpresa que él y James hicieron.

Los Dryadalis jamás tocaban a las personas, nunca. Hasta hoy.

El toque fue cálido, la temperatura era más elevada a la de un ser humano pero no tanto para lastimar, solo...cálido.

Recordaba su sonrisa, esas dos pequeñas hileras de dientes blancos, y recordaba la intensa mirada que le lanzó, casi hipnótica. Y entonces, entonces fue ese agudo y doloroso chillido, ese que les hizo encogerse y taparse los oídos porque temía que sus tímpanos estallaran.

El dryadalis se fue.

Steve atesoraría ese primer encuentro y el resto. Un secreto que ni siquiera Bucky, su ahora mejor y único amigo sabría.

Él sabría tiempo después de la primer guerra que muchos dryadalis perecieron por los ataques y la contaminación, los humanos (aunque pocos) querían experimentar con ellos, por supuesto su cometido no fue a mayores y muy pocos dryadalis fueron atacados. Cuando los rumores de una segunda guerra se escucharon, en esta ocasión las personas no lo pensaron mucho, querían aprovechar la magia que los dryadalis poseían y usarla a su favor.

Las pequeñas criaturas aladas dejaron de verse en los cielos de un día a otro. Y su pequeño dryadalis también, ocultos por temor, por miedo, por obligación, por supervivencia.

A Steve le dolió, y tras la muerte de su madre la soledad fue una amarga amiga.

Tenia 18 y como el resto de los jóvenes quería luchar por su país, a diferencia del resto jamás olvidó a los dryadalis, conservado en su memoria donde el resto ahora ya no recordaban a los pequeños seres, y sino, buscándoles convencidos de que su magia cambiaria el rumbo de la guerra.

Steve no quería ir al ejercito por patriotismo ni nada por el estilo, su intención se encontraba en terminar pronto con esta guerra y así, finalmente volver a ver a las pequeñas criaturas volando en los aires, ver a su pequeño amigo.

Bucky se enlistó, enviado al frente a luchar. Él no.

Tuvo que esperar casi tres meses antes de que el doctor Erskine le diera la oportunidad, por supuesto también fue el momento en que su pequeño amigo regresara.

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