You will always be my son

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Lamento cualquier falta de ortografía que lleguen a encontrar :3

-You will always be my son-

Era un desastre, un fracaso...estaba perdido.

Maldijo, si, maldijo, porque había olvidado pagar el teléfono, el agua se había quemado y el bote de leche terminó en el suelo porque por idiota, tomo el mango caliente de la tetera terminándose quemando y...

Suspiró, bajando la cabeza y apoyando en sus manos mientras el llanto del menor se escuchaban y él, estaba por acompañarle.

Una semana, y estaba a punto de volcar la casa por la ventana, nadie dijo que era fácil, nadie dijo que seria sencillo...pero al principio lo creyó, porque en ese entonces no seria el único a cargo, no se supone, estaría solo.

-Dios, Tony te necesito-su mirada vidriosa enfocándose en la fotografía sobre la chimenea-te extraño

Serian un equipo, ambos estarían ahí, turnándose y apoyándose, juntos.

Sabían que seria difícil, lo supieron desde el primer día, un embarazo de alto riesgo, no importó, no importaba...estarían juntos, siguiendo al pie de la letra las indicaciones y...lo peor, es que fue el parto, y no cualquier otra de las amenazas señaladas.

Tony falleció minutos después de dar a luz a sus niños, gemelos. Sangrado interno, bastante grave y...su edad no ayudo, el problema de su corazón...sus ojos cerrandose, la última vez que vio sus ojos, castaños claros.

Se levantó, apenas había dormido 15 horas en la semana, en tres horas tendría que dejar a su hijo con la señora May(una amable vecina que se ofreció a cuidar a su hijo), antes de ir a trabajar, y aunque Tony le había dejado casi la mayoría de sus pertenencias, ademas de la herencia recibida de sus padres, era consciente que el dinero siempre seria necesario, colegiaturas, uniformes, útiles...había hecho las cuentas, decidió dejar eso para su hijo, pero ahora, en el presente, necesitaba trabajar.

-Vamos Peter, ya es tarde cariño

Alzo a su hijo, sus pequeño milagro. Había dicho gemelos, si, él tuvo gemelos, tiempo pasado, el menor había nacido muerto, el cordón umbilical termino enredad en su cuello, murió incluso antes de nacer y...dos muertes, dos funerales...¿había algo peor que eso?

Fue a su habitación, le había alimentado, estaba limpio...solo necesitaba dormir, su habitación, aquel lugar donde casi nunca iba, los recuerdos de Tony estaban frescos, pero estaba tan cansado, agotado tanto física como mentalmente, ya ni siquiera había salido a correr ¿en qué momento?

Peter, su pequeño niño gimoteó, recostado en su pecho tratando de encontrar un lugar cómodo. Sonrió, por que a pesar de todo, a pesar del desastre que era ahora sabia, que no cambiaría nada, no porque tenia aun, un pequeño pedacito de Tony y él, su pequeño milagro.

Uno creería que un hombre de más de 100 años estaba preparado para todo, no era cierto, se había alejado de todos, necesitaba espacio, un momento solo con su hijo antes de retomar su vida y...buscarlos.

El Capitán América había quedado bastante lejos ya, Tony y él se habían mudado a una ciudad en Canadá, retirándose del trabajo de superhéroes para disfrutar de una vida tranquila, pacifica...o eso habían planeado. De haber sabido, ninguno de ellos hubiera dado todo lo que tenían a otros, tratando de aparentar ser una pareja normal, trabajando en lugares estables y simples, ser solo...civiles.

Bajo la mirada, su niño ahora dormido, respirando suavemente y chupando su pulgar, sonrió con ternura, pasando su mano por aquellas hebras apenas visibles. El destino le había arrebatado a su esposo e hijo, pero le permitió conservar a Peter, y eso, eso jamás podría negar.

-Te amo Peter, y pase lo que pase te prometo siempre estar ahí, nunca te dejare, mi bebé, mi niño...mi hijo

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