CAPÍTULO 1-El inicio de todo

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Desde que tengo memoria mi vida ha sido una completa desgracia.

Según mi padre soy el problema más grande que han tenido los Malfoy nunca. Mi madre, sin embargo, no opina al respecto, prefiere callarse por miedo a mi padre y a que Voldemort descubra que existo.
Siempre he querido pensar que me ocultan de Voldemort para mantenerme a salvo, pero son ideas falsas.

Mi hermano, es el diablo personificado. A pesar de haber nacido el mismo día somos bastante diferentes. Se ha pasado los 14 años de su vida haciendo de la mía un infierno solamente para impresionar a mi padre.

-¡Crucio!

El hechizo me dió por completo en el pecho. Me retorcí en el suelo hasta que no lo soporté más y supliqué.

-Para porfavor...-Susurré con las pocas fuerzas que me quedaban y con lágrimas brotando de mis ojos.

-Querida hermanita, esto solo acaba de empezar, a demás-

Narcissa entró al cuarto de Draco sin ni siquiera llamar.

-Draco, tus amigos te buscan-Dijo mi madre antes de salir del cuarto.

Draco soltó un sonido de pesadez para seguidamente volver a hablarme.

-Por ahora te has librado, pero cuando mis amigos se vayan, desearás no haber nacido.

Antes de que Draco pudiera decir algo más, salí corriendo de su cuarto. Bajé las enormes escaleras de la Mansión Malfoy y corrí hacia una de las salas más grandes que albergaba el primer piso.

Sin saber dónde me estaba metiendo, entré al salón donde estaban teniendo una reunión mi padre, Voldemort y un chico que no pude reconocer.
Todos me miraron conmocionados.

-Querida...¿quién eres?-Soltó el señor oscuro.

La anaconda enorme que se encontraba en la larga mesa, se fue acercando lentamente.

-Ven, acércate-Dijo Voldemort extendiendo su mano hacia mí mientras que mi padre me lanzaba una mirada asesina.

Me acerqué con miedo, temblando nada más de pensar en las consecuencias que me iba a causar este imprevisto. Me habían descubierto y de esta no saldría con vida.

-Dime, ¿Que haces aquí?

No dije nada, sabía que si revelaba mi identidad estaría en problemas muy graves.

Miré a mi alrededor para comprobar la mejor manera de huir de ahí. Pero lo único que vi fueron unos ojos de un marrón intenso mirándome fijamente.
Ese chico contenía en su mirada un cúmulo de emociones las cuales no supe interpretar.

-¿Así que no dirás nada?, No me dejas otra opción niña, ¡Legeremens!

No era la primera vez que aplicaban ese hechizo sobre mí y sabía cómo resistirme, sin embargo, me quedaban pocas fuerzas para pararle.

-Si te resistes te dolerá más.

Vi toda mi vida pasar ante mis ojos, era como si todos mis recuerdos aparecieran a la vez en mi cabeza. Los estaba viendo todos, tanto buenos como malos.
Hasta que colapsé.
En un segundo me encontraba en el suelo, no tuve fuerzas para moverme ni para abrir mis ojos, pero era capaz de oír lo que estaban diciendo.

-Lucius, no te voy a matar porque eres mi más fiel mortífago, pero esto lo tendré en cuenta.

-Lo siento mi señor pero ella es un peligro para la familia Malfoy, no podíamos arriesgarnos a llevarla a Hogwarts.

-Es tu hija Lucius, afronta las consecuencias. Desde ahora en adelante vendrá a las reuniones y este curso irá a Hogwarts, me vendrá bien tener a alguien como ella.

HATED - Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora