HATED - Mattheo Riddle

CAPÍTULO 13-Pasión

¡Aviso! Capítulo +18
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-De acuerdo-Dijo para seguidamente darme un beso apasionado.

Nos sentamos en el césped para hablar pero el ambiente estaba muy tenso.

-¿A quien mataste para conseguirlo?-Pregunté tocando el colgante que seguía colgado en mi cuello.

-A un simple Mortífago. Mi padre me dijo de debía hacerlo para protegerte, pero nunca pensé en el daño que te podría llegar a causar.

Se quedó totalmente en silencio. El tiempo se volvió inestable, se levantó una brisa fría y tenebrosa. Dentro de poco llovería y estar tan lejos del castillo no era la mejor elección que habíamos tomado.

-T/N, hay gente que planea hacerte mucho daño, y yo no voy a permitirlo. Si no quieres llevar el colgante lo entenderé, pero llevalo puesto cuando no esté contigo.

-Lo llevaré conmigo, lo prometo.

Le di otro de los innumerables besos que le había dado ese día, pero este era diferente. Estaba lleno de dulzura, rudeza, pasión y deseo. Era impresionante como un simple beso podía albergar tantas cualidades a la vez.

Estábamos sentados pero en breves segundos me encontraba tumbada en el suelo debajo de él con sus manos recorriendo cada parte de mi cuerpo.
Acariciaba mi cuerpo como si estuviera marcando territorio, dejando marca por donde pasaba.

De pronto, una gota de agua cayó en mi mejilla. Mattheo se dió cuenta de esto y extendió a su mano boca arriba con la intención de averiguar si estaba lloviendo, pero en cuestión de segundos ya estábamos totalmente empapados.
Nos deberíamos haber ido al castillo corriendo, pero la tensión sexual entre nosotros era mayor que cualquier cosa.

Mattheo siguió besando mi cuello como si me estuviera devorando, pero debido a la lluvia tuve que pararle para no coger un resfriado.

-Mattheo...-Gemí levemente.

-¿Que sucede princesa?-Susurró Mattheo en mi oído.

-Deberíamos volver a dentro, no quiero resfriarme.

Riddle se levantó de encima mío y me ayudó a levantarme.

-No podemos volver andando, podrías resfriarte fácilmente...Salta-Ordenó

Yo obedecí y salté colocando mis piernas alrededor de su cintura y pasando mis manos en por cuello.

De un momento a otro nos teletransportamos a su habitación y continuó con un beso apasionado que soltaba chispas.

Comenzó besando mi cuello mientras que yo me retorcía de placer. Resbalé mis manos desde su cuello hasta su pelo y pegué un pequeño tirón en este.

-Ah~, dime lo que deseas- Gimió Mattheo bajándome al suelo.

Me quedé mirándole a los ojos detalladamente mientras pensaba en como decírselo, pero la tensión sexual en el ambiente era superior a todo y acabé poniéndome de puntillas para poder darle un beso. Éste era pura lujuria, sabía que sería el comienzo de una nueva etapa en mi vida de la que no podría olvidarme jamás.

-Fóllame hasta que no pueda caminar-Susurré mirándole directamente a los ojos.

-Uf...decir eso te hubiera costado caro, pero como es tu primera vez lo dejaré pasar...¡Muffliato!-Dijo acariciando mi mejilla.

Fue caminando hacia mí poco a poco mientas que yo retrocedía hasta chocar con la enorme cama. Sus ojos se obscurecieron de manera intimidante por lo que caí hacia atrás en la cama no intencionadamente. Se colocó encima de mí besando mi cuello dejando así marcas moradas que no se irían en días.