Capitulo 15. Extraña sensación

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Era oficial, si las miradas matasen uno de los dos hubiera caído al suelo entre convulsiones y espasmos. Ella había escuchado una riña apenas poner un pie dentro de la casa y, aunque esos hermosos ojos de miel y fuego prometieran el cielo y el infierno ella no se dejaría intimidar.
-Haste a un lado- dijo, cuando él contrajo el rostro ella lo evadió y entró totalmente.
-¿Qué estabas haciendo? ¿Dónde estabas?- preguntó de manera eufórica, casi a una velocidad impensable para formar palabras.
-Primero, no te debo explicaciones ni a ti ni a nadie, segundo, te recomiendo que me quites esa cara que tienes antes de que me cabré aún más de lo que ya estoy- dijo firme enfocando la última palabra.
-Si vives conmigo y demoras más de una hora en un camino que no tarda más que quince minutos creo que lo menos que puedes hacer es darme una explicación- dijo un poco más calmado pero con un tono elevado aún.
-¿Me estás tomando el pelo o qué?- dijo indignada.
Él le devolvió una mirada incrédula.
-¿Cómo es que tienes la cara tan dura de decirme eso luego de que fuiste tú quien me dejó tirada, eh? Porque a mi entender es todo lo contrario a preocuparse por alguien- soltó su mochila de un tirón sobre el sofá.
Félix pareció pensarlo y justo cuando intentó responder ella lo cortó.
-Además, no llevo fuera más de veinte minutos- se cruzó de brazos limpiándose el antebrazo para eliminar el barro que se le había pegado.
-Llevas una hora fuera, mira el reloj- le mostró, ella cambió la expresión y estalló en risas dejándolo atónito- ¿de que vas?
-Bueno, puede... que lo de tu reloj sea culpa mía- dijo aún riendo.
-No estoy entendiendo, ¿controlas el tiempo o algo?- dijo en un tono molesto.
-Esta mañana cuando me estabas pasando el alcohol por la nariz en la enfermería me aburría así que me entretuve girando la manilla de la hora, quizás lo adelanté demasiado, como una hora o algo así.
Él observó nuevamente su reloj de pulsera y efectivamente al confirmar con su celular tenía una hora aproximada por adelantado.
-No había mirado la hora desde ayer, creo que no me había dado cuenta- dijo volteando un poco el rostro.
-¿Qué me dices de los horarios del insti?- dijo aguantando las risas al ver su cara de vergüenza.
-Me guío por el timbre, rara vez miro mi reloj en la escuela- la observó poniendo una expresión de victoria- en todo caso, ¿porque estás en ese estado?
Ella observó su ropa de arriba abajo notando que estaba echa un total desastre. Quiso contarle pero luego recordó lo que había leído sobre los lobos en vida silvestre, era imposible que con la población tan reducida alguno llegara tan cerca de un poblado sin que nadie se enterara, a lo mejor solo había sido uno que alguien dejó escapar por accidente y seguramente ya lo estarían buscando. Se alzó de hombros restándole importancia.
-Me he caído, solo eso- dijo de forma natural.
-¿Te has caído?- dijo como si le acabasen de decir un mal chiste- ¿en que parte del camino? Lo recorrí y ninguna parte de la tierra estaba mojada y tú- dijo quitando un poco de barro de su mejilla derecha- claramente te caíste cerca de un charco.
-Está bien, he entrado un poco al bosque y allí me he resbalado- dijo esperando que él retirara su mano, el contacto con su piel estaba haciendo que los anillos hormiguearan.
-¿Por qué entraste al bosque, quieres que te suceda algo?- dijo apartando la mano y sintiendo como una mínima parte de su enojo volvía.
Y allí estalló la bomba nuclear, al diablo lo que pensara, le iba a contar la verdad y luego, luego que se las apañara para creérselo o no.
-Entré al bosque porque vi a un ciervo atrapado en una trampa, me acerqué para desatarlo con mis tijeras y.. ¡auch!- dijo viendo como él entornada los ojos en un rasguño que tenía en uno de sus brazos, ella se preguntaba en que momento se había movido tan deprisa.
-A veces cuando charlas te distraes un poco- dijo con una voz calmada y apacible como si fuera un susurro- ¿de qué es esta herida?
-Tendremos que enseñarte a no meterte en los pensamientos ajenos- se escuchó una breve risa por parte del chico- un lobo me atacó.
De pronto su semblante cambió, sus facciones se volvieron duras mientras la miraba.
-¿Cómo dices? ¿Un lobo?- la miró como si estuviera diciendo la mentira más grande del universo.
-Si, un lobo, y si, también se que suena totalmente irracional pero tú querías la verdad y allí la tienes- siguió mirándola inseguro- ¿Qué?
-Nada- dijo apartando la vista y respirando hondo como si dejara de lado un tema demasiado difícil.
Cuando giró para entrar a su cuarto él la tomó de la mano haciéndola girarse un poco.
-Félix, ¿me dejarías entrar a darme una ducha? Estoy toda asquerosa ahora mismo y estoy segura que parezco la novia cadaver.
-Espera un poco- se rascó la nuca- ¿Cómo era el lobo?
Ella no imaginaba que en serio se había tragado lo del lobo, no era mentira pero no creyó que se lo creería.
-Muy grande, blanco con ojos negros, creo que no era muy adulto por cómo se veía su pelaje pero era descomunalmente grande- retiró la mano que él aún sostenía.
Él pareció notar el sentimiento tan solo con mirarla a los ojos.
-¿Tuviste miedo?- preguntó con el rostro más relajado, reflejaba una tenue tristeza.
-Bueno, si tener una experiencia con un animal que puede matarte de una mordida y comerte luego no da miedo pues no se cuál es el concepto de miedo- él no contestó- Claro que tuve miedo, estaba aterrada, sola y con...
Lo que Felix hizo la tomó por sorpresa, de movió veloz hacia ella y la tomó entre sus brazos abrazándola fuerte pero no demasiado. Le tomó unos segundos librarse de la impresión, quiso retirarse pero entonces habló.
-Lo siento, siento mucho lo que te ha sucedido por mi culpa; me sacaste de mis casillas y me enojé contigo pero no debía haber echo lo que hice- dijo acomodando la barbilla en el hombro de la chica. Esperó pero no hubo respuesta, se separó un poco y buscó su mirada. Tenía los ojos muy abiertos cuando la encontró.
-¿Pasa algo?- preguntó un poco preocupado.
-Te has disculpado, dos veces seguidas- dijo sorprendida.
-¿Eh?- miró extrañado- ¿Qué tiene?
-Bueno, aparte del echo de que eres un idiota integral, y de que te crees que todos tienen que hacer lo que dices y de que...
-Vale, lo he pillado- dijo en tono molesto.
-En fin, que es raro, muy raro- miró los brazos que aún la sostenían fuertemente- y esto también- señaló con una sonrisa y las mejillas algo sonrosadas por la cercanía.
Él también notó que quizás se había excedido un poco con el tiempo del abrazo- Lo siento- dijo desviando el rostro hacia algún punto de la pared.
-Y allí está denuevo- rió y sonó leve e inocente- hoy estás raro.
-No estoy raro, más bien tú lo estás, creo que la palabra que te queda bien es "bipolar"- sonrió victorioso.
-Yo no soy bipolar, mi personalidad está mucho mejor que la tuya- se cruzó de brazos.
-Nunca he dicho que eso tiene que ser algo malo- se acercó hasta hacerle cosquillas en la mejilla cuando su cabello le rozó, deteniéndose a pocos centímetros para hablarle al oído- puede que incluso me guste.
El brillo rojo intenso estaba aumentando en su cara, el corazón le latió tan rápidamente que pensó que le daría un infarto mientras él ampliaba más la sonrisa pícara.
-Entonces eres masoquista- susurró bajando el rostro.
-Quizás luego podamos aclarar por qué me gusta la bipolaridad- le levantó la mirada posando las manos en su barbilla, la subió de forma lenta- ¿Me dirás ahora por qué estabas tan molesta esta mañana?
El recuerdo le chocó como una pelota de béisbol en el ojo, sacar a relucir el tema le había cocido desprevenida.
-No es nada importante, una tontería- un cambio en su expresión hizo que se estremeciera y dio un paso atrás.
-Una tontería que al parecer tiene todo de importante, quiero confiar en ti pero hazlo conmigo también- dijo sosteniendo la mirada en sus ojos que ahora habían tomado el tono de las turmalinas violetas, mucho más claro que su color habitual.
-Me molestó.. verte hablando con esa chica en el pasillo- luego deseó retractarse totalmente de lo que había dicho- es decir..
-¿Es en serio?- dijo como si le diera gracia.
-Bueno, a mi no es que me importe lo que hagas con las chicas, solo pensaba que..
-Pensabas que me metería en problemas con el novio de esa chica por estar pidiéndole que hiciéramos el resumen de los preparativos de hallowen en su casa- aquello no era remotamente lo que quería decir con eso, se quedó plasmada en el sitio mientras él proseguía- su novio también está en nuestro equipo, dijo que no hay problema con preparar todo en su casa el domingo. Seguramente como el chico se sienta delante de ti en clases le escuchaste decir algo sobre mi- caminó hacia el frigorífico sacando un cartucho que, cuando vertió el líquido tenía un color bien raro- No es fácil ganarme y ya lo has visto, así que no te preocupes por eso- dio un trago al jugo con color marrón- esto es leche con chocolate, o chocolate con leche, lo hice yo.
Observó el vaso y luego a él, seguramente sabría dulce o muy amargo.
-Dulce, bastante. ¿Quieres probar?
-No gracias, quiero darme un baño, así que, si se terminó el interrogatorio me voy a la habitación- camino y giró el pomo de la puerta entrando rápidamente- hay Dios.
Ignoró el estornudo desde afuera, de quitó la ropa con la mayor velocidad que pudo y entró en el cuarto de baño. Abrió el grifo y entró bajo el chorro de agua hirviendo, la graduó un poco hasta que se volvió más tibia, tomó un shampoo con olor a almendras y comenzó a masajear el cuero cabelludo con calma hasta formar una espuma espesa, necesitaba distraerse un poco así que hizo dos orejas de espuma sobre su cabeza, cuando se miró al espejo rio un poco. Luego de eliminar el shampoo comenzó a pasar la pastilla de jabón por las zonas donde el barro ahora casi inexistente se había pegado.
Tenía que pensar en un lugar donde nadie le escuchara por accidente, comenzó a sonreír al pensar en que quizás o era demasiado precavido con las cosas escolares (algo que tenía en común con ella al parecer) a pesar de pasarse el día íntegro sin prestar atención a las clases y aún así tener notas maravillosas o increíblemente ingenuo por malinterpretar toda la escena de la chica del pasillo; lo cual era un alivio pues excluía el echo de que pensara que estaba celosa.
Cuando terminó lo que fue una ducha de muchos minutos salió a su habitación y comenzó a desenredar los escasos nudos del cabello, rebuscó en las cajas de ropa una que estuviera cómoda mientras un olor a pollo frito inundaba el aire.
Cuando salió a la cocina el chico estaba ocupado con unas papas fritas. Ella observó divertida la escena mientras conseguía un poco de agua.
-Tú haces el desayuno y yo la cena, creo que es lo justo. ¿No?
-Mientras me dejes probar ese pollo cualquier cosa me parece justa- rió- aunque, te falta algo- buscó en una bolsa que tenía con algunas verduras dentro, sacó unas zanahorias.
-Tengo de esas en el frigorífico- se acercó mostrando una lata de encurtidos de zanahoria y remolachas- No tienes que lavar y cortar esas.
-Claro que tengo, es más saludable comer las cosas frescas- comenzó a lavarlas bajo el chorro de agua- ademas. ¿No sabes que las comidas enlatadas tienen conservantes que son malos para el cuerpo? Aceleran el proceso de las células cancerígenas del cuerpo.
-Me sorprende que esta cabecita tuya no explote con tanta información- dijo tocándole la coronilla con el índice- demasiadas cosas harán que te vuelvas majareta.
-Y demasiada grasa hará que ganes unos cuantos kilos, necesitas añadir vegetales y frutas, y no enlatadas- dijo cortándolas en rodajas sobre una fuente.
-Yo no engordo.
-Oh, claro que engordas, solo un Dios no engordaría, que hagas ejercicio no quita el echo de que sí engordes.
-Lo que tú digas, si no me quieres creer..- caminó hacia el sofá donde aún permanecían ambas mochilas, rebuscó en la de ella mientras Karol se cercioraba de que no se quemará la carne.
-Hey, ¿qué haces con mi móvil?
-Desbloquéalo, necesito ver una cosa- se lo alcanzó.
-Si buscas porno no tengo- dijo poniendo el dedo en el escanee de huella.
-Oh, que lastima, necesitaba renovar mi carpeta- bromeó poniéndose una mano en el pecho.
-¿Para que lo quieres?
-Ya verás- lo tomo y comenzó a teclear algo en la pantalla táctil, luego el suyo vibró y repitió la misma acción de tecleado, luego tomó el IPhone rosado de la chica- ¿No tienes muchos contactos verdad?
-No seas metiche- dijo arrebatándoselo de las manos, se detuvo luego en un nuevo contacto de la lista- ¿Príncipe? ¿Es en serio?
-¿Qué? Soy perfecto, siempre ayudo a la princesa- dijo mostrando el suyo con un contacto que decía "princesa"- con sus problemas y salvándola de todo mal. Además que todas las chicas me quieren.
-Tu ego si que es verdad que es un mal problemático, y no soy una princesa.
-Claro que si, la princesa del drama- algo parecido a un zapato voló cerca de su cabeza- No te esponjes mujer, si es solo una broma- Ella tomó un fresquito con pimienta y comenzó a ir tras él. Logró esquivarla todas las veces que estuvo a punto de vaciar el contendido en su cara, corriendo por la sala detrás de los muebles y alrededor de la mesa hasta que lo acorraló entre el pasamanos del sofá y ella.
-Hasta aquí llegaste- dijo sonriendo mientras respiraba algo agitada por la carrera.
-Dudo que vaya a ser más delicioso si me pones pimienta encima, creo que mejor deberíamos probar con chocolate líquido.
-Buen intento pero no- dijo y luego se abalanzó para espolvorear la pimienta. Él la rodeó con los brazos y se dejó caer hacia atrás de forma fluida. El frasquito terminó en algún sitio de la alfombra mientras él la sujetaba con la fuerza suficiente para que no escapara. Estaban tan cerca el uno del otro que respiraban el mismo oxígeno.
-Creo que perdiste tu oportunidad- dijo riendo.
-Eres un tramposo, en cuanto me suelte tendrás algo más aparte de pimienta- comenzó a moverse intentando soltarse pero lo único que consiguió fue hacer que sus caderas quedaran en los puntos justos.
-Seguramente me va a gustar, aún estas a tiempo con el chocolate- soltó un jadeo cuando le clavó el codo justo en el estómago- venga, que solo era una sugerencia.
-Y yo te sugiero que me sueltes- mencionó, desde allí podía sentir muy bien los latidos del corazón del chico, y otras partes más duras de su cuerpo. Pensó que se verían como uno de esos clichés de las películas.
-Solo si prometes que no me añadirás especias en los ojos- la aferró un poco más cuando estuvo a punto de darle otro codazo.
-De eso nada, te tengo que castigar por decirme princesa del drama- contestó moviendo las piernas mientras Felix las inmovilizaba con las suyas.
-Entonces no hay trato- soltó un gruñido muy bajo cuando ella volvió a retorcerse- Si sigues haciendo eso no puedo garantizar que me comporte como un buen chico- agarró ambos brazos con uno suyo y puso la palma en la nuca de la chica atrayéndola un poco- así que deja de presionar tanto esa zona entre tus muslos- pronunció bajo.
-Si me soltarás un poco podría dejar de hacerlo- respondió quieta esta vez, algo en sus ojos hacía que no apartara la vista y relajara el cuerpo. El aire se volvió espesa y un aroma dulzón invadió el ambiente, le soltó las manos y los pies y ella se acomodó despacio tomando aire. Él acercó más el rostro dejándolo solo a centímetros de ella, un pinchazo en la espalda hizo que saliera de ese trance, dio un salto hacia atrás tomando impulso con los brazos y se puso de pie, tambaleándose un segundo.
-¿Qué pasa?- preguntó con aire de asombro mientras se incorporaba.
-Creo.. creo que voy a darle de comer a Draion- fue a su habitación y cerró la puerta tras ella.
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Hola, nuevo capítulo, ya saben todo lo demás, comenten y déjenme saber que creen de la historia, un beso a todos.

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⏰ Last updated: May 06, 2021 ⏰

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