Capitulo 12: Conexiones

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La carretera estaba despejada como casi siempre, aún así se agarraba de la cintura del chico como si quisiera romperlo a la mitad.
-Sabes, podría concentrarme más en esas curvas si no me sacaras el aire cada vez que giro.
-...
-Venga, no es tan malo, ni siquiera has mirado por donde vamos.
-Vas demasiado deprisa, me voy a marear.
-Si continuas con la cara pegada a mi espada y el cuello torcido se te va a abrir el corte, además solo estoy a cuarenta por hora.
Movió la cabeza de un lado a otro en señal de negación.
Dió un pequeño apretón al acelerador y la chica se agarró con más fuerza aún pero lo que le distrajo fue el ardor a raíz del anillo. Solo quería bromear pero al parecer a ella no le pareció gracioso, más bien aterrador. Menguó la marcha hasta que llegaron al estacionamiento del instituto.
-Hasta aquí el aventón, apresúrate o perderemos la primera sección del infierno.
-En realidad lo que toca es literatura- dijo mientras se quitaba el casco y acomodaba su pelo.
-Exactamente.
Le dirigió una mirada incrédula. Él simplemente terminó riéndose de su rostro y guardó los cascos, esperó a que ella se acomodara la ropa y caminaron hacia la entrada. Las demás estudiantes la miraban con caras extrañas y cuchicheando entre ellas. Todo aquello le estaba pareciendo súper incómodo- allí están denuevo esas caras, es como siempre- dijo para si misma.
-Félix..- la voz salió entrecortada.
El chico miro hacia atrás, entornó los ojos en los persuasivos colores morados de ella.
-¿Sucede algo?- vió como ella estaba un poco nerviosa.
-¿Por qué no te adelantas mejor?- dijo evadiendo la vista.
-Si te demoras más te van a suspender durante una semana, no puedo estar en la casa cuidando de ti durante una semana y ambos perder clases- le tomó de la mano tirando un poco para que caminara a su lado.
-No, espera- trató de zafarse lo que le resultó imposible- todos nos están mirando por favor.
Él se paró en seco y aún con ella de manos volteó, los demás alumnos enmudecieron.
-¡Si alguien tiene algún problema que venga y me lo diga a la cara!- lucía enojado, destilaba algún tipo de intimidación hacia todos los demás haciendo que de un momento a otro todo el pasillo se volvió un funeral, ni una sola voz hablando.
-Deja de hacer esas cosas- rogó.
-A mi también me molesta que hablen a mis espaldas- volvió a dar pasos rápidos- ¿a qué le temes tanto?
Ella se dejó encaminar sin decir ni una palabra hasta que por fin dijo:
-No.. te puedo decir, vas a creer que soy tonta.
-Hay ciertas razones que no mencionaré por lo que ya lo creo, pero no deberías actuar así solo porque las chicas hablen mal de ti.
Se quedó totalmente en blanco, el hecho de que él supiera eso era casi imposible a no ser que estuviera adivinando. Las líneas de su cara se tornaron tensas y paró frente a la puerta deteniéndole con fuerza- o me dices ahora mismo como sabes eso o que el profesor nos expulse una semana será el menor de tus problemas- dijo con una fuerza den voluntad que hizo que su corazón latiera tanto que él aire en los pulmones no bastaba.
El sonido del timbre dio la señal que empezaban las clases y el profesor se asomó a la puerta, viendo tal escena los obligó a entrar a la clase; quizás por el hecho de estar prácticamente viendo arder el infierno frente a él.
Entraron a la clase y tomaron sus respectivos asientos, sacaron sus libros, Alex se acercó a ella y le susurró mientras el profesor escriba algo en el pizarrón.
-Que bien que cambies de amistades tan fácilmente- dijo en un tono algo molesto.
-No se de que me hablas- respondió aún con el mal genio.
-No te hagas, ese tipo se porta mal contigo y tú simplemente vienes con él en moto, ¿desde cuando paseas tanto con él?
-Para tu información él fue quien me ayudó ayer por la noche y lo de la moto solo fue por amabilidad- dijo abriendo el libro en la página señalada.
-¿También por amabilidad te estás quedando en su casa o es que es más que eso?
-Perdón pero no tienes derecho a reclamarme nada, lo que yo haga no te importa y ahora explícame como es que sabías dónde estaba y cómo conseguiste mi número teléfonico- de agachó mientras le mostraba el celular.
Se pensó la respuesta durante un instante y luego respondió:
-Yo.. tomé tu celular, cuando no estabas viendo- suspiró- quería estar al tanto de ti por si algo malo te pasaba y sobre lo de que te quedas en casa de cierta persona me lo dijo una amiga de mi hermana que vive cerca de allí- se recostó sobre sus cosas- lamento si te llegué a molestar.
Aquella expresión le oprimió el pecho, tanto que pensó en dejarlo pasar por alto.
-Está bien, si tan solo fue por eso no hay problema pero hey, no actúes como novio celoso conmigo, no me gusta que me estén dando órdenes- ya bastante tenía con Félix como para también esto.
-¿Entonces me perdonas?- sus ojos se asemejaron a los de un cachorro lastimado, gemas cristalizadas.
-Perdonado.
Justo entonces el profesor dio un anuncio.
-Muy bien chicos, como muchos aquí ya saben cada año se celebra la gala otoñal, dentro de dos semanas u dos días para ser exactos. Como la celebración tiene fecha el mismo día de Hallowin las decoraciones y vestuarios se acomodarán al día- sacó una libreta con varios nombres anotados- se asignarán las actividades por sorteo al igual que la vestimenta- sacó una pequeña cartilla con muchos papelitos dentro y los depositó en una caja pequeña abierta por encima- vengan en orden y tomen uno.
Todos se levantaron de uno en uno hasta que todos tuvieron un papel con un número y un nombre.
-Todos los que eligieron el número uno les tocará la iluminación y farolillos, los del número dos las bebidas y comida, número tres decoración exterior, número cuatro la decoración interior y número cinco música y todas esas luces que les gustan a los jóvenes; podrán apreciar que los equipos están compuestos por cinco personas así que reúnanse para los preparativos.
Comenzó dictando un texto de algún supuesto Jhonatan Kenedy.
El chico con ojos azulados se dirigió a ella nuevamente.
-¿Qué equipo te tocó?- dijo en susurros.
-El número 1, la iluminación- habló sin apartar la vista de la pizarra- ¿y tú?
-También, menos mal porque soy bien malo en las manualidades.
Un papelillo cuadrado cayó sobre su mesa delante de ella, lo recogió y lo desdobló, dentro ponía:
"Yo también soy del equipo 1, me dijeron que Esther, la que está detrás de ti también lo está"
Nuevamente se alarmó, no habría tiempo para que alguien más hubiera visto su equipo pero el ya lo sabía, al parecer no estar enojada con él iba a ser mucho más difícil de lo que pensaba.
Otro trocito de posó justo donde había caído el otro, procedió a leerlo:
"Deja de estar tan enojada, el anillo este me va a rostizar la piel si sigues así"
Le devolvió uno lanzándolo con la destreza de un beisbolista.
"Tú y yo tenemos una conversación pendiente por si no lo sabes"
Llegada la hora del almuerzo Karolina le pidió a Alex que se adelantara, necesitaba hablar con Félix, el chico pálido le dijo que no se demorara demasiado y caminó fuera del aula.
Se levantó de su asiento y le hizo una seña al chico para que salieran. Caminaron hasta el patio trasero donde habían muy pocas personas.
-Bien, explícate ahora como es que lograste saber lo que yo estaba pensando- dijo serena pero potente.
-No lo sé, a mi no me culpes, yo simplemente escuché tu voz en mi cabeza y listo- dijo recostándose a la pared con los brazos en jarras.
-¿Ya, así sin más?- Ella también los cruzó mirando hacia un costado- No te creo, yo no puedo hacerlo, si fuera cosa de esa superstición yo también podría hacerlo.
-Yo solo pude porque prácticamente estabas empujando los sentimientos hacia mi, querías decírmelo pero al final fue tu mente quien habló- su piel resplandecía bajo la luz y su pelo algo despeinado por el casco de la motocicleta- si lo intentas puede que lo logres.
-Muy bien si estás tan seguro entonces piensa algo- dijo con seguridad.
Luego de esas palabras fijó la vista en ella sin apartarla un segundo, Karolina se relajó y de pronto fue como si las palabras resonaran en su mente.
-La rubia que está detrás de ti está usando relleno- se quedó algo confuso ante lo que había leído en sus ojos- ¿espera qué?
Se giró y efectivamente detrás de ella había una chica alta y rubia con la piel algo más dorada que la mantequilla, tenía el busto un poco irregular en uno de los dos lados- ¿y por qué te fijas en esas cosas pervertido?
-No soy un pervertido- se hizo el ofendido tratando de verse inocente- Solo te di un ejemplo del que no puedes negarte, no había forma de que lo supieras por ti misma.
-Al menos pudiste haber omitido lo del relleno- comenzó a inflar los pómulos como si estuviera molesta solo para luego sonreír- bueno, la buena noticia es que podré decirte la respuesta de los exámenes.
-Puede que sea a la inversa- los alrededores ya se estaban llenando y oídos intentando hacer de reporteros- mejor vamos a almorzar, no quiero que tú novio piense que te has fugado de la escuela.
-Ya te dije que no es mi novio.
-¿Me vas a negar que no se separa de ti y no te ve con esos ojos de depredador?- acercó su rostro serio susurrándole al oído.
-¿No será que tú estás celoso de que sea tan amable y divertido conmigo?- dijo en defensa.
-Yo no estoy celoso de ese debilucho, de por si soy mucho más divertido que él.
-Ya quisieras, pero Alex no es tan malhumorado como tú.
-Te voy a demostrar que puedo ser diez veces más asquerosamente atento y simpático que él- dijo con cierta sonrisa demasiado amplia para ser de diversión.
-Entonces esperaré sentada- le sonrió y se adelantó a tomar asiento, él se le quedó mirando y fue hacia otra mesa, le demostraría que él también podía ser atento hasta el punto que se arrepintiera de haberle hablado así.
En la mesa de Karol junto a Alex y su hermana estaban charlando sobre cómo quedarían mejor las decoraciones de murciélagos.
-Si tuviera que elegir un lugar sería dentro de los casilleros, pero con bocinas incluidas- decía ella comiendo una papa frita.
-Si, ya pensé en eso, pero el señor Collin no quiere darme acceso a todos, dice que podría matar de un infarto a alguien.
Todos comenzaron a reír sin parar, luego la chica añadió:
-A propósito Karol, ¿cómo está tu herida, no te duele?
-No, la verdad es que no me ha dolido en todo el día, debe ser la anestesia- pero en realidad no sentía dolor alguno y la anestesia debía de haber pasado hace horas.
-Debes de tener más cuidado- dijo comiendo un trozo diminuto de la ensalada- ¿qué hacías a esas horas de la noche por allí?
-Si te lo digo me dirías idiota, de eso estoy segura- le dió un sorbo a su jugo de manzana y se levantó- lo siento chicos, tengo que ir a buscar las cosas en el casillero antes de la clase de aritmética, si me atraso más no conseguiré sacar el máximo.
-Te preocupas mucho por tus notas, no entiendo que tiene de especial sacar el máximo en todo- sorbió algo de agua.
-¿He.. poder estudiar genética tal vez?, mis padres están empeñados en que siga la tradición familiar que ellos han empezado, no detesto la ciencia médica pero a veces creo que es algo estresante no estar nunca con la familia- recogió sus cosas- creo que les gusta más estar con los caribues que con su propia hija.
-Deben de tener buenas razones, estoy seguro de que ellos quieren verte- dijo abandonando su silla.
-Si, metida en la universidad con libros de medicina hasta el coco- suspiró- bueno, ya nos veremos chicos.
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Hola hola, si ha pasado un siglo desde que me fui pero bueno hay que recuperar los hábitos de alguna forma no? Un saludo a todos y espero q disfruten este capítulo

Única opción..¿Eres tú?Where stories live. Discover now