Capitulo 1. Cambios de vida

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Karolina Gipecin de diecinueve años, cabello castaño claro con partes rojizas en sus laterales y ojos morados. Ella vivía en California, era una chica linda o al menos eso le decían los chicos de su clase, siempre alabando su rostro y esbelta figura, la verdad nada de eso le importaba a ella, era una chica que no se guiaba por las apariencias, siempre tratando de encajar y ayudar a todos pero no tenía la misma suerte con las chicas de su edad siempre haciéndola a un lado y ofendiéndola de ser una vividora. Desde los dieciocho vivía sola luego de que sus padres decidieran irse a investigar a Alaska una enfermedad surgida recientemente que afectaba de forma severa a los caribues privándoles de su sentido del olfato provocando que murieran en la época más fría al no poder hallar alimentos debajo de la nieve. Mensualmente le enviaban lo suficiente para pagar los gastos de su apartamento y sus estudios, no necesitaba de nada y solo la acompañaba su felino siamés Draion a quien había recibido como un regalo de cumpleaños. Repentinamente recibió un mensaje de sus padres quienes le pedían que se trasladara a la casa de su abuela materna hasta que terminara el período de un año y vender la vivienda. La idea no le interesó en lo más mínimo pues vivía cómoda justo donde estaba pero inevitablemente luego de alrededor de cinco veces insistiendo terminó aceptando. Después de empacar las maletas con sus pertenencias y dejar pago su departamento hasta su regreso tomó el vuelo correspondiente hacia el que sería su hogar durante ese plazo de tiempo. No se parecía en nada a la cuidad donde vivía, era una zona rodeada de vegetación y árboles, la llamada "casa" era en realidad una mansión de muchos años en un poblado de no más de una docena de casas a su alrededor. El lugar era frío y era muy húmedo ya que era más el tiempo que pasaba oscurecido que a la luz del sol. La instalación era grande, su alrededor estaba protegido por una cerca despintada, sacó las llaves y entró a la primera habitación, encendió las luces y la casa se iluminó, entró en la cocina inspeccionando el techo, las paredes y el suelo, era antigua pero para nada anticuada en la decoración, las lámparas eran de cristales anaranjados con destellos rojos. De pronto escuchó el timbre saltando de un susto por un momento, caminó hacia la entrada y pudo ver a un chico de más o menos su edad, con ojos claros y piel blanca, tenía el pelo dorado y una expresión amable.
-Hola, siento la intromisión pero esas maletas se ven pesadas- dijo amablemente.
-Hola, pues si, la verdad son bastante pesadas, ¿eres de por aquí?
-Si, vivo aquí cerca, te vi llegar en el auto y al verte descargando equipaje pensé en ayudarte un poco.
-Pues la verdad agradecería mucho tu ayuda- respondió con una sonrisa.
-Claro, tú dime donde y yo las pondré.
Caminó hacia dentro pero el chico se quedó en la puerta, giró hacia él mirándolo de forma graciosa.
-¿Por qué te quedas allí?- preguntó ella.
-Es que no me has invitado a pasar y..
-Upss, perdona, claro adelante.
El chico entró a toda prisa y agarró un par de maletas con cuidado de no romper nada en su interior. Caminaron hacia las habitaciones del piso superior por un pasillo, se detuvieron en la primera habitación y dejaron las maletas. Estaban decoradas de rojo con bordes marrones, la cama era de mantas de satín plateado, una lámpara sobre una mesa de  madera tallada, un armario enorme y una habitación de baño.
-¿Eres la chica nueva de la que todos están hablando verdad?
-¿De mí?, creo que sí pero solo estaré durante un año, hasta que mis padres vendan este lugar, pero tendré que asistir a la escuela durante este tiempo.
-Aún no me has dicho tu nombre.
-Karolina, ¿y tú eres?..
-Alexander Hoth, gusto en conocerla señorita.
-Igualmente Alexander, te agradezco que me ayudaras con las maletas.
-Preferiría que me llamaras Alex, así me llaman mis amigos- dijo haciendo un guiño luego de una reverencia,sabes yo estoy en el instituto de este pueblo, si quieres podría mostrarte el lugar y ayudarte en lo que necesites.
-¿No seré un estorbo?
-Claro que no, faltaba más.
-Entonces está bien si te dejo que me indiques el lugar.
Terminaron de llevar todas las maletas a su nueva habitación y salió a despedir al chico.
-Te vuelvo a agradecer tu ayuda Alexan..- dijo recordando su nombre completo.
-Te dije que sólo Alex, ¿Quisieras que te pasara a buscar mañana? No vivo muy lejos de aquí y el instituto tampoco queda tan lejos.
En ese momento apareció rozando su pierna el pequeño felino y ella lo recogió del suelo acariciandolo.
-¿Wow, y quién es este chico?
-Si nombre es Draion, es mi mejor amigo en el mundo y casi el único.
-Pues hazme espacio pues ya tienes otro- dijo acariciandole el mentón y este le hizo un pequeño arañazo en su índice- auch.
-¡Draion!- dijo bajando al pequeño y ágil animal de sus brazos para atender al herido- Lo siento mucho, normalmente no hace daño a nadie, ¿estás bien?
-Si, no te preocupes es solo un rasguño, te paso a recoger mañana a las ocho entonces.
-Gracias, te veo mañana- dijo mientras el chico salía por la puerta despidiendose de ella.

Hola lectores y amigos que conozco, espero que esta historia les guste, soy nueva aquí en el Wattpad pero no es mi primera vez escribiendo, agradecería mucho que me dijeran si les gusta el inicio y me den ideas o algo que quisieran que agregara, gracias a todos y espero sigan leyéndolo.

Única opción..¿Eres tú?Where stories live. Discover now