Capitulo 13. Dioses de Gimnasio

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Después del almuerzo y de una enorme y tediosa lección de aritmética junto a una persona no demasiado amistosa como lo era Celine solo restaba la clase de deporte. No era una chica demasiado atlética pero sin duda le gustaba hacer un poco de ejercicio y más en días templados. Tomó la ropa de gimnasia y fue al baño a cambiarse de ropa, luego de ver que la parte inferior no mostrara más de lo que debía y de una cantidad inmensa de efusivas miradas al espejo salió hacia el gimnasio.
El techo del gimnasio estaba iluminado con paneles viejos y polvorientos a cuarenta metros del suelo, este era de madera pulida y quien sabe si algunos tablones sueltos. Divisó rápidamente al profesor junto a una cesta con pelotas y se preguntó porqué su antiguo profesor de gimnasia no hubiese podido estar tan definido como este, habría sido una buena distracción a la hora de hacer las carreras de cinco minutos cuando ya uno está sin aliento.
-Tan puntual el primer día de clases, creo que tendré en cuenta esos puntos extras que uno se gana por los horarios- dijo el profesor haciendo girar una de las pelotas en su mano, como un dios sujetando el planeta a punto de destruirlo.
-Es que la aritmética aburre incluso a la señora Louisa, si el mundo a terminado para ella nosotros no tenemos salvación.
El chico rió a carcajadas haciéndose resonar por todo el salón.
-Puntial y graciosa, espero que en las otras ramas de mi asignatura seas tan aplicada- algunas de las alumnas empezaban a llegar- muy bien, quiero que todas se acerquen aquí.
En unos instantes una masa de pelos sueltos, recogidos y trenzados se había formado delante del hombre.
-Muy bien, está es la primera clase para algunas de las aquí presentes así que seré breve- cambió la pelota de una mano a otra- ¿quién puede decirme que es esto que tengo en las manos?
Las risas bajas llenaron el ambiente y una de las chicas de atrás respondió.
-Una pelota profesor.
-Bien, ahora que todas sabemos lo más importante de toda la clase quiero que se posicionen alrededor de la red en dos grupos de cinco, con una a dos metros de la red en cada lado y comiencen los calentamientos durante cinco minutos.
Luego de eso el carismático chico lanzó una pelota hacia el lado contrario al del Karol mientras ella había tomado la posición a poca distancia de la red. El juego comenzó evitando que el balón tocara el suelo y si alguno de los equipos fallaba o el balón tocara la red al lanzarlo se le descontaría un punto.
Llevaban diez minutos cuando el profesor decidió ir a por un poco de agua.
El equipo de Karol tenía la pelota y lista para lanzar desde una de las posiciones de atrás para comenzar un nuevo juego. Concentrada y esperando a que la bola cambiara de un lado a otro para impedir que cayera al suelo no vio la pelota dirigiéndose hacia ella, el impacto en la espalda hizo que perdiera el aire de los pulmones y la arqueara hacia atrás.
Cuando giró la cara pudo ver un segundo de malicia en el rostro de quien le había lanzado el balón.
-Ups, lo siento, no tengo muy buena puntería- dijo poniendo sus manos detrás de ella.
Se pasó las manos por la espalda y volvió a mantener la vista al frente, lanzaron y cuando el balón estuvo del lado contrario en manos de la chica delantera dio un salto impactando la pelota justo en la cara de Karol.
Cayó sentada al suelo con la vista entre blanco y negro, cuando logró recomponerse de dolor miró a su atacante molesta.
-Lo has echo adrede.
-No, no lo he echo- negó cruzando los brazos sin querer admitir lo que había echo.
-Si que lo has echo- miró detrás de ella, el giro la mareó un poco- y tú también.
-Ya te he dicho que ha sido sin querer, no es mi culpa que estés despistada.
-Y para colmo en vez de protestar deberías de alejarte un poco de la red, te ha dado en la cara porque estabas mal posicionada.
Su posición estaba bien y ella lo sabía, pero no era tan tonta como para no darse cuenta de lo que pasaba, bajó la cabeza cuando quiso levantarse y un hilo de sangre le recorrió la nariz y goteó al llegar al labio superior. Se llevó la mano al líquido tibio y miró asustada.
-¿Cuantas rondas llevan...- el chico miró a todas quietas mirando a Karol- que ha pasado?
Se acercó a ella y vio la sangre correr.
-¿Como te has echo esto?
Todas se imaginaban que diría lo que pasó pero decirlo no resolvería absolutamente nada.
-No ha sido nada, simplemente no vi la pelota cuando venía hacia mí- se levantó con ayuda del muchacho- creo que iré a la enfermería.
-Déjame darte una pastilla para el dolor, un segundo- fue a la parte trasera para buscarla.
Caminó a la puerta para salir, escuchó un golpe de la pelota, ya sabía que venia hacia ella y levantó el brazo para bloquearla pero no fue en ella en quien impactó.
Abrió los ojos y se encontró con una mano bloqueando el golpe, de perfil un rostro aparentemente molesto.
-Esto tiene que dejar de ser un hábito o no podré si quiera ir al baño tranquilo- agarró la pelota como para clavar los dedos de la fuerza- tú- dijo señalando a una de las alumnas- Ven aquí.
Ellas se miraron entre sí confusas al igual que Karol, la chica se acercó caminando.
-Se que fuiste tú así que no lo niegues, pero igual te preguntaré- se acercó a su rostro dejando pocos centímetros entre ambos- ¿has sido tú quien lanzó la pelota?
La chica con piel blanca cremosa y pelo castaño claro se ruborizó un poco ante el suave tono de la pregunta y la cercanía.
-Si, he sido yo, pero ella se lo ha buscado.
-Déjalo ya, Félix, no tiene caso que..
-Calla- dijo fuerte regresando la mirada a la chica que tenía delante y con tono suave nuevamente- ¿Qué es lo que te ha echo?
Tomó esto como una invitación, así que se preparó para una mentira convincente.
-Ha estado ligando con nuestro profesor de gimnasia, él está quedando con una amiga mía así que no iba a permitirlo- aquello era el colmo, si, y Félix no necesitaba mirar hacia atrás para sentir la indignación que había en el aire; solo eso necesitó para descubrir que era una mentira- pero no necesitas preocuparte por esas cosas, ya ha tenido su merecido así que la dejaremos en paz- dijo mientras tocaba el cuello y los botones sueltos de la camisa del chico- Si querías llamar nuestra atención no necesitas proteger a una zorra como esa.
Y allí estaba nuevamente esa sonrisa maliciosa en su rostro, se estiró para eliminar el contacto de la chica en su ropa.
-No tenía pensado llamar la atención de un grupo de perras en celo- sonrió más ante la reacción de todas- ahora, me gustaría que por favor- dijo dirigiéndose a Karol y limpiando los restos de sangre en su labio- te disculpes con ella.
-No tengo porqué hacerlo- dijo molesta echa una furia.
-Te lo estoy pidiendo por las buenas, si no lo haces tendrás un castigo.
-¿Quien te crees que eres para mandarme así? Y no pienso disculparme con ella por querer ligar con el profesor.
-No te vas a disculpar por eso, te vas a disculpar por querer ligar tú con su cita.
Todos en la sala se quedaron perplejos, especialmente Karolina.
-¿Hablas de Alex? Porque a ese pardillo no lo quiero ver ni en pintura.
Quiso hablar para defender a su amigo pero las palabras de Félix le impidieron hacerlo.
-Creo que tus fuentes de información están dañadas, a ver si con esto te actualizas.
Nadie se pasó por la mente lo que iba a hacer. Tomó a Karol de la cintura y la acercó a él todo lo que pudo, antes de poder reaccionar el chico le dio un pequeño mordisco en el cuello, lo suficiente para que ella se sonrojara, luego antes de que lo apartara la dejó con la avidez de una serpiente y tomó un balón que había en el suelo.
Todas la miraban con odio y otras sorpresa, hablaría más tarde sobre ese tema con él, luego de ponerse algunas horas debajo de una cascada en el Ártico para enfriar su cabeza de lo que acababa de suceder.
-Tienes para elegir, o te disculpas o te abstienes a lo que viene.
Ella se lo pensó pero negó efusivamente y él tomó aire como si estuviera decepcionado.
-Bueno, luego no te quejes - le dió la pelota a Karol y esta le miró con incredulidad- quiero que se la lances con la misma fuerza que lo hizo ella contigo.
-No lo voy a hacer - dijo intentando devolverle el balón.
-Oh, claro que lo harás y tú- dijo antes de que la otra chica protestara- te vas a dejar o de lo contrario iré a la oficina de dirección y platicaremos este tema de nuestro Profe de gimnasia saliendo con las alumnas así como has dicho tú y que todos se aclaren entre ellos y en caso de que sea mentira de igual formas estarás expulsada durante mínimo tres días por agresión a compañeros de clase dentro del centro, así que o lo hacéis a mi forma o esto se pondrá patas arriba y nadie quiere eso, ¿verdad?
La chica apretó los puños y se volteó un poco, su situación económica no le hacía ver muy bien al perder días de clase que difícilmente pagaba con su trabajo medio.
-Hazlo, pero que sea rápido- dijo.
-Ya dije que no lo voy a hacer.
- Y yo que si lo  harás o en este instante tomó yo la pelota y allí si le va a doler.
Se lo pensó y a duras penas agarró el balón, no quería hacerlo y afortunadamente salía del almacén con algunos pomos de fármacos el profesor de gimnasia, enajenado a la situación.
-Salvada por la campana, pero espero que esto les haya quedado claro no sólo a ti, sino a todas ustedes, vuelvan a intentar algo contra ella y no seré tan consecuente para sólo usar una pelota.
La tomó de la mano a rastras para sacarla de allí y llevarla a la enfermería. Aquella situación se había vuelto demasiado incómoda sólo por un juego de voleibol.
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Hola, ya sé, he estado como los fantasmas últimamente, solo salen para fastidiarle la existencia a alguien pero aquí está el capítulo 13 listo para que lo lean y espero que les guste, un saludo a todos mis lectores y cuídense de la covid😉

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