Capitulo 10. Contigo

29 7 0
                                    

Después de recoger sus pertenencias y volverlas en empacar en sus cajas, puso a Draion dentro de su jaula y llamaron un auto para llevarlas, de cualquier forma no tenía demasiadas cosas fuera y fue rápido el empaque. Dieron la dirección de la instalación mientras que ellos fueron en la moto, cuando llegaron sus ojos se quedaron inspeccionando la vivienda, si que era grande, ...¿por qué un chico que vive solo necesita una casa tan enorme?..- pensó ella. El auto no tardó en llegar y dejando las maletas en la puerta y cobrando por el servicio se marchó.
-Aquí tienes las llaves, guardaré la moto en el garaje así que puedes ir entrando las cosas, te ayudaré a instalarte en un minuto.
Tomó en sus manos una placa magnética de color azul cobalto con varias líneas blancas y negras en sus laterales, la pasó por la ranura de la puerta y del otro lado se pudo escuchar el sonido provocado por la cerradura. Miró detalladamente el lugar, para ser tan grande tenía solo lo esencial aunque fueran pertenencias realmente caras. Luego de salir del garaje y ayudar a Karolina el chico se dispuso a mostrarle en lugar.
-Aquí está la sala de estar, la televisión es por cable y no se pierde la señal, úsala cuando quieras- caminó hacia uno de los primeros cuartos- este es el mío, si necesitas algo toca a la puerta, si no contesto es porque estoy ocupado pero tienes prohibido pasar sin mi permiso.
-Entendido, no pasaré.
Giró hacia la puerta opuesta a la que señalaba y presionó el botón encargado de abrirla.
-Este será el tuyo, es igual de espacioso que el mío, puedes acomodar tu ropa en el closet y los equipos electrónicos en la mesa, los baños son individuales por cada cuarto así que tienes uno para ti.
-Pareces más un guía turístico que alguien que me está ofreciendo vivir con él- dijo ella en forma de broma.
-Solo te mantengo informada de lo que necesites saber.
-Esto no es una prision ni nada por el estilo.
-Me gusta..evitar accidentes prevenibles, la cocina está a la derecha de la sala, puedes comer lo que quieras pero no lo que está en el último cajón de la alacena.
-¿Qué hay allí?
-Eso no lo necesitas saber, por último a la izquierda de los cuartos está el patio, no puedes ir allá si no estoy contigo.
-Son demasiadas cosas que no puedo hacer- ladeó un poco su rostro.
-Esas son las reglas.
-No tengo demasiadas opciones de cómo o con quien quiero vivir por tu culpa, no puedes tampoco tenerme tantas limitaciones- dijo con molestia.
-¿¡Mi culpa!?, yo no vine desde California para molestar a alguien que vivía en perfecto ambiente.
-Pues nadie te está obligando a tenerme aquí, esta fue tu idea.
-Pero tus acciones por más que lo odie influyen en mi así que no te quejes más y adáptate.
Corrió hasta la entrada, abrió el picaporte interior y salió de aquel lugar, estaba hecha una furia, caminaba por los alrededores para despejar su mente, la oscuridad era una aterradora canción de cuna que prometía el silencio más profundo a cualquier desolado llanto, sin saber cómo había llegado al parque después de treinta minutos de caminata a paso medio, se detuvo junto a uno de los árboles y fue cuando notó la soledad que la acechaba, ni una sola alma en esos páramos o al menos eso creía ella.
El frío se colaba por cada uno de los poros de su ropa y la leve brisa nocturna despeinaba su cabello castaño, sintió en la nuca como era observada y comprendió que era hora de regresar por poco que le gustara, tomó una ruta diferente a la anterior y vio a lo lejos dos chicos conversando muy animados, le parecían conocidos y no demasiado amistosos. Uno de los se dió cuenta de su presencia y fueron a su encuentro.
-Vaya vaya, pero que tenemos aquí, parece que alguien está perdida- habló el más robusto.
-Se muy bien donde me encuentro, gracias.
-¿Te marchas tan pronto?, quédate y diviértete un rato- posó su mano sobre su cintura.
-No me toques- la apartó de un manotazo.
-Hey zorra, no te hagas la lista con nosotros, ahora no está Félix para que te proteja- la sostuvo fuerte de los brazos.
-¿Me hablabas?- pronunció esas palabras como si pudiera rebanar ladrillos con ellas.
-Deberían decirte que hacer eso es siniestro- mencionó el rubio.
-Cierra la boca Eduard- le dirigió con frialdad.
-A mi no me vas a callar- habló con rabia y su mirada se tornó como la de una bestia a punto de atacar.
-Déjalo Ed, seguro está aquí para llevarse a su juguetito.
-Suéltala.
-No soy juguete de nadie- forcejeó mientras ella.
-Las mujeres solo sirven para una cosa- se acercó a su oído- para llevarlas a la cama y luego hacer lo que nos plazca con ellas mientras están tendidas entre las sábanas con las...- un golpe en la cara no le permitió terminar la frase mientras la chica se soltaba de su agarre.
-Te dije que la soltaras- sus ojos brillaban por la adrenalina.
-Desgraciado- trató de asestarle un golpe pero sin lograrlo.
Ambos arremetieron contra él mientras este tiraba al suelo al más débil y volviéndose contra el otro golpeando la parte de las costillas y la cara.
-¡Basta, dejen de pelear!
-Tu quietecita o vas a ver- la amenazó el chico rubio mientras sostenía una navaja sobre su cuello- así, tranquilita y ahora nos vamos a alejar muy despacio.
Un golpe en el estómago le hizo perder su postura pero también provocó un corte en la garganta de la chica, la sangre estaba corriendo y esto alarmó a todo el mundo.
-Gill, vamonos- el chico estaba tendido en el suelo con la cara destrozada y lleno de rasguños, luego de dejar de ser vapuleado logró levantarse a duras penas mientras su atacante se encargaba de la chica aterrorizada.
-Presiona la herida, detendrá un poco el flujo.
-No deja de brotar sangre- miró su mano cubierta de aquel líquido rojo- me estoy mareando.
-Vamos a sacarte de aquí- la tomo en brazos sosteniendo su cuello y rodillas y comenzó a correr en dirección a donde vivía.
-No puedo.. mantenerme despierta- dijo mientras sus ojos se cerraban y abrían por momentos.
-Te dije que no te alejaras de mi, ¿por qué nunca me escuchas?- pero ya no había respuesta, solo silencio en aquel ser adormecido- aguanta, casi llegamos.
Entró por la puerta lo más rápido que pudo, la tendió en la cama de su habitación y revisó la herida, no era superficial pero nada por lo que alarmarse demasiado, no había cortado ningún nervio o arteria importante, solo había traspasado un poco el tejido, colocó algunas vendas alrededor de esta y la llevó a su cuarto.
Espero durante algún rato a que esta despertara, pero sin éxito.
-Eres demasiado dramática, no era para tanto la herida pero supongo que te asustaste bastante- acariciaba su cabello mientras esperaba pacientemente en una silla al lado de la cama, poco a poco terminó por ser vencido del cansancio también.
——————————- ————————————
Hola, he estado perdida estos días pero ya saben cómo es esto de las fiestas de navidad, espero les guste este capítulo, aunque no es muy extenso, gracias a los lectores y un feliz y próspero año nuevo
Tengo una sorpresa para el próximo capítulo así q no os lo perdáis

Única opción..¿Eres tú?Where stories live. Discover now