Capitulo 5. Recordando el ayer

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El sol se escurriñaba por la ventana de cristal y madera oscura de su habitación, se levantó con pereza luego de escuchar la alarma de su móvil, miró hacia afuera abriendo de par en par las cortinas, esta vez no tropezó con la alfombra, sabía de sobra en qué lugar se encontraba y que le tomaría algo de tiempo adaptarse.
Como era habitual se dió una ducha, se vistió con una camiseta rosada oscura, unos pantalones azules claros, unos zapatos altos cerrados color beis y su chaqueta, peinó su cabello y bajó a preparar el desayuno.
Encontró a su mascota durmiendo hacia arriba con las patas estiradas y algo de su lengua fuera algo que vió de lo más gracioso. Se preparó un café con leche y frió algunas crepes acompañadas con miel y crema, aún tenía veinte minutos antes de que llegara Alex a recogerla.
Llenó el tazón de Draion y lo colocó justo a su lado, subió a su habitación y terminó de asearse, recogió sus libros dentro de su mochila cuando escuchó el timbre sonar, de pronto miró sobre la silla donde había dejado la ropa anterior prestando atención en la bufanda y dudó si tomarla o nó.
...¿Crees qué es preferible poner en peligro tu salud por verte más bonita?...
Recordó sus palabras, tenía razón, no era necesario que se enfermara por eso, la mayoría de los chicos a quienes conocía solo le importaba si se veía bien o no, muy pocos se ocupaban por su salud y por como se sentía. Al final se decidió por cogerla y ponérsela.
Abajo Alex la esperaba en la puerta recostado mirando hacia abajo con unas gafas oscuras.
-Buenos días, ¿lista para el segundo día de contienda?
-Algo así, aún me es difícil todo esto- dijo girando el rostro hacia un lado recordando todas las cosas raras que acababan de ocurrir desde que llegó,
-No te preocupes, yo estaré allí para cuando me necesites.
-Gracias, en serio me has sacado de un buen lío, sería más difícil tener que hacerlo sola- miró hacia la mano donde el gato le había hecho daño y la tomó para ver cómo se encontraba- ¿Te encuentras mejor de la herida?
-Si.. por su puesto- dijo nervioso mientras la escondía detrás de él con velocidad.
-¿Qué pasa, aún te duele?- dijo al momento que la tomó nuevamente y la miró buscando el corte pero no lo encontró por ningún lado, había desaparecido como por arte de magia, eso le pareció demasiado raro- ya.. no está. ¿Cómo..?
-Es que mi cuerpo se recupera muy rápido, los médicos dicen que tengo buena regeneración por eso se cura tan rápido.
El nerviosismo se le notaba a kilómetros de distancia pero ella no quiso indagar sobre eso, de cualquier forma no tenía por qué preguntarle algo que no quisieran decirle, tal vez si lo hubiera hecho descubriría algo siniestro en él.
De camino al instituto todo el camino había sido en total y absoluto silencio hasta que ella lo rompió:
-Nunca te había visto con gafas de sol, te sientan de maravilla.
-¿En serio?- allí estaba ese nerviosismo denuevo aunque este se debía a otra causa.
-Si, creo que deberías usarlos más seguido, las chicas se fijarían mucho en ti.
-No lo creo, no soy del tipo de chicos que le gusta ser popular ni nada de eso, esas amistades y relaciones falsas no entran en mi vida- dijo serio- además, solo las utilizo porque mis ojos son propensos a dañarse con el sol y ellos me protegen.
-Ya veo.
Llegaron y se apresuraron a tomar sus cosas, el pasillo estaba atestado de estudiantes, era difícil ver más de dos metros sin que nadie tratara de aplastarte mientras pasas. Llegó al aula y tomó asiento, unos momentos después llegó Félix tan despreocupado como siempre sin miedo a que el profesor le llamara la atención y se situó en su lugar.
La clase continuaba larga y aburrida, ¿y cómo no iba a serlo?, las clases de Historia siempre lo eran para ella que no tenía ni el más mínimo problema en esa asignatura, hubo un momento en el que volteó hacia Félix, le encontró con varios trozos de papel de dos colores curiosamente doblados en forma de triangulo, en sus manos algo estaba formando mientras enlazaba unos con otros. Sólo le faltaba uno, de la mochila sacó algo y lo colocó dentro del rompecabezas, al poner la pieza final había armado una hermosa estrella de veinticuatro caras entre rosadas y amarillas. De repente se giró hacia ella con una mirada que causaba escalofríos por todo el cuerpo, si las miradas mataran posiblemente ella habría caído desplomada con convulsiones de alto nivel.
...Cielos...pensó mientras regresaba la vista al frente.
-Auch- su anillo comenzó a quemarle nuevamente pero esta vez con menos intensidad, a él le estaba ocurriendo lo mismo con el suyo.
-Preste atención Gipecin- resaltó la profesora hacia ella.
-Lo siento señorita Estér.
-Haría el favor de mostrarme con qué está usted jugando.
-No estoy jugando con nada es solo que tengo una quemadura en la mano.
-Venga aquí- señaló mientras nuestra chica bajaba los escalones, observó su mano con detenimiento- aquí no hay nada jovencita, si tenia alguna intención de mentirme no le ha salido como usted esperaba.
-¿No lo ve?- miró alrededor del anillo y se estaba enrojeciendo cada vez más.
-Regrese a su asiento y no vuelva a distraerse- ordenó con rudeza.
Ella regresó y se acomodó, ella lo veía con toda claridad y más que eso lo sentía pero aparentemente las otras personas no, era muy extraño, demasiadas cosas que nó encajaban.
-Todos pónganse de pie, recogen sus cosas y les espero en la entrada del instituto en cinco minutos- habló Estér.
-Hey, Alex, ¿a dónde vamos?
-Si hubieras prestado atención ayer puede que supieras.
-Ok, ya entendí pero venga dime que pasa.
-Hoy tenemos que ir al museo de la antigua historia.
Tomaron sus cosas y subieron en un autobús que les esperaba fuera, al llegar al museo era enorme, su frente tenía dos columnas con un diseño torcido muy parecido a una espiral, estaba pintado completamente de dorado.
-Fórmen grupos de cuatro, dos chicas y dos chicos.
Todos habían formado los grupos como había pedido pero al final quedaron tres sin un grupo.
-Ustedes tres restantes hagan un solo grupo.
Como por una inmensa casualidad quedaban solo Karol, Alex y Félix, él la miraba con molestia, ella solo bajaba la cabeza sorprendida  y Alex le miraba a él con cierta expresión de muerte en los ojos.
Entraron al enorme lugar, era precioso por fuera pero más aún por dentro, las cosas importantes estaban detrás de cuadrados protegidos por listones unidos por barras metálicas que conformaban una especie de cerca para los intrusos. Cada rincón mostraba objetos antiguos y posesiones de reyes y personas importantes.
-Es precioso todo esto- dijo ella mirando a todo su alrededor como una niña cuando la llevan a un parque de diversiones.
-¿Acaso nunca habías venido a un museo?
-Creo que una vez nos llevarían a uno pero ese día me enfermé y tuve que estar en un hospital durante un mes sin poder salir, al final terminé por perderme la excursión.
-A mi ya no me sorprende, he estado aquí muchas veces, me sé todo de memoria.
-Bien, alumnos tienen media hora para explorar el museo y regresar aquí, no se separen y lleguen a tiempo.
-Genial- comenzó a recorrer el lugar con euforia, encantada de todo lo que veían sus ojos mientras sus compañeros le seguían la pista.
-¡Karol, no tan deprisa, espéranos!
-¿Esa tonta no sabe lo que significa no separarse del grupo?
-No le llames tonta- defendió el chico de ojos celestes.
-¿Por qué no?, yo le llamo como quiera- le dijo acercándose a él de forma prepotente.
-Porque los idiotas como tú no tienen derecho a hablarle así a una chica.
-Es mejor que cuides tus palabras, no me gustaría tener que enseñarte a respetarme.
-Quisiera verlo la verdad.
-A las mujeres no las golpeo pero no pasa lo mismo con los tipos afeminados como tú.
-¿Por qué mejor no te largas de aquí y nos dejas en paz?
-Si hablas de la chica puedes quedártela, no me interesa en lo más mínimo- gritó -No tengo por qué aguantar tus niñerías- se dirigió al inicio del salón.
Mientras ella seguía mirando unas curiosas estatuas, por un momento se detuvo en una de un humano con una particular deformación en su mandíbula inferior y superior, los caninos de ambas partes habían crecido notablemente dando un aspecto horrorizante, aún así sus ojos se veían fijos en algún punto de la sala opuesta. Se volteó y encontró un lobo de gran estatura mostrando sus afilados colmillos en dirección a la primera estatua, aquello era algo demasiado espeluznante como para quedarse mirando así que continuó.
Se detuvo delante de un estante con grandes rocas volcánicas encima, a su alrededor aves pequeñas con sus nombres etiquetados, se agachó para verlas más de cerca, no se percató de que "accidentalmente" una de las rocas se había descolocado.
Minutos antes en otro lugar del museo:
Daba vueltas por el salón, su anillo aún le escocía y no dejaba de provocarle comezón, esta vez contínua.
-Al parecer esta estalagmita fué recogida en una cueva del sur hace tres años- dijo mientras observaba con cuidado el trozo dentado de roca de cueva. De pronto tuvo un mal presentimiento, algo no andaba bien por allí, trató de buscar alrededor algo que le causara esa incomodidad pero nada parecía encajar con su sentido.
-Debo de ser yo, aquí no hay nadie aparte de mí y este dichoso- habló mirando el anillo que ahora ardía con toda fuerza en su mano emitiendo una luz plateada brillante como un diamante- espera- en ese momento se dió cuenta de su presentimiento- esa chica, está.. en peligro.
Corrió a toda prisa buscándola, de alguna forma sabía exactamente donde estaba pero su mente decía que si perdía un solo segundo algo horrible sucedería con ella, la encontró observando los animales disécos pero también se percató de la enorme roca que caería sobre ella en menos de unos instantes.
-¡Cuidado!- gritó mientras se lanzó hacia ella rozando por unos centímetros la piedra volcánica.
Había quedado sobre ella cubriéndola con su cuerpo mientras ella no se movía debajo de él aún asustada luego de escuchar el estruendo causado por la caída del objeto en las finas losas del suelo de mármol ahora convertido en un montón de trozos cuarteados.
-F..Felix- dijo desorientada por la caída.
-¿Acaso no te fijas en lo que ocurre a tu alrededor o simplemente no ves?
-La..roca se movió sola- dijo tratando de justificarse.
-Si no llego a estar aquí a tiempo te hubiera..- se detuvo al ver el rojo en sus mejillas- sabes mejor olvídalo..solo, ten más cuidado la próxima vez.
-Lo que..tú digas pero.. ¿podrías salir de encima de mí, se que debe ser cómoda esa posición pero.. los demás nos están mirando- dijo ella totalmente roja y señalando hacia atrás donde algunos compañeros los veían y hablaban entre susurros.
-Claro..ya me levanto- se puso en pie tan rápido que parecía eléctrico, le ofreció su mano para ayudarla a levantarse y ella la aceptó.
-¡Karol!- se escuchó la voz de su amigo que se acercaba a ella- ¿Qué te pasó, estas bien?, todos están diciendo que Félix te estaba acosando- junto a sus palabras le dedicó una mirada llena de furia.
-Mucho cuidado con lo que dices o será lo último que pronuncies en esta vida- la observó aún entre susto y sonrojo y no quiso continuar la pelea- Si no llego a estar cerca tu amiguita estuviera ahora formando parte de las antigüedades de aquí.
-Desgraciado- se le acercó enfurecido.
-Alex, déjalo, él tiene razón, si no llega a estar cerca esa roca me hubiera aplastado.
-No me extrañaría que él mismo la moviera.
-No tengo tiempo para estarla acosando ni gano nada con matarla.
-Tú la odias, en teoría es más que suficiente para quererla lejos.
-Yó..no la odio, que me simpatice es otra cosa distinta- habló luego de ver como ella buscaba una respuesta en sus palabras.
Luego de eso se marchó dejándo todo el alboroto para los demás. Regresaron a la escuela luego de una serie de preguntas de lo que había pasado, ella respondió con toda sinceridad sin omitir detalle a excepción del pequeño "incidente" con Félix.
De regreso a casa más temprano de lo habitual no tenía demasiadas ganas de estar allí encerrada el resto del día, se vistió con algo de ropa que utilizaba para salir: una camisa de manga larga, unos pantalones cortos, zapatillas bajas, un reloj blanco y un colgante plateado con un dije de rubí. Quería conocer un poco el lugar así que tomó su cartera de mano, su móvil y llaves. Caminó por los alrededores dentro de las tiendas de ropa, en las calles el tránsito no era mucho, tenía muchas ganas de leer así que preguntó a un señor dónde había alguna biblioteca, el señor le indicó por donde debía ir para llegar a la única en todo el pueblo, le dió las gracias y siguió las indicaciones.
A diferencia del museo la biblioteca era diminuta, no poseía nada de especial a no ser por la enorme cantidad de libros que guardaba en su interior. Entró y comenzó a buscar algo que pudiera interesarle, durante media hora estuvo husmeando por docenas de estanterías pero nada le acomodaba. Iba a retirarse cuando un libro cayó de su estantería, lo recogió analizándolo con detenimiento, era sobre criaturas fantásticas e histórias viejas, comenzó a leerlo, en la penúltima página había un símbolo que le resultaba familiar, un dragón mirando hacia la derecha con sus garras y dientes listas para atacar a un hermoso ángel con alas plateadas y una guadaña apuntando al lado contrario. Le parecía muy intrigante pero no tenía tiempo para leerlo así que entregó su carnet y luego de marcar una ficha de la biblioteca se llevó el libro a casa. Tenía ganas de leerlo pero debía organizar un poco su habitación, lo colocó junto a los libros de la escuela. El sonido del timbre la distrajo, abrió la puerta y vió a Eliany y a su hermano fuera.
-Hola Karol.
-Que tal Eliany, Alex- les saludó con alegría.
-Te dije que tenías que invitarme a tu casa, ¿recuerdas?
-Si claro, solo que no me imaginé que sería hoy, adelante, pasen.
Una vez dentro Eliany comenzó a caminar por todas partes sin dejar telaraña ni agujero sin revisar.
-Eli, por favor, ten algo de respeto, esta no es nuestra casa.
-No te preocupes Alex, no me molesta, solo no he tenido tiempo de hacer algunos arreglos.
-Tienes un gato- dijo ella agachándose para acariciarlo.
-No te recomiendo que lo toques, ya me mostró lo amable que es.
Ella lo acarició con toda la confianza del mundo mientras el felino simplemente ronroneaba divertido.
-Es muy mono, quisiera tener uno también.
-Hay va- dijo sorprendido- genial, ese gato me odia, por hacerme quedar mal es capáz de dejar que mi hermana le acaricie.
Todos acabaron riendo por el comentario que había soltado, les mostró la cocina y su habitación.
-Es muy chula, tu abuela tenía buen gusto para la decoración.
-¡Eli!- regañó su hermano.
-Lo siento, ya me callo.
-Tranquila, no te preocupes- miró el anillo- ella era una buena persona, me entristece que no haya podido pasar más tiempo con ella.
-Creo que mejor nos vamos, no queremos atrasarte más.
Salieron al pasillo en silencio, ella los despidió con una sonrisa y luego cerró la puerta. Algunas gotas bajaron por su mejilla recordando a esa mujer que tanto la quería y que en su infancia le había cuidado justo antes de mudarse a California, se sentó junto a la puerta con las piernas abrazadas y las lágrimas corriendo por su rostro. Su mente le enviaba imágenes de su niñez, esos lindos recuerdos que conservaba del pasado y se arrepentía de no haberla visitado luego de pasar tantos años en California, ella adoraba a su abuela y le dolía cada vez que alguien la mencionaba aunque no lo demostrara:
...Vamos abuelita, recojámos más...
...Espera Kary, deja algunas para las flores...
...Las soltaremos luego...
...Esas mariposas son muy bonitas...
...Si...
Una punzada en el pecho iba cobrando fuerza según venían los recuerdos.
...Mamá, no me quiero ir...
...Debemos mudarnos cariño...
...Abuela, no dejes que me lleven, me quiero quedar contigo- decía entre lágrimas...
...Tranquila cariño, será solo por un tiempo...
-¿Por qué...por qué?
...¿Estás contenta Emily?, no hay necesidad de llevársela...
...Sabes que tendrá una mejor educación allá...
...Kary, toma- le entregó aquel anillo- guárdalo por mi, no lo pierdas, algún día te ayudará a encontrar a alguien que te...
-Abuela, te necesito...
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Hola, estuve ocupadita y no pude publicar el capítulo ayer, les dejo saber un poco sobre la abuela de Karol, por cierto se llama Elianora, espero que les haya gustado, a mi me aguó los ojos mientras lo escribía. Gracias

Única opción..¿Eres tú?Where stories live. Discover now