Capitulo 11. Nuevo inicio

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Eran cerca de las 6 am, abrió los ojos con cierta pesadez, sentía un ardor en la garganta, se llevó la mano a la herida y sintió el vendaje, fue entonces cuando los recuerdos llegaron a su mente como rápidos destellos.
Trató de levantarse y el peso de unos brazos sobre su vientre le alertó de la persona que dormía en la silla a su lado. <<Tiene un hermoso rostro>>- pensó, a pesar de la luz de la pequeña lámpara que alumbraba el cuarto era suficiente como para dejar ver esa piel con un tono algo bronceado y su cabello negro con engaños punteados con plata.
Le retiró la mano con cuidado de no despertarle y se levantó posando los pies en el frío suelo, abrió la puerta sin hacer ruido y caminó hacia la cocina. Dió un tropiezo con algo que le pareció ser el pie de alguna silla.
-Genial, justo cuando creía que me había acostumbrado a aquella casa- susurró.
Abrió el frigorífico y tomó un cartón de leche y dos huevos, cogió un tazón ancho y rebuscó entre los diferentes compartimentos de la alacena, un ligero roce en sus tobillos. Bajó la mirada y se encontró con unos curiosos ojitos azules que la miraban con diversión.
-Hey, ¿te escapaste de la jaula muchacho?- dijo en voz baja.
Abrió una de las cajas y sacó el comedero con una bolsita de comida para gatos, depositó un poco de este contenido en el comedero y se lo ofreció. Regresó y miró de reojo aquel lugar que Félix especialmente había dicho que no tocara. Abrió esa puerta y vio una caja llena de galletas de chocolate con almendras, rió por lo bajo imaginándose lo gracioso que se vería el chico delante de una pantalla dándose el atracón de estos dulces, pero no se detuvo mucho tiempo en ellas y siguió buscando hasta que dio con su objetivo. Tomó la bolsita de harina de trigo cerrada y la puso junto a las demás cosas, de sus cajas sacó un estuche con pasas y un tenedor.
Llenó la mitad del tazón con harina y luego añadió media taza de leche fría, rompió ambos huevos y los puso junto a lo demás, batió todo hasta que la masa estuvo lo suficientemente espesa y todos los ingredientes anteriores disueltos, agregó siete cucharadas de azúcar y las pasas, calentó aceite en la sartén a fuego lento y comenzó a freír las crepes.
Luego de tres su teléfono comenzó a vibrar: número desconocido, presionó en la pantalla del móvil el botón verde y contestó:
-¿Si?
-Karol, ¿estás bien?
-¿Quién habla?- la voz le parecía conocida pero no sabía quién era.
-Alex, escuché un rumor de que te atacaron anoche, ¿te sucedió algo?
Se tocó el vendaje del cuello y se dió cuenta que ya no ardía.
-No te preocupes estoy bien, aunque me hubiera gustado que este corte me hubiera dado un día libre en el instituto.
-¿Un corte, dónde?
-En la garganta, pero no hay por qué alarmarse, fue un rasguño- mintió- iré a clases, no te preocupes.
-Te paso a buscar a la hora de siempre.
-Sobre eso..
-¿Sucede algo?
-Es que no estoy en casa ahora mismo, te veo allá mejor.
-¿Estás molesta conmigo por alguna razón?
-No, claro que no, no es eso, me alegra que me hayas llamado incluso y que te preocupes por mi pero..- se dió cuenta de algo- Alex, yo no le he dado mi número de teléfono a nadie, ¿cómo lo tienes tú?
-He.. Karol te llamo después, mi hermana me está llamando y tengo que ir ¿okey?, hasta pronto- cuelga.
Se quedó mirando el móvil en su mano, ya le preguntaría luego cómo había conseguido su número, volteó a seguir con el desayuno cuando vio algo en el umbral de la puerta.
-¿Tu novio te estaba llamando?- dijo con esos ojos bicolores como luces brillantes en la oscuridad.
-Por Dios deja de hacer eso- un estornudo de él- ¿acaso me quieres matar de un susto?
-No sería muy fructífero tener un cadaver aquí en la cocina mientras se queman las crepes- dijo mientras apuntaba a la sartén desprendiendo humo negro.
Corrió rápido y apagó el fuego, no se había quemado la masa del todo pero el sabor sería considerablemente amargo, vertió otro poco de la mezcla y encendió el fuego.
-Él no es mi novio, solo fue la primera persona que me dio una bienvenida cuando llegué y se preocupa por mí, es todo- respondió mientras giraba la tortilla de harina con la espátula.
-Veo mucha confianza hacia ti, tal vez no solo se preocupa.
-Pues hay otras personas como alguien por ejemplo que no tiene ninguna conmigo y sin embargo se toma muchas molestias para no dejarme sola y seguirme a todos lados- su tono era brusco y seco.
-Quizás la próxima vez debería dejar que hicieran contigo lo que quisieran- palabras punzantes y sin esquivos.
-Nadie ha pedido tu protección.
-Pues me estoy arrepentirnos de habértela ofrecido.
Ambos se miraron fijamente, respiraron ondo y se calmaron. Luego fue ella quien habló primero.
-Escucha, ya se que todo esto es de locos y perdona por ser tan arisca contigo todo el tiempo, es solo que no me termino de adaptar.
-Bueno yo también he sido un poco rudo contigo y no es que eso ayude mucho, este problema hay que solucionarlo juntos.
-Propongo una tregua, pero con una condición.
-Hable usted.
-Que dejes de ser tan insufrible conmigo y te comportes con un poco de menos rudeza, aunque no seamos pareja si vivimos juntos durante este tiempo al menos tenemos que pasarla sin la mayor cantidad de disgustos posibles, ¿no crees?
-Si, creo que es lo mejor, pero no me pidas cosas imposibles, no soy un Dios ni nada de eso- se acercó un poco a ella- ¿cómo está la herida?
-Ya no me duele nada, ¿qué fue lo que me pusiste?
-Un vendaje y un líquido anestésico, te redujo el dolor y también ayuda a sanar, anoche estabas muy agitada así que simplemente te dejé dormir luego de darte primeros auxilios.
-Te agradezco que me ayudes y disculpas por lo que dije antes.
Se acercó aún más y rozó su hombro en la espalda de la chica lo que hizo que se le erizara la piel hasta la nuca, justo cuando quiso dar vuelta Félix tomó una de las crepes y le dio un mordisco.
-¡Oye, aún no he terminado!
-Mm.. le faltan pasas, ponle más- dijo mientras saboreaba la dulce y cocida masa.
-No necesita nada, está bien justo cómo está, lo que tienes que hacer es coger unos platos y cubiertos, también saca unos vasos y lávate las manos.
-No sabía que habías ascendido a madre en estos días- cuando trató de vaciar lo último de la mezcla en la sartén él fue más rápido y añadió una cuántas pasas mientras se cocinaban.
La chica le miró con reprensión y este se echó a reír como cuando un niño es pillado infraganti vaciando el enjuague bucal en las gotas para los ojos. Se percató mientras él buscaba lo que le habían pedido y una jarra con zumo de naranja y fresa que.. era la primera vez que le veía sonreír, se veía atractivo y más que eso.. parecía alguien que recuperaba una alegría que le habían robado y solo veía la oscuridad en un vaso medio vacío. No podía estar más en lo cierto pero no tenía forma de saberlo, ni siquiera imaginarse cuanto dolor ocultaban esos lindos ojos como el oro y los rubíes, colores imposibles de alcanzar para la mayoría de los humanos, pero todo a su tiempo. No tardaría en descubrir cada uno de los secretos que ocultaba.
Terminaron el desayuno, en silencio pero no incómodos, era un silencio tranquilo y desprendía una buena onda de paz entre ambos, comenzaron a prepararse para ir al instituto minutos luego y tras cerrar con llave la casa recordó lo aterrador que le parecía la idea de viajar en moto, "no es para tanto"- pensó pero esas palabras se desvanecieron cuando el motor rugió y las ruedas aceleraron lentamente.
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Hola!!! Saludos a mis amigos, los que me quieren y los que no también, si ya extrañaban el libro aquí tienen un capítulo más, espero les guste y trataré de no desaparecer para no dar la idea de que me fuifuidé jj. Un saludo y gracias.

Única opción..¿Eres tú?Where stories live. Discover now