La Flor Del Destino ~YiZhan~

¿Me amas?

Autor <Pov>

Yibo mantenía sus manos cruzadas frente al escritorio color caoba mientras observaba con detenimiento a la persona frente a él.

—¿Has entendido tu parte?—.

—Está llevandome a la horca...no voy a aceptar eso—.

—Bien, porque es tu única opción a menos que quieras morir en este instante— Yibo saco de debajo del escritorio un arma, quito el seguro y apunto hacia el contrario.

—¡E-ESPERE!— Wenhan alzo ambas manos asustado —¡LO HARE LO HARÉ!¡NO DISPARÉ!—.

Yibo bajó el arma y asintió.

—Bien, ya entendiste—.

—Solo quiero protección si voy a hacerlo—.

—Lo tendrás—.

Finalmente las piezas encajaban y por fin su esposo saldría de ese lugar antes que el segundo dictamen se hiciera válido.

Mientras tanto dio orden que llevaran a Wenhan a un hotel y lo vigilarán las 24 horas del día hasta que él diera nuevas órdenes.

Esa misma tarde fue a una cafetería, ordenó un americano, lo tomó con tranquilidad y observó por la ventana, hasta que la persona la cual estaba esperando se sentó frente a él.

—Pensé que no vendrías— dijo bajando la taza de café.

—Al fin te diste cuenta que debemos estar juntos—.

—Prefiero morir antes que regresar contigo, no te cite aquí para hablar como buenos amigos, vengo a exigirte que hables con tu padre y quiten la sentencia a mi esposo—.

—Oh...déjame pensarlo...no—.

—Cheng Xiao ¿me amas?— la chica un poco desubicada lo miró por unos segundos y suspiró.

—Si...aún te amo—.

—Entonces por ese amor que aún me tienes reconsidera mi petición—.

—No, eso jamás, no voy a permitir que él salga, tú eras mío—.

—Cheng...esto ya es obsesión, ya no te amo y aún si estuviéramos juntos créeme que no sería por mucho tiempo, nuestra relación era igual a la de mis padres y yo no quiero eso, por eso te pido una vez más que retires todos los cargos a Zhan, tu padre le quite la sentencia y cada quien continúe con su vida, no pondré ninguna denuncia en tu contra siempre y cuando hagas esto— la chica sonrió y negó riendo.

—Ni lo sueñes, no dejaré que seas feliz aún si hiciera lo que pidieras créeme que encontraré el momento perfecto para matar a esa escoria, si casi pude matarte a ti, ¿qué te hace dudar que no puedo hacerlo con él?—.

—Sabes que tu deberías estar allí, en la cárcel, no en el psiquiátrico aunque claro te haría falta—.

—No diré nada más, mi respuesta es no, créeme que haré que le hagan la vida imposible a tu esposo una vez entre en la cárcel—.

—¿Es una amenaza?—.

—Tómalo como quieras— la chica se levantó y salió del lugar, Yibo sonrió satisfecho, tomó el celular y detuvo la grabación.

—Bien... ahora lo que sigue—.

Yibo dio un último sorbo a su café, salió del local y subió a su auto manejando hacia la mansión Wang, en todo el trayecto estuvo repasando minuciosamente el plan que había hecho.

Al llegar estacionó el auto, salió de este, con un suspiro ingresó a la casa y escuchó el llanto de su hijo, con rapidez se acerco a la sala donde su madre yacía meciendo entre sus brazos al bebé.