El 10% de los hombres fueron sometidos a una serie de experimentos para que su interior fuera como el de una mujer.
La meta de esto era que los hombres pudieran concebir y formar una familia.
El experimento se canceló pero hubo éxito en 5 hombres l...
Finalmente lo tenía entre mis brazos, al fin podía verlo, mi pequeño bebé, lloré como magdalena pero no podía evitarlo, había extrañado tanto a mi familia.
—Zhan...— Yibo nos abrazó, estaba esperando tanto esté momento, sonreí con lágrimas aún bajando por mis mejillas de verdad los extrañé demasiado.
Me acerqué a la mamá de Yibo y la abracé, con una sonrisa me dio la bienvenida a casa, sostuvo entre sus brazos a mi hijo y entonces vi a mamá, la abracé con fuerza, ambos lloramos, la emoción de al fin poder abrazarla me estaba abrumando.
—Bienvenido a casa hijo mío— dijo mamá entre lágrimas sin dejar de abrazarme.
—Gracias mamá estoy feliz de estaraaquí— sonreí y corrí donde mis hermanos abrazandolos también.
—Lamento no haber sido un buen hermano mayor, lo siento por no poder protegerte— Zhuo Cheng lloraba.
—No digas eso, eres el mejor hermano del mundo— con un suspiro me alejé para ir donde mi padre a quien abracé.
—Yo también lamento no haberte protegido, le juré a tus padres que nada malo te pasaría y no pude cumplirlo—.
—Estoy seguro que mis padres han visto todo lo que has hecho por mí, gracias papá—.
—Zhan, ha sido un día difícil deberías ir a descansar— Jisoo insistió mientras me daba en brazos al bebé.
—Si, quiero recostarme un poco— caminé escaleras arriba seguido de Yibo.
Suspiré al entrar en la habitación, me senté en la cama y le sonreí a mi bebé, mi pequeño pedacito de cielo el cual amaba más que a nada.
—Nuestro hijo te extraño, al igual que yo— Yibo se sentó a mi lado y acarició la mejilla regordeta de nuestro hijo.
—Yo también, sufrí tanto por no poder estar cerca de él... incluso pensé que jamás saldría, que crecería sin mí y que tú... tú te casarías con alguien más— dije con tristeza.
—Jamás Zhan— Yibo negó y tomó entre sus manos mi rostro —Te amo, solo a ti, tú eres y serás el único en mi corazón —.
—Yibo...— acosté al bebé en la cama con cuidado y lo abracé con fuerza, a mi amado esposo —Te amo— nos miramos de nuevo y unimos nuestros labios con pasión, con desesperación, fundiéndonos en uno solo, nuestras respiraciones se aceleraron y el deseo subió con rapidez.
—Amor...— me quejé un poco mientras trataba de apartarlo levemente de mi cuerpo.
—¿Qué sucede?— preguntó Yibo mientras besaba mi cuello, maldición que se sentía tan bien pero no podíamos hacerlo en este momento.
—E-el bebé...— dije con un suave suspiro.
Yibo hizo una pequeña mueca y se separó mirándome fijamente.
—Bien, pero me lo debes— ambos sonreímos y acostandonos al lado de nuestro hijo cerramos los ojos dejándonos llevar por el sueño.
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