Capítulo 30

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LOS VERDADEROS ENEMIGOS

—Wade, ¿qué haces? —cuestioné en un susurro.

—Sabía que volvería a verte, Amara, pero no pensé que fuera en estas circunstancias.

Tragué grueso.

—No te entiendo.

—Karla es mi mate —fue lo que dijo.

Mierda.

—Karla siempre ha sido excluida por todos en la manada de Elder. Este año ambos ideamos un plan para destruir a Elder y su pequeño imperio. Pero no contamos que este año vendría su querida mate a su rescate. —Wade aún me apuntaba con esa pistola y eso me ponía muy nerviosa.

—Creí que eras mi amigo —lo miré. Sentía decepción justo ahora, decepción de él... de mí por haber confiado en la gente equivocada cuando los verdaderos enemigos estaban en frente.

Como detective me muero de hambre.

Wade se ríe.

—Cuando supimos que eras su mate teníamos que cambiar de táctica, sabíamos que si te heríamos a ti pues también heriríamos a Elder. El amor lo vuelve débil y Elder moriría por ti. —explica. Me sentí mal por Elder— Ahora manejaré y tú te quedarás quieta en esa misma posición. Si haces algún movimiento extraño será tu fin.

Wade arranca.

—¿A donde vamos?

—Los demás nos esperan en el lago.

—¿Qué planeas hacer?

—La estupida de Melania echó todo a perder. El plan iba más que bien, te teníamos donde queríamos pero a ella la cegaron los celos y se adelantó a querer matarte.

Dios, no podía creer que esto estuviera pasando, no podía creer que hasta hace unas semanas estaba en mi casa tranquilamente y ahora me encontraba en medio de una guerra de lobos en donde yo soy la víctima. Parece todo producto de una mala película de bajo presupuesto.

—Wade, no hagas esto por favor —pedí.

—Cierra la boca ya.

Wade se miraba ansioso, demasiado y me hizo pensar de que solo estaba bajo el efecto de Karla, estoy segura de que ella lo convenció para hacer esto. No podía creer que él se dejara.

A veces el amor nos ciega.

Y Wade es un claro ejemplo.

El resto del camino fue en silencio, la lluvia seguía y tal parecía que no pararía. Llegamos frente a la casa de Elder, en el muelle estaban tres chicas: Karla, Melania y Flavia. Flavia tenía las manos y pies atados de un tronco. Wade sale del coche, cuando llega a mi puerta la abre y me saca de un tirón. Mientras nos acercábamos a las demás ellas nos notaron.

Wade me apuntaba con la pistola en mi espalda.

—Bien hecho, Wuddie —le dice Karla, acercándose para darle un beso en los labios.

Miré a Flavia, ella tenía miedo. Se notaba en su cara.

—Sabía que volveríamos a vernos, Amara —Melania me toma del brazo y me tira al piso junto con Flavia.

Internado de lobos ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora