EL BESO
Sentir a Elder besarme era extraño, nuevo. No podía estar pasando algo así. No entre nosotros. A pesar de que mis labios seguían su ritmo involuntariamente puse mis manos en su pecho y me separé.
—No puedo hacer esto —le dije— ¿crees que soy tonta? No caeré de nuevo en tu juego. ¿Qué harás después? ¿Dirás que me trajiste al bosque para follarme? —me alejé— Olvídalo, Elder, no confío en ti.
Le di una mirada rápida y me giré sobre mis talones, yéndome. Él se había quedado sin decir una sola palabra, solo escuchándome cosa que agradecí. Casi corrí hasta la puerta trasera del colegio. Agradecí que no hubiera nadie. Pude notar un poco de sangre en las hojas secas del suelo.
Cuando entré a los pasillos busqué a Flavia por algún lado, encontrándola en su casillero que estaba junto al mío.
—Flavia —me posicioné junto a ella.
—Amara, pensé que tardarías más —cierra su casillero mirándome.
—Elder es un idiota.
—¿Qué te hizo ahora? —quiso saber.
—Nada. Lo digo por pelearse así.
—Igual te defendió y todo mundo habla de eso. Creo que se les olvidó lo de ayer y ahora tienen algo nuevo de que hablar —explica sonriente.
—¿Algo nuevo como qué?
Temía que fueran mis fotos ese "algo nuevo de que hablar" porque si era así preferiría que pensaran sobre Elder y yo a qué me vieran así.
—Sobre Elder, que te defendió —recuerda.
¿Entonces por qué Mell diría algo sobre fotos? No lograba entender.
—¿Sabes donde está Mell?
—La vi yendo a los dormitorios. Recuerda que tenemos deportes en cinco minutos —me dice.
Me rasco la parte de atrás de mi nuca y resoplé. Me sentía estresada. Era mi segundo día y sentía todo esto pesado. Huir del pasado no es tan fácil como me lo imaginé.
—Iré a buscar a Mell —me di la vuelta, pero ella me detuvo tomándome de la mano.
Sentí raro ese gesto.
—Te acompaño.
—¿Estas segura...? Porque yo no sé si dilate y no quiero que pierdas clases por mi culpa.
—Estoy segura, somos amigas, ¿no?
—Está bien.
Subimos las escaleras y nos encaminamos a los dormitorios. El de Mell estaba frente a los nuestros así que toqué dos veces la puerta. Pasaron unos cuantos segundos para que ella abriera. Estaba con un espejo en mano y un lápiz labial en otra. Mell ve desde la mano entrelazada con Flavia hasta a mi. Y sonrió.
Me sentí incómoda, lo acepto.
—Mell, ¿puedo hablar contigo? —le inquiero.
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Internado de lobos ✔️
Hombres LoboAmara busca huir de un pasado que no eligió para poder tener algo de paz, sin embargo, al llegar al famoso internado en Estados Unidos su vida cambia. Uno: No tendrá paz. Dos: empezará a experimentar cosas sobrenaturales junto a sus nuevos compañe...