Capítulo 8 - ko.

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Lunes.

El carrusel vuelve a girar.

Pero esta vez, Harry tiene su espalda en mi pecho, amoldando su enorme cuerpo al mío, y yo tengo la jodida y puta suerte de tener mi cara enterrada a su pelo, que huele a mi shampoo y sexo glorioso.

El jodido paraíso.

Una alarma que no reconozco sigue sonando estridentemente y yo gruño, levantando mi cabeza para ubicar el ruido. Es el celular de Harry, que suena como mil demonios, y él está tan dormido y agotado que no lo registra.

Sí, definitivamente voy a encargarme de que duerma mejor.

-Harry- Murmuro en su oído con voz ronca, mientras sacudo su hombro.- Tu alarma está sonando, tienes que levantarte.

-No quiero- Él hace un puchero y frunce el ceño, pegándose más a mí.- A la mierda el trabajo, no pienso salir de aquí hoy.

-No seas un niño, levántate.- Empecé a sacar mis brazos de él, divertido, y su gruñido fue audible, rodando para acercarse a la punta de la cama, saliendo de ella y apagando su alarma con molestia.

-Odio ser adulto.- Se rascó un ojo y bostezó, estirándose. Yo reí y también me levanté.

-¿Al menos lograste descansar?- Fruncí el ceño al ver un preservativo tirado y lo junté, buscando el otro.

-Ugh, realmente hace mucho no dormía de corrido y tan bien. Iré a bañarme, tú duerme un poco más.- Se acercó a su armario y abrió una puerta, revelando que estaba bastante vacío.

-¿Por qué tienes un armario tan grande si no lo llenas?- Localicé el otro y lo tomé, corriendo a su baño para envolverlos y tirarlos a la basura.

-Porque uno más chico quedaría feo, esta habitación es inmesa. Ve a dormir.- Quedó frente a mí y dejó un suave beso en mi frente.- Buenos días.

-Buenos días a ti. ¿Quieres que intente preparar el desayuno? Solo sé hacer café.- Le sonreí con orgullo y él rio.

-No Lou, tengo mi sistema. Puedes usar el otro baño para ducharte si no quieres dormir, pero no te invito a mi ducha porque no saldríamos en horas de allí.- Una mano en mi cadera me corrió con gentileza, y él entró al baño, sonriendo.

- Correcto, usaré el otro.- Y él rio, cerrando la puerta.

Localicé mi bolso y busqué mi ropa interior, yendo silbando al baño del pasillo. Mee en silencio y salté a la ducha deliciosamente caliente, demorando más de lo usual.

Cuando salí con los dedos arrugados, escuché la voz de Harry cantando en la cocina. Me dirigí allí solo con mis calzoncillos, y él estaba batiendo algo y vigilando comida en el fuego, usando solo unos pantalones apretados negros.

-Sexy.- Le dije con una sonrisa mientras me sentaba en la barra, viendolo bailar infantilmente.

-No me juzgues, mi lunes no empieza hasta que canto y bailo un poco de Britney Spears.- Me miró sobre su hombro sonriendo, con sus mojados rizos cayendo definidamente por su espalda.

-Yo a veces canto mierdas de los Backstreet Boys, así que...- Él lanzó una carcajada.

-Bien, elige qué quieres. Estoy haciendo waffles a la sartén, tengo miel y sírope. Esos de ahí son huevos revueltos con espinaca, y tortitas. Hay jugo recién exprimido, tengo té, leche y café. Y creo que me quedaron frutas, no lo sé. Tuve que haber hecho la compra semanal ayer, pero...- Se giró y mi cara de pánico lo hizo reír.- Lou, más de la mitad de todo esto es para mí, no te preocupes.

-¿Algo de café y una tortita? Y jugo, sí. Tal vez robe una fruta para más tarde, si no te importa.- Apoyé mis codos en la barra y lo miré con una sonrisa.

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