Capítulo 15 - ko.

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Viernes.

Veintitrés de marzo.

Oficialmente, hoy ignauguro mi gimnasio. El staff del sponsor estará allí, Simon, Jeffrey y todo su séquito de idiotas también, y sobre todo Zayn, que tendrá su sorpresa.

Y hoy le voy a pedir a Harry que se mude conmigo.

¿Acaso estoy yendo muy rápido?

A la mierda, por supuesto que estoy yendo rápido, pero me importa una puta mierda porque Harry es la persona correcta.

Además, esto es más una formalidad, porque no recuerdo la última vez que estuvimos separados, sin contar la vez que corrí a Doncaster.

Eso sí, espero que no me corte la polla por habernos comprado una jodida casa.

Oh Jesús, ¿y si no le gusta? Tuve que dejarlo elegir, jodida mierda. Pero era tan perfecta, y Niall declaraba que era lo que Harry siempre soñó que... joder, esto es culpa del irlandés. Lo dejaré sin polla mientras duerme.

Pero, ¿y sí...?

-¡Louiiiis!- Y Harry cerró de un portazo, sacándome de mi ensimismamiento, haciéndome ver hacia la puerta donde él está luchando con sus zapatos.- Amor, ¿ya llegaste?

-Estoy aquí, bebé.- Hablo tranquilo y con una sonrisa, asomándome en la barra, donde estoy sentado con una taza de café.

-¡Lou! ¡Es hora de almorzar, no de tomar café!- Me frunce el ceño y se estira para que deje un beso en su boca, haciéndonos sonreír a los dos.- No importa, hoy tengo algo que mostrarte. Desde ayer, en realidad, pero tú apareciste todo despeinado y follable y...-

-Y me arrastraste a follar contra el sillón, sip.- Lo interrumpo, y él me mira mal.

-Es tu culpa por haber cortado tu pelo de nuevo y encima despeinarte. Pero no, basta. Tengo algo para ti.- Sus ojos están brillando y parece vibrar, por lo que lo miro expectante. Hace un ruidito y corre a mi lado, y no puedo evitar agarrarlo y traerlo a mí, dejándolo entre mis piernas con una sonrisa.- Louis...- Y tiro de su nuca a mí, para besarlo a gusto, deslizando mis pies al piso.

Y nos perdemos en nuestras bocas con una sonrisa, como siempre pasa. Él me envuelve en sus brazos y me pongo de puntitas para llegar mejor a sus labios, y ladeamos los rostros de forma suave para poder tomar más del beso, incapaces de cansarnos. Sus manos van bajo mi ropa y las mías a sus rizos ligeramente más largos, enterrándome con cuidado en su pelo, tirando suave mientras mi lengua explora su boca con parsimonia, sin ningún apuro.

Pero se separa, y deja su frente sobre la mía, con los ojos aún cerrados.

-¿Qué estaba diciéndote?- Su voz es divertida y sus esmeraldas se revelan, felices y hermosas, y suelto una risita antes de ponerme en puntitas y dejar un beso en su mejilla.

-Muéstrame qué tienes para mí, amor.

-¡Sí!- Y vuelve a estar emocionado. Me suelta y toma mi mano, tirando de ella con insistencia, haciéndonos caminar.- Es algo en lo que estuve trabajando en este mes, y me llevó más tiempo del que esperaba, pero...- Me empuja a la habitación de las bibliotecas, donde hay un enorme piano de cola ahora. ¿Por qué? Porque Harry es un comprador estúpido, compulsivo y con más dinero que el que debería tener.- Ven, siéntate. Y si llegas a reírte de mi patearé tu culo, ¿comprendes?

-Oi, no seas así. Sabes que no me reiré, a pesar de no saber qué es.- Se sentó a mi lado, justo en frente de las blancas teclas, y las acarició de forma torpe, aún nervioso. Me miró, y la inseguridad en sus ojos me hizo fruncir el ceño.- ¿Amor? ¿Qué está mal?

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