El Diablo Viste De GUCCI || Larry Stylinson

Capítulo 17.

Harry entra a su hogar, pero Louis se queda quieto en el recibidor. Saca su celular con pánico y pulsa el botón de llamar a su primer contacto.

Contestan en el segundo timbrado.

"Anna", chista, cubriendo su boca y la bocina del teléfono con un hueco de su mano. "Estoy en casa de Harry."

"¡Oh, joder, si!", ella exclama. Hay movimientos y luego se escucha la voz de Zayn en el fondo. "¿Qué pasa? ¿Es Louis?"

"Sí, es Louis ¡y está en su futura casa!", Anna grita emocionada. Se escucha un pitido y más movimientos antes de que el sonido se aclare. "Estás en alta voz, Lou. Zayn está escuchando."

"Amigo—", dice él, la emoción es palpable en su voz. "Suerte. Tú puedes, tigre. Dale con todo."

"Oh, por Dios."

"Ahora están solos, Louis", agrega Anna. "Es tu momento para hacer algún tipo de acercamiento. Recuerda, se sutil pero no demasiado. Que se noten tus intenciones pero tampoco te veas desesperado. Dale tiempo para saber si él también quiere lo mismo."

Louis cierra los ojos y se queja. "No creo intentar nada está noche. Vamos a cenar y—"

"¡Es una cita!", ella exclama. Tiene que apartar la bocina de su oído.

"No es una cita, Anna", murmura lo mas bajo que puede. "Vamos a trabajar, más que nada. Esto no es una cita."

"¿Va a cocinar para ti?"

"Creo... Creo que sí."

"¡Entonces es un cita!"

"No estoy seguro, todo fue muy casual. Una noche de amigos, ya sabes. No creo qué—"

"¿Louis?"

El aparato casi se le cae por los pasos y el sonido de la voz de Harry aproximándose. Alcanza a atraparlo en sus manos y llevarlo a su oreja.

"Maldición, tengo que colgar", dice rápido. "Los mantengo al tanto. Adiós", escucha exclamaciones en protesta antes de colgar. Guarda su móvil antes de que Harry aparezca.

"¿Qué haces ahí? ¿No vas a pasar?", le pregunta, desconcertado. Él ya se había desecho del saco de su traje y del nudo de su corbata.

"Ya iba a hacerlo."

"¿Estás seguro de que no estoy deteniendo alguno de tus planes?"

"No, para nada", responde. "Solo les estaba avisando a los chicos que no me esperen para cenar."

"Si te están esperando entonces no quiero retenerte."

"No, no, está bien. A ellos no les importa."

"¿Seguro?"

"Muy seguro."

"Bueno, pasa entonces."

Cuando Harry sube a su habitación para cambiarse de ropa, Louis se da cuenta que no hay nadie más en la casa además de ellos. Son solo ellos dos y eso no hace nada por sus nervios y su estómago revuelto.

"Primero haremos la cena, luego nos pondremos a trabajar, ¿te parece bien?", Harry informa un vez en la cocina, pasando su mandil amarillo por el cuello y atandolo tras la espalda.

Louis no debería encontrar eso tan atractivo.

Toma asiento en el taburete más cercano para no irse de boca. "¿Qué estamos cenando?"

"Fajitas."

"¿Fajitas?", pregunta, pero se arrepiente al ver a Harry frenar en seco. Se ve inseguro, mientras sostiene un sartén entre ambas manos y un rizo cae por su frente.