30 vicios de los Merodeadores [Fanfic]

25.- Labios

Disclaimer: Los personajes le pertenecen a J.K. Rowling

25.- Labios

Habían pasado toda la tarde juntos, en un café cercano a la calle principal de Hogsmeade, comiendo deliciosas galletas de chocolate. Esta ya era la tercera vez que Lily y James salían juntos.

Disfrutaban hablando de cosas simples y se reían con facilidad a carcajadas que dejaban adoloridos sus abdómenes. Simplemente disfrutaban mucho el tiempo que pasaban juntos, no se aburrían en ningún momento, como también sabían disfrutar del silencio entre ellos. Caminaban, comían galletas (de chocolate, que resultaron ser las favoritas de ambos), estudiaban o simplemente se sentaban a conversar.

James había seguido los consejos de Lupin, y evitado a toda costa oír los de Sirius, había sido él mismo todo el tiempo, sin arrogancias, ni nada, simplemente él. Y ni si quiera se había insinuado ante ella, para no incomodarla o ponerla nerviosa…

…Pero ese brillo rosa que despedía olor a frutillas y que resaltaba más sus hermosos labios, no le hacía la tarea fácil… nada de fácil.

No podía evitar dirigir la mirada a sus labios mientras estos se movían formando palabras que no lograba entender…

-…fue ahí cuando Molly conoció a Arthur… ¿James¿Te ocurre algo? – preguntó Lily de pronto, preocupada por la inercia del chico.

-¿Qué decías? – preguntó tratando de recordar lo que ella estaba hablando.

-¿No me estabas escuchando? – le reprochó frunciendo el ceño y colocando los brazos en jarra.

-Si… si claro, estabas… bueno… hablando de… a mi también me gustan los pasteles – agregó James con una sonrisa inocente mientras se rascaba la cabeza.

Lily lanzó un suspiro, pero luego sonrió y se levantó de la mesa.

-Esta escondiéndose el sol, tal vez deberíamos volver al castillo – agregó sonriendo.

-Si, esta bien.

Caminaron juntos por el camino que llevaba al castillo, mientras el sol se ponía en el horizonte tiñendo el cielo de tonos rosas y anaranjados.

-¿Te ocurre algo? – preguntó Lily tímidamente, de pronto – estás extraño.

-No es nada…

James miró a Lily por el rabillo del ojo, los tonos calidos de la puesta de sol iluminaban su rostro y su cabello, haciendo que su imagen deslumbrara belleza hasta un punto fuera de lo normal. Sus ojos verdes destellaban alegres y sus labios…

James sentía como se perdía en sus ensueños con esos labios.

-Lily… - dijo de pronto, tomando el brazo de la chica y acercándose a ella

-¿Qué sucede? – preguntó la chica, temiéndose lo que ocurriría.

-Eres hermosa… - susurro James acercándose al rostro de la chica. Se detuvo un segundo, para ver la reacción de la chica, que no se movió.

Se miraron unos segundos a los ojos, y luego poco a poco, ambos se fueron cerrando, mientras la distancia entre ellos se reducía a cada segundo.

James pudo sentir el aliento de la chica mezclándose con el suyo y un escalofrío recorrió su columna vertebral.

De pronto, sintió un roce y luego el dulce aroma a frutilla embetunando sus labios también. Sus labios eran suaves pero carnosos, llenos de olor y sabor a frutilla, que James se temía, no eran por el brillo sino por su esencia.

Y ahí con los últimos rayos de sol, como únicos testigos fue el primer beso de Lily Evans y James Potter.

Desde ese momento, el vicio más grande de James eran los labios de esa chica y lo serían hasta el día de su muerte.

FIN